sábado, 26 de diciembre de 2015

La Historia de Ker The Lydius (Capitulo 11)


Trabajare para uno de los  Capitanes de Puerto Kar



      Pasaron los días y en Puerto Kar las nuevas caras para Ker eran cada vez más habituales, volvió a encontrarse un par de veces con su amigo Himilse Ioerbeles quien no desaprovechaba las oportunidades para ponerlo siempre en apuros; Ker, siempre con mala cara, ponía sus ojos en blanco cada vez que era burla del enorme y basto libre, pero al fin y al cabo el seria alguien con quien podría contar, si se encontraba en algún apuro de mayor magnitud.

      Una tarde, se encontraban ambos en el puerto, Ker con su típica postura intentando siempre imitar los movimientos y gestos de los hombres rudos del muelle, y Himilse relajado con su pipa de kanda perfumando el ambiente, cada vez que este encendía la pipa, hacia que el ave siempre volara lejos de su hombro a posarse sobre el hombro de Ker o sobre alguna estaca que servían para atascar las grandes navíos apostados en la orilla del puerto. Al parecer el aves estaba de acuerdo con Ker, “el kanda era desagradable”.

-¡Te Apuesto pequeño Ker, a que no eres capaz de darle a ese cartel de allá!- le dijo Himilse mientras apuntaba con la pipa el lugar donde quería que Ker clavar su flecha. Este se había jactado de hablarle de las miles y miles de aventura que se había hecho al apostar con campesinos a que era el mejor Arquero de Lydius, Ker le miro de forma retorcida y levantándose del barril en donde estaba sentado cayó al suelo del muelle, el cual tembló bajo su peso, esta se ajusto el cinto y saco su arco el cual colgaba siempre de su hombro izquierdo y con su mano derecha saco una afilada flecha de su carcaj. Pero justo en ese momento miro pasar a una joven y desgarbada muchacha.

-¿Cuánto me darías si le doy a esa kajira mientras sostiene una Larma sobre su cabeza? –le miro con una sonrisa malévola, traviesa, casi infantil, mientras sacaba de su bolsa una fruta roja y casi oval que la mostraba a este mientras la hacía saltar entres sus pequeños dedos. Himilse se sonrió y enseguida capto la atención de la joven muchacha con un chasquido de sus dedos;  la joven les miro y corrió asustada hacia los pies del libre cayendo de rodillas, y muslos separados dejando así muestra de su ferviente disposición hacia los libres, Ker bufo por lo bajo al ver como esas tontas bestias se rebajaban como animales ante los hombre, sintió repulsión hacia la pobre e infeliz kajira.

-¿Pequeña cómo te llama tu amo? – Le pregunto Himilse mientras le sostenía de la barbilla alzando su cabeza para descubrir bajo esa maraña de cabellos cobrizo unos bellísimos ojos verdes.

Kandra, si al amo le gusta!-volvió a mirar al suelo justo donde estaba sus pies. Humilde pudo meter sus toscos dedos por entre la maraña de pelo, y ver así el collar de la joven, rosando co. Sus dedos la pieza de metal y girarla para leer su contenido, y comprobar que sin dudas era una esclava de sexo, de las que sus amos mandan a buscar clientes a los muelles y así atraerlos al bar para que gasten en vino y placeres.

-¡Bien kandra, me parece bien a ti no Ker?- Miro al joven quien fastidiado se encogió de hombros a la vez que murmuraba algo. -¡Toma esto y…!- mientras apuntaba el lugar hacia donde él quería que ella se dirigiera, lo que puso en alerta a la joven quien giro y miro en una una dirección justo detrás de ella.

- ¿Vez aquel cartel de allá? Bien párate allá, ...si allá! –le dijo al ver que la niña se sorprendía de ver la distancia a donde la enviaba el Libre y más raro aun con una fruta de larma.

-Bien, sostén esto sobre tu cabeza y ten cuidado de no poner tus dedos atravesado! -Le dice guiñando un ojo. La joven no protesto solo se limito a ver a Ker quien tenía el arco y la flecha montado para hacer un tiro, la chica palideció temiendo lo inevitable, comenzó a negarse pero Ker le miro con odio y le dijo al verla dudando.

-¡Oh..oh no, noo no, no amos por favor esta esclava es muy valiosa para su amo, el pagara por mí, si he hecho algo malo el pagara, por favor amos! –les miraba aterrorizada.

-¡Grrrr, no seas tonta Muchacha, no te pasar nada!,- le dijo Ker mientras volvía a montar su flecha quien se había salido, y claro le estaba colmando la paciencia los quejidos de la joven esclava. La joven se postro a sus pies dejando caer la larma y besandolos suplicantes. Ker volvió a bufar se agacho y la cogió por los cabellos obligándola a mirarle.

-¡Obedeces o te juro por los RRSS  que clavare esta flecha en un lugar más blando que esa fruta, así que recógela y haz lo que se te ordeno! –La soltó, la joven no dijo más, cogió la larma del suelo limpio sus lágrimas y haciendo un mohín se giro y corrió al lugar donde le había indicado Himilse quien no dejaba de reírse durante todo el lio, aplaudió golpeándose el hombro izquierdo, feliz y divertido mientras mantenía su pipa ladeada en la boca.

-¡Jajajaja mas te vale jovencito no fallar o la verdad si esa eslava es lo que ella dice ser para su amo, creo que te veras en serios problemas, jajaja! -Ker se encogió de hombros, seguro de sus habilidades, en realidad ella era orgulloso y hábil desde muy pequeña en el arte de saber manejar el arco, y las flechas, jamás perdia una apuesta. Mira a la joven parada bajo el cartel a lo lejos del muelle y cuando vio la fruta en alto este apunto y con una destreza inigualable tenso el nailon de su arco dejando sus músculos tensos por calcular la velocidad con que sería lanzada la pequeña flecha, por el rabillo del ojo pudo ver a Himilse entrecerrar sus ojos a modo de perderse con la vista en la distancia.La pobre Kajira no paraba de temblar solo colocó la fruta sobre su cabeza y cubrió su rostro con. Ambas manos y reparar así el dolor de sentir una flecha clavada en su rostro.

-¡No sé como lo harás…!-No termino de decir la frase cuando se oyó un agudo silbido, miro a Ker y este están ya más relajado, la flecha habia traspasado la fruta mojando así el pelo de la kajira con sus jugos colorado cayendo sobre su cabeza. Ker le hiso una señal a la kajira para que fuera por la flecha antes de regresar, la joven quien sonriente corrió de nuevo de regreso.

      La kajira regreso agitada y emocionada alabando al libre por su destreza, aunque algo manchada de la fresca fruta, Himilse, al verla regresar tan excitada por la emoción de haber salido ilesa se detuvo ante la joven quien había olvidando ponerse de rodillas, por lo que este la cogió por el cabello tiro fuerte de ella haciéndola caer entre sus fuertes brazos y allí, la beso tan fuerte como solo un Goreano sabe tratar a una esclava, la Joven gimió y se retorció de placer entre sus brazo por lo que Himilse se rio con ganas.

      Unos aplauso pausados y de forma lenta se oyeron  cerca, a lo que ambos libres e incluso kandra se giraron para ver de quien provenía. Un hombre alto y de piel oscura, se acercaba era quien había estado presenciando desde su barco la escena de Ker y la kajira; en cuestiones de inhs  el hombre se había bajado de su barco y llegado al muelle, y ahora estaba cerda de ellos, el hombre miro de manera seria a la kajira quien callo rendida a los pies de este ruborizada y temblando, la pobre no dijo palabra alguna; Ker y Himilse se miraron sin dudas ese era su amo.

-¡Tiene una bestia muy obediente además de hermosa… Libre…!- Himilse se quedo a la espera de un Nombre.

-¡Necesito un primer espada para así formar parta de mi tripulación!,- Dijo mirando la espada que colgaba del cinto de Himilse, quien sin duda conocía su procedencia, -¡La tierra está protegida sólo por las espadas de los propietarios más fuertes en los alrededores.! -A diferencia de Ker que poco sabia de las casta y lo que representan en cada Ciudad.

-¡Un arquero no creo que nos sería de gran ayuda!- Le dice elevando con desden una ceja y mirando a Ker quien se acomodaba el arco otra vez sobre su hombro,

-¡Pero viendo tu destreza jovencito;  me interesa tenerte en mi barco; Aunque sea para limpiar la cubierta!. -Hemilse y el Libre rieron ante el comentario, a lo que Ker les miro con desprecio, pero se limito a callar, sabía que su lengua podía meterlo en líos

- ¿Muchacho cómo te llamas?- le pregunto mientras miraba el ave volver a posarse sobre el Hombro de Himilse y repetir su nombre con voz chillona.

-¡Kerrr kerr, arrr arr!

Ker le miro y la azuzo para que se callas.

-¡Soy Ker The Lydius, y usted…es?!- Ker se paro frente al hombre, su altura imponente le hiso estremecer, mientras acomodaba su carcaj sobre su hombro miro a la pequeña kajira ahora arrodillada a sus pies posando de una manera especial en su presencia, aunque con el pelo algo empegistado por el jugo de la fruta que comenzaba a secarse y las moscas a molestar. Sonrió al verla de esa manera, pero sacudió los pensamientos de su mente al pensar que sería de ella si supieran que ella es en realidad  una mujer.

-¡Tienes un Nombre muy grande!- dijo mientras le miraba de cabeza  a los pies y justo allí se detuvo.

-¡Incluso tanto o más que tus… botas…! – elevo una ceja interrogante, Ambos se miraron con seriedad Ker con desafío en sus claros ojo, Himilse fue quien rompió el incomodo momento riendo y palmeando la espalda de Ker, tanto que casi lo hace trastabillar.

-¡jajaja...si eso mismo le digo al chico, tal parece que se la robo a un norteño,  pero Capitán… es un joven fuerte y sin dudas podrá hacer mejores cosas siendo parte de su tripulación.! -Himilse trato de desviar la tención del joven muchacho.

-¡Soy Aron Thorr, Capitan del Tarn Negro,!- Se presento mientras no dejaba de mirar y poner incomodo a Ker. ¡Lo sé, es por eso que deseo se unan a mí! – ¡Se giro ahora para enfrentar a Himilse, Ker quedo sorprendido, su suerte estaba cambiando, tal vez pronto no tendrá que pasar ni un día mas en esta horrible tierra y al fin y al cabo regresaría a su querida tierra.

-¡100 tarsk de cobre por tus servicios… y a ti veinte fracciones de tarsk!,- le dice sin inmutarse ante la expresión del joven.

-¡Excelente Mi Capitán, pero debe saber que necesito algo mas ya que me hospedo en una costosísima posada y como vera no soy de estar incomodo! - Himilse miro a Ker a la vez que le guiñaba un ojo, Ker enarco una ceja, negando mientras les seguía con dirección a la taberna;  a decir verdad lo que le ofrecía no estaba tan mal, considerando que ya la pequeña fortuna casi se la había ido desde que llegase aquí, sin dudas le demostraría a ese Tonto Capitán que bien podría ganar mucho mas, y eso sin dudas no descansaría hasta lograrlo.-

#Definición y uso en las cuentas en Gor#
*Hay poca que estandarizan los tipos de cambio en todo Gor, estos tipos varían de ciudad en ciudad. Los banqueros, o literalmente comerciantes de monedas, intentan normalizar el tipo de cambio en cada Feria de Sardar, pero nunca lo logran, aunque ciertas monedas son respetadas y aceptadas en todas las ciudades civilizadas, estas incluyen monedas como los tarns de oro de Ar, Ko-ro-ba y Puerto Kar, staters de oro de Brundisium y los tarsk de plata de Tharna.

                En Gor la unidad básica monetaria es el tarsk, de cobre o plata. Cada ciudad decide sobre la proporción entre ambas monedas. Una fracción de tarsk es la unidad más pequeña de moneda. Desde cuatro a veinte fracciones de tarsk equivale a un tarsk de cobre, de cuarenta a cien tarsks de cobre equivalen a un tarsk de plata, diez tarsks de plata equivalen a un discotarn de oro. Los discotarns de oro también se fabrican con doble peso. Algunas monedas se pueden dividir en fragmentos para hacer el cambio. Una moneda tiene aproximadamente 1,5 pulgadas de diámetro (N.T.: 1,5″=3,81 cm.) y 3/8 de pulgada de espesor (N.T.: 3/8″=0,95 cm.). Hay un tarn o un tarsk en una cara y normalmente una letra para identificar la ciudad de origen en la otra. No hay papel moneda en Gor.

*Traducción: Azazel Longfall



CONTINUARA...



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