Para cuando Zaltar despertó se dio cuenta que estaba solo, y con un fuerte dolor de cabeza, cosa que ya era habitual en él desde que perdiera a Arij, desde entonces prefería ahogar su pena y olvidarla con la bebida, aunque aun así, no descuidaba sus deberes como Goreano ni como Mercader. Se estiro un poco y hecho una rápida mirada a su alrededor, efectivamente las cosas de los dos Mercaderes permanecían ahí junto a la puerta ya listos para partir, sin dudas se levantaron antes que él. Levanto una ceja pensativa, ¿dónde estará la esclava?; decidió ir a darse un baño en el riachuelo detrás de su casa.
Pero decidió salir por la parte de atrás, cruzo la estancia y entro a la cocina, dirigiéndose hacia la alacena en donde había una pequeña puerta o salida hacia la parte de atrás de la casa. Hecho una rápida mirada y descubrió que la jaula de ylra estaba abierta y vacía, pero el trozo de tela con el que se cubría en las noches, estaba tirado como cuando ella pasaba sus noches allí. Hizo un respingón al girar tan rápido su cabeza. Recordó entonces donde la había enviado, ¡a servir a Hashin Korr!, se sonrió de manera desagradable al pensar en ylra. Ella le causaba una gran decepción y a la vez algo en esa mirada, en esa manera de moverse y de servir, su voz, esa voz que le hacía sentirse extrañamente atraído hacia ella, pero debía evitar tales pensamientos y concentrase en su bella kajira, pero él no quería a otra bestia, no por ahora.
Zaltar se pasó la mano por la cabeza despejando el cabello que le caía alborotado sobre el rostro, ahora desencajado y pálido por el malestar que tenia. Sentía su boca seca, comenzó a despojarse de toda vestimenta y salió al patio completamente desnudo. Cogió una barra de jabón que estaba sobre la ventanilla y de un gancho colgaba un cepillo para el cuerpo.
Su mayor sorpresa se la llevó cuando vio a los dos libres que al igual que el ahogaban su malestar tirados a orillas del rió. El obeso Hashin Korr, permanecía recostado a un árbol, estaba vestido únicamente de la cintura para abajo, con la túnica blanca y amarilla, típica de los mercaderes, junto a él había una botella de paga, su boca abierta y manos y brazo flácidos; de no ser por la enorme panza que subía y bajaba relajadamente se diría que estaba muerto. Se pregunto en dónde estaría ylra y giro de un lado al otro la cabeza en su búsqueda, pero no la encontró. Se encogió de hombres, sabía que no había escapado, así que se acerco al rió y se sumergió en la parte más honda, allí comenzó a bañarse.
-Tal, Zaltar!. -Saludo Uruma Gianno, cuando lo miro entrar al agua con ojos entrecerrados por la luz del sol, esta se colaba entre las ramas del frondoso árbol ubicado a orillas del rió; sin siquiera levantar su cabeza la cual recostaba en una piedra, este permanecía sentado dentro del rió en la parte más baja, allí el agua corría por su espalda.
-¡Tal, Uruma!- bebió agua colocando sus manos a modo de cuenco y sacio su sed.
-¡Veo que nuestro amigo Hashin no puede levantarse si quiera!.
El hombre permanecía tumbado casi cayéndose, roncaba fuertemente y babeaba de un costado de su boca. Ambos hombres rieron estruendosamente al verlo toser y moverse para no caer de lado; al reír, ambos dieron un respingón de dolor, por lo que de inmediato dejaron de hacerlo. Al cabo de unos enhs, Zaltar permanecía igualmente echado en el rió, dejando el agua corriera por su cuerpo; percibió así el delicioso aroma a vino de Turia y… ¿A caso ere vulo asado? ¡Como bien lo sabia preparar… ylra!? Zaltar sonrió* ¡Entonces estaba bien!, pensó* Sin siquiera darse cuenta suspiro aliviado y continuo con su baño, el delicioso olor le abrió repentinamente el apetito.-
Ylra se encontraba cocinado y preparando el desayuno a su amo y el de los otros dos libres.
Para fortuna de ylra, la noche anterior le fue de maravilla, el gordo tenía toda la intención de usarla, pero ella fue mucho más astuta y recurriendo a sus encantos y a su experiencia como esclava; con su voz dulce le ofreció traer más vino y luego danzaría para él, el hombre acepto gustoso, después de todo ella no era más que un animal y su deber seria complacerlo sin importar nada mas, en continuo unos enhs sobando insistentemente su redondeado y duro trasero y después de estrujarla contra su pecho, la soltó; ylra también se comporto melosa, y haciéndole creer al libre que ella estaría dispuesta obedecerlo en todas sus urgencias, le beso en el cuello y en su oreja; ella bien sabia que, un par de copas mas, y caería rendido a los brazos de Morfeo.
Ylra corrí a la casa y entro por detrás, pero antes hecho una rápida mirada a la estancia en donde miro a su amo sentado sobre los mullidos cojines, ahora bebía solo, lo que le dio una profunda tristeza, el no poder consolarlo, lo miro nuevamente mientras empinaba la botella de paga y secaba con su antebrazo sus ojos, afino la vista ¿acaso estaba llorando? volvió a darle esa impresión. Pero el lloran era permitido entre los hombres de este mundo, a diferencia de la tierra, los hombres de Gor podían demostrar abiertamente sus emociones, siempre y cuando no comprometiera su hombría y honor Goreano.-
Corrió de nuevo a la alacena y en silencio busca una botella de vino, al hallarla, volvió a salir al encuentro con el otro amo; para su sorpresa y alegría el hombre estaba recostado de un árbol a la orilla del riachuelo, la oscuridad lo arropo, así que se acerco con cautela y comprobó que dormía profundamente, decidió abrir la botella destacándola con sus dientes y escupiendo a un lado el corcho, poco a poco vació su contenido en el rió y dejo caer, cerca de él, unas cuantas gotas incluso se hecho sobre el cuello, como si él la hubiera derramado en ella, mientras la obligaba a beber.
Ya fingiría malestar por la bebida si fuera el caso. Ylra sonrió satisfecha, por esta vez había salido bien librada, el amo jamás diría que no la toco, así que se fue hasta su jaula en donde podía resguardarse del frió y la oscuridad de la noche que al parecer no mostraría las tres hermosas lunas que suelen aparecer cuando el cielo está despejado y sin nubes. Se levantaría temprano en la mañana y saldría a donde él para que cuando despertarse la encontrase a su lado.
Para cuando el amo Hashin despertó ella estaba hecha un ovillo a sus pies, deliberadamente se
había levantado bien temprano, no había salido incluso el Lar Torvi, así que se
acomodo a sus pies y se movió para así depertarlo, pero este no reacciono, ylra
pensó incluso que estaba muerto ya que sus pies estaban helados, y húmedos, no
se dio cuenta que llovió durante la noche pero el frondoso árbol afortunadamente
no dejo que se mojara del todo. Ylra cogió una roca y la lanzo a una rama del
árbol sobre la cabeza de Hashin, haciendo que esta se moviera y dejara caer
gotas de helada agua sobre la cabeza y el rostro del hombre casi inconsciente, ¡resulto!, el hombre se despertó de
golpe. Afortunadamente la roca cayó lejos de su cabeza, de no haber sido así,
no sabría cómo explicar el resultado.
-¡Grrrrrr, Oohhh… uuuuuff! ¡a- a un lado bestia!!- dijo mientras empujaba a ylra con un pie, para que se hiciera a un lado, y corrí pesadamente al rió donde cayó de rodillas, y tras arcadas, el hombre devolvió por completo todo cuanto había bebido sobre las aguas del rió. Ylra lo miro y sintió repulsión, pero a la vez se sintió orgullosa de su acción, se arrodillo cerca del libre, justo a dos pasos detrás de él, no lo suficiente como para verlo vomitar y sonriendo, puso su mejor cara de preocupación.-
-¡Desea el amo que esta kajira le sirva en algo! –el hombre la miro por encima de su hombro por unos inh y volvió a voltear el enorme estomago en el rio, afortunadamente, el rio corría en dirección a donde él estaba vomitando, así que la corriente se llevaría todo. Ylra rio por lo bajo tapándose la boca con una mano, se levanto y corrió a la cocina a prepararse para cuando su amo despertase.
Zaltar termino de bañarse y se apresuro a salir del agua, se giro antes de salir del todo.
-¡Son bienvenidos a comer y a reabastecerse antes de partir a su largo viaje, hermanos! -Uruma lo miro y luego al gordo y pesado amigo quien ya se había levantado y se sostenía la cabeza entre las manos, con sus piernas cruzadas, pensando quizás, que no recordaba ni en donde estaba.
- ¡Gratitud, hermano Zaltar! -Zaltar sonrió y camino de regreso a su casa. Al entrar a la cocina Zaltar encontró a ylra de pie revolviendo la olla en donde cocinaba y justo cuando iba a probar el vulo asado se alerto, un ruido detrás de ella la hiso volverse.
Ylra soltó la cuchara dentro de la olla y se giro de inmediato al escucha a su amo aclararse la garganta. Al voltear sus ojos recorrieron el largo y musculoso torso de Zaltar, aun caían gotas de agua de su cabello, sobre su rostro, sobre sus hombros, el pasado su mano sobre su largo cabello aplastándolo hacia atrás, continuo bajando por su vientre plano y fibroso, el vello que cubría su sexo, miro sus esplendidas pierna, y se detuvo en sus pies descalzos, por unos inhs volvió a subir su mirada, esta vez al rostro de Zaltar su ojos verdes la recibieron con una cálida y extraña mirada, se mordió el labio inferior y corrió a los pies de este.
¡Oh, amo! – La muchacha se tumbo al suelo, sus manos a cada lado de sus pies, sus labios recorrieron la línea alta de su empeine y subían a sus tobillos, con la punta de sus dedos acaricio los costados de sus talones casi en un sutil rose. Su lengua comenzó a lamer las gotas que quedaron aun sobre sus dedos. Zaltar se puso en cuclillas frente a ella y le levanto el rostro con una mano puesta bajo su babilla.
-¡Buenos días, pequeño vulo! –ylra no daba crédito a sus oídos, ¿Qué su amo la tratase bien? ¿a caso está siendo cariñoso? – ¡Se lo que pretendes! –se levanto y con un chasquido de sus dedos le indico que se sentara sobre sus talones. -¡Esta vez volaste alto, kajira, como un “vulo” que escapa de las flechas de un cazador! -Zaltar camino lentamente y se acerco a la olla, bajo su cabeza y inspiro hondo a la vez que cerraba sus ojos, disfrutando del delicioso aroma a vulo asado. Ylra no dejaba de mirarlo sorprendida, ¿A caso la había visto? ¿Acaso estuvo observándola todo ese tiempo? La joven comenzó a temblar.
-¡Oh, amo!. – Ylra gimió y de sus ojos comenzaron brotar lágrimas de desespero y preocupación. -¿puedo explicarlo! intento explicarse pero él la cayo con un gesto, el poner su dedo índice sobre sus labios.-
-¡Shhhh!, ¿Acaso te he dado permiso para hablar? -Le dijo con voz firme pero extrañamente cargada de dulzura. la joven bajo la mirada al suelo en cuanto este la miro. Lentamente se le fue acercando, ella se agazapo a sus pies.
-¡No creí que fueras tan inteligente, eres sin duda muy astuta para ser una barbará. Si hashim me vuelve a pujar por ti! ¡Sin duda aceptaría hasta un puño de tierra a cambio de una bestia mentirosa y desobediente! – esto le dio a ylra una amarga punzada de decepción, ¿tan poco valía para él?
- Nadu ylra. – la joven se volvió a erguir y se mostró tan bella como siempre, enderezo su espalda y separo sus rodillas y poso sus manos con las palmas hacia arriba sobre sus bellos y gruesos muslos.
–¡Y mírame cuando te hable!
Zaltar cogió una silla de la mesa de la cocina, la giro y se sentó ahorcajada en ella, apoyando sus brazos cruzados en el respaldo, se situó frente a la joven esclava, y sin dejar de mirarla.
-¿Dime, te uso el Libre? ¡No me mientas eh! –Zaltar sonreía con malicia, apoyo su cara en una mano, despreocupadamente pero en su cara había algo diferente, ¿quizás era orgullo? ¿Quizás se estaba divirtiendo con la broma que le hiciere al libre? si se enteraba de lo que la muchacha había hecho seria su fin sin duda.
Ylra no le miro, mas sin embargo bajo su cabeza y negó lentamente.-
-¡Eso pensé!- Zaltar la miro larga e intensamente. – ¡Mírame cuando te hable pequeño vulo!, “¡pequeño vulo!” -Lo repitió una vez más, como si pensara que ese sería un buen nombre para la chica. Las risas de Zaltar la sacaron de sus pensamientos, ylra miro a su amo, ahora le veía un tanto diferente, incluso adorable, su corazón dio un vuelco dentro de su pecho y sus mejilla se ruborizaron, el, alargo una mano, e inclinando la silla hacia adelante, la tomo del mentón y la obligo a verle.
-Eres hermosa “pequeño vulo” – Zaltar la miro largamente, el reflejo de sus ojos en los de ella le hiso recordar que no debía dejar de ser un hombre justo. -Pero aun así deberé castigarte, lo sabes verdad?- ylra lo miro y esbozo una sonrisa, él le correspondió.
– ¡Lo bueno es que sin querer me has ayudado a vengarme de ese par! jajaja- volvió a reír divertido. Y levantándose camino a paso veloz a vestirse.-
-¡Vamos perezosa, apúrate que tengo de hambre!.- Ylra se quedo sentada sobre sus talones viendo el esplendido y músculos cuerdo de Zaltar, y cuando este se giro y miro por encima de su hombro; enarcando una ceja interrogante, le espeto.
-¿Que no piensas venir y servirle a tu amo? ¡Muero por probar ese "vulo asado"!-Sus ultimas palabras fueron con doble sentido pero la inocencia y quizás fuera de si de ylra no le permitieron interpretar esa frase en particular.
Ylra sintió a su corazón latir feliz esa mañana; con ese pensamiento paso el resto de la mañana; le sirvió a los libres y atendió a su amo como nunca, por primera vez desde que el la capturara en las afueras de Ar, bajo una la sangrienta batalla, el amo Zaltar reía, y reía además contento por ella, por como se había “burlado del libre”, esa idea la hiso pensar que no le importaba si su amo la azotara 2 veces con el kurt, su felicidad bien valdría el castigo.-
Zaltar devoraba su plato de vulo asado, sus dos amigos lo acompañaron, todos estaban felices excepto Hashin quien no dejaba de mirar a ylra furtivamente, quien permanecía tan bellamente sentada sobre sus talones de rodillas separabas, su hermosa piel desnuda adornaba el lugar, Zaltar sonrió durante toda la comida. Le echaba miradas a Hashin quien al darse cuenta que era expiado desviaba la mirada y continuaba sorbiendo el potaje que al parecer era lo único que podía aguantar, lo demás le hacía sentirse mal nuevamente. Más tarde esa mañana, el momento de despedir a los dos Mercaderes llego, y para alivio agradeció que la enviaran por los boskos. Zaltar ayudo a subir sus cosas al Carro; ylra se había dispuesto a poner en orden y calmar a las bestias.
-Gratitud, Zaltar! -Se despide Hashin estrechando a Zaltar entre sus enormes brazos, y corrió a subirse al carro sin siquiera mirar a nadie más.
-¡Sí, hermano. ¡Qué encuentres Sombra en tu Camino!
-¡Te deseo bien Mescatos! -Lo llamo por su nombre completo, Zaltar se sonrió, asía tiempo que nadie lo llamaba así.
-¡Te deseo bien Gianno! – subiéndose en el estribo, este ultimo alzo su mano y se despidió del Joven Mercader. Zaltar aguardo de brazos cruzados mientras ellos emprendían su largo viaje después de Ar viajarían al Voltai. Un ruido a su derecha llamo su atención, giro la cabeza y descubrió a la joven ylra de pie con una mano apoyada en la empalizada que rodeaba el corral de los boskos, al parecer jugaba con algo que solo ella veía. Zaltar se sonrió al verla y detrás de ella observo la vieja escalera de ramas que atadas con fuerte fibra le servían para subirse al techo de su cabaña y así acomodar si alguna rama del frondoso árbol caía accidentalmente y perforaba el techo hecho de ramas.
-¡Ylra, ven aquí! –la joven se sobresalto no se percato de que el la estaba observando, inmediatamente corrió a su encuentro y al llegar a el justo antes de intentar agazaparse a sus pies en la detuvo.
-¡Espera, no te arrodilles! ¡Ves aquella escalera de allá! -Le dijo señalándola con el dedo, ella giro su cabeza y miro la gran escalera de apariencia pesada.-
-¡Si, mi amo!
-¡Bien, quiero que vallas por ella y la coloques detrás de la casa!
-¿La escalera, amo?
-¿Eres tonta o qué?, –dijo alzando la voz. -¡Si, la escalera… y har-ta que no tengo todo el día!
Zaltar camino a grandes zancadas mientras la kajira corría en dirección a donde le habían indicado, al llegar y tomo entre su manos la ruda escalera, sintió al dar el primer tirón que no se movía, se planto mejor frente a ella y volvió a tirar de ella primero para separarla de la pared de donde estaba recostada y valla que le costó moverla, ella casi cae con ella encima; como pudo la fue bajando hasta que quedara a lo largo, sobre el suelo , y una vez allí la giro a modo de llevarla por un extremo y arrastrarla por el otro. Cuando llego al sitio donde su amo le había indicado llevarla, ylra sudaba por todos lados, sus mejilla a revoladas por el esfuerzo; allí, se detuvo cerca de la puerta en donde estaba su amo de pie mirando el techo de ese costado de la casa, ylra le siguió con la mirada y efectivamente una rama había caído haciendo un gran agujero entre las ramas y hierba seca que servían de techo.-
-¡Traela aquí ylra! – ylra arrastro la escalera hasta donde estaba Zaltar el sin mirarla le cogió y enderezo apoyándola cerca de la abertura del techo a un lado ya había nuevas ramas y lianas para atar, así como ramas secas con hojas fuertes entretejidas. Zaltar se subiría a reparar el tejado.
El estaba desnudo de la cintura para arriba; y cuando hubo terminado de colocar la ultima rama y atarla bien se seco el sudor con el dorso del brazo, el Lar Torvi ya rallaba el punto más alto del cielo, ylra había estado en todo ese tiempo sosteniendo la base de la escalera como se lo había ordenado.-
Zaltar comenzó a descender y al llegar al suelo se paro junto a ylra, está bajo la cabeza bajo su mirada ahora con ojos entrecerrados por el sol. Zaltar miro de nuevo al techo y luego a la joven esclava, su hermoso cuerpo estaba de un nuevo tono moreno era precioso que se emparejara el tono de su piel al andar completamente desnuda. Zaltar se hiso a un lado y le ordeno.
-¡Sube a la escalera ylra sube hasta el cuarto peldaño, y mete tus piernas en el que quedes sentada en el aire con las rodillas flexionadas!.
Ylra lo miro un tanto desconcertada, pero sin demora obedeció, ella paso por un costado rosando el pecho de Zaltar con su hombro y espalda, ya que este aun sostenía la escalara con su mano derecha dejando un estrecho espacio entre él y la escalera, la joven pudo sentir la humedad de su cuerpo y su respiración cuando roso su mejilla, y al poner un pie en el primer escalón, Zaltar coloco su mano libre en su cadera impulsándola a seguir. Ella subió los tres escalones y en el cuarto metió una pierna y luego la otra. A todo esto Zaltar no perdía detalle de todos y cada uno de sus movimientos y sin dejar de soltarla sostenía aun su cadera, ahora con ambas manos.
Ella se agarro a cada lado de la escalera e hizo amague de sentarse en el aire pero se sintió incomoda, y cuando intento echarse hacia adelante para apoyar en el peldaño su redondeado trasero, él le dio una sonora palmada en ambo para que volviera a su posición inicial.
-¡No te he dicho que te sientes! ¿O, sí?
-¡Ohh! ¡No, amo!
–¡Bien , no te muevas o te azotare ¡ -Zaltar se aparto un rato y se dirigió a la casa dejándola allí, paso un cuarto de anh, y el regreso. Ylra se sentía incomoda el sol le había quemado mas su piel, ella estaba caliente por los rayos del sol, aunque estaba cómoda por la suave y fresca brisa, sentía que sus piernas estaban entumecidas. Ella permanecía con la cabeza baja y sus brazos y piernas comenzaron a dolerle, al oír los pasos de su amo ella se enderezo.
-¡Veo que no eres un animalito muy obediente, pequeño vulo! –Zaltar se acerco a ella y colocándose detrás con sus manos a cada lado de la escalera, subió el primer peldaño quedando a la altura justa para rozar su sexo al enorme y suave trasero de ylra. Con una mano se agarro a la baranda de la escalare para sostenerse y con la otra moldeo su trasero sobándolo y deleitándose con el calor que había dejado el sol en su piel, se acerco a su cuello y en un susurro al oído le hablo.
- kajira!- ylra por el contacto de aquellas manos sobre sus nalgas, no pudo ahogar un gemido que salió espontáneamente. Zaltar rió por lo bajo. Ella hecho su cabeza hacia atrás echando su largo y espeso cabello a un lado y sobre su espalda, exponiendo ante el su hermoso cuello un tanto irritado por la fibra que tenie atado a el. Zaltar abandona el placer de seguir sobando su piel y acaricia ahora el cuello de la joven, apartando del todo su cabello y echándolo sobre su otro hombro, se suelta del todo de la escalera pegando su cuerpo al de ylra, quien siente la dureza de el que golpea contra su túnica y su desnudez.
- kajira!- ylra por el contacto de aquellas manos sobre sus nalgas, no pudo ahogar un gemido que salió espontáneamente. Zaltar rió por lo bajo. Ella hecho su cabeza hacia atrás echando su largo y espeso cabello a un lado y sobre su espalda, exponiendo ante el su hermoso cuello un tanto irritado por la fibra que tenie atado a el. Zaltar abandona el placer de seguir sobando su piel y acaricia ahora el cuello de la joven, apartando del todo su cabello y echándolo sobre su otro hombro, se suelta del todo de la escalera pegando su cuerpo al de ylra, quien siente la dureza de el que golpea contra su túnica y su desnudez.
-¡Dime esclava, acaso deseas llevar un collar? ¡Responde!
-¡Aahh, so- solo si- si el amo lo deseas! -Fue su ronca respuesta. Zaltar acariciaba su cuello con su nariz, mientras olfateaba la piel de la kajira. Su piel se erizaba a lo que Zaltar rio por lo bajo, sabía que esta esclava seria una excelente “seda roja” y el mismo se encargaría de encender su fuego cada vez más rápido.- Zaltar saco de su ciento una daga, con empuñadura de oro, su punta era curva y muy afilada. La puso frente a los ojos de la kajira quien se mordió el labio inferior ahogando una gemido de horror, ¿acaso su amos la degollaría? ¿Ese sería su castigo después de todo?
-¡Oooh, amo, piedad, piedad! –suplico con los ojos cerrados. Enseguida sintió la risa de Zaltar sobre su mejilla.
-¡Ja ja ja ja! Tranquila kajira ...aun no lo haré! -Y coloco entonces la punta de la daga en el naciente de sus pechos y subió hasta llegar a su cuello justo debajo de la fibra y de un solo tirón que casi no sintió, corto las cinco vueltas de fibra, cayendo al suelo por su espalda.-
-¡Ahora escúchame bien, sostente fuerte y no te sueltes o te juro que usare mi daga para cortarte en pedacitos y usarte como alimento para los Tharlarion!
Ylra se horrorizo, ella no dudaba que bien podía hacerlo, de eso no tenía la menor duda, ella había sido la culpable de que el perdiera a su kajira y desde entonces él se había encargado de recordárselo todos los días.- Así que, se agarro fuerte a cada lado de la escalera y no se soltaría por nada del mundo, sus antebrazos se tensaron al sentir el peso de ella sumado ahora al de su amo quien si se había soltado y agarrado de sus bien torneados pechos, y con hábiles manos pretendía torturarlos con sus dedos índice y pulgar, haciéndolos girar entre ellos, y arrancándole a la joven esclava gemidos y estremecimiento de divino placer...
Continuara...