viernes, 19 de junio de 2015

Mi historia como Kajira -10mo Capitulo-

Creíste que te escaparías de mi, pequeño vulo.




Para cuando Zaltar despertó se dio cuenta que estaba solo, y con un fuerte dolor de cabeza, cosa que ya era habitual en él desde que perdiera a Arij, desde entonces prefería ahogar su pena y olvidarla con la bebida, aunque aun así, no descuidaba sus deberes como Goreano ni como Mercader. Se estiro un poco y hecho una rápida mirada a su alrededor, efectivamente las cosas de los dos Mercaderes permanecían ahí junto a la puerta ya listos para partir, sin dudas se levantaron antes que él. Levanto una ceja pensativa, ¿dónde estará la esclava?; decidió ir a darse un baño en el riachuelo detrás de su casa.
                 
           Pero decidió salir por la parte de atrás, cruzo la estancia y entro a la cocina, dirigiéndose hacia la alacena en donde había una pequeña puerta o salida hacia la parte de atrás de la casa. Hecho una rápida mirada y descubrió que la jaula de ylra estaba abierta y vacía, pero el trozo de tela con el que se cubría en las noches, estaba tirado como cuando ella pasaba sus noches allí. Hizo un respingón al girar tan rápido su cabeza. Recordó entonces donde la había enviado, ¡a servir a Hashin Korr!, se sonrió de manera desagradable al pensar en ylra. Ella le causaba una gran decepción y a la vez algo en esa mirada, en esa manera de moverse y de servir, su voz, esa voz que le hacía sentirse extrañamente atraído hacia ella, pero debía evitar tales pensamientos y concentrase en su bella kajira, pero él no quería a otra bestia, no por ahora.

           Zaltar se pasó la mano por la cabeza despejando el cabello que le caía alborotado sobre el rostro, ahora desencajado y pálido por el malestar que tenia. Sentía su boca seca, comenzó a despojarse de toda vestimenta y salió al patio completamente desnudo. Cogió una barra de jabón que estaba sobre la ventanilla y de un gancho colgaba un cepillo para el cuerpo.

            Su mayor sorpresa se la llevó cuando vio a los dos libres que al igual que el ahogaban su malestar tirados a orillas del rió. El obeso Hashin Korr, permanecía recostado a un árbol, estaba vestido únicamente de la cintura para abajo, con la túnica blanca y amarilla, típica de los mercaderes, junto a él había una botella de paga, su boca abierta y manos y brazo flácidos; de no ser por la enorme panza que subía y bajaba relajadamente se diría que estaba muerto. Se pregunto en dónde estaría ylra y giro de un lado al otro la cabeza en su búsqueda, pero no la encontró. Se encogió de hombres, sabía que no había escapado, así que se acerco al rió y se sumergió en la parte más honda, allí comenzó a bañarse.


-Tal, Zaltar!. -Saludo Uruma Gianno, cuando lo miro entrar al agua con ojos entrecerrados por la luz del sol, esta se colaba entre las ramas del frondoso árbol ubicado a orillas del rió; sin siquiera levantar su cabeza la cual recostaba en una piedra, este permanecía sentado dentro del rió en la parte más baja, allí el agua corría por su espalda.

Tal, Uruma!- bebió agua colocando sus manos a modo de cuenco y sacio su sed.

-¡Veo que nuestro amigo Hashin no puede levantarse si quiera!. 

           El hombre permanecía tumbado casi cayéndose, roncaba fuertemente y babeaba de un costado de su boca. Ambos hombres rieron estruendosamente al verlo toser y moverse para no caer de lado; al reír, ambos dieron un respingón de dolor, por lo que de inmediato dejaron de hacerlo. Al cabo de unos enhs, Zaltar permanecía igualmente echado en el rió, dejando el agua corriera por su cuerpo; percibió así el delicioso aroma a vino de Turia y… ¿A caso ere vulo asado? ¡Como bien lo sabia preparar… ylra!? Zaltar sonrió* ¡Entonces estaba bien!, pensó* Sin siquiera darse cuenta suspiro aliviado y continuo con su baño, el delicioso olor le abrió repentinamente el apetito.-
         Ylra se encontraba cocinado y preparando el desayuno a su amo y el de los otros dos libres. 

          Para fortuna de ylra, la noche anterior le fue de maravilla, el gordo tenía toda la intención de usarla, pero ella fue mucho más astuta y recurriendo a sus encantos y a su experiencia como esclava; con su voz dulce le ofreció traer más vino y luego danzaría para él, el hombre acepto gustoso, después de todo ella no era más que un animal y su deber seria complacerlo sin importar nada mas, en continuo unos enhs sobando insistentemente su redondeado y duro trasero y después de estrujarla contra su pecho, la soltó; ylra también se comporto melosa, y haciéndole creer al libre que ella estaría dispuesta obedecerlo en todas sus urgencias, le beso en el cuello y en su oreja; ella bien sabia que, un par de copas mas, y caería rendido a los brazos de Morfeo. 

         Ylra corrí a la casa y entro por detrás, pero antes hecho una rápida mirada a la estancia en donde miro a su amo sentado sobre los mullidos cojines, ahora bebía solo, lo que le dio una profunda tristeza, el no poder consolarlo, lo miro nuevamente mientras empinaba la botella de paga y secaba con su antebrazo sus ojos, afino la vista ¿acaso estaba llorando? volvió a darle esa impresión. Pero el lloran era permitido entre los hombres de este mundo, a diferencia de la tierra, los hombres de Gor podían demostrar abiertamente sus emociones, siempre y cuando no comprometiera su hombría y honor Goreano.- 

          Corrió de nuevo a la alacena y en silencio busca una botella de vino, al hallarla, volvió a salir al encuentro con el otro amo; para su sorpresa y alegría el hombre estaba recostado de un árbol a la orilla del riachuelo, la oscuridad lo arropo, así que se acerco con cautela y comprobó que dormía profundamente, decidió abrir la botella destacándola con sus dientes y escupiendo a un lado el corcho, poco a poco vació su contenido en el rió y dejo caer, cerca de él, unas cuantas gotas incluso se hecho sobre el cuello, como si él la hubiera derramado en ella, mientras la obligaba a beber. 

          Ya fingiría malestar por la bebida si fuera el caso. Ylra sonrió satisfecha, por esta vez había salido bien librada, el amo jamás diría que no la toco, así que se fue hasta su jaula en donde podía resguardarse del frió y la oscuridad de la noche que al parecer no mostraría las tres hermosas lunas que suelen aparecer cuando el cielo está despejado y sin nubes. Se levantaría temprano en la mañana y saldría a donde él para que cuando despertarse la encontrase a su lado. 

          Para cuando el amo Hashin despertó ella estaba hecha un ovillo a sus pies, deliberadamente se había levantado bien temprano, no había salido incluso el Lar Torvi, así que se acomodo a sus pies y se movió para así depertarlo, pero este no reacciono, ylra pensó incluso que estaba muerto ya que sus pies estaban helados, y húmedos, no se dio cuenta que llovió durante la noche pero el frondoso árbol afortunadamente no dejo que se mojara del todo. Ylra cogió una roca y la lanzo a una rama del árbol sobre la cabeza de Hashin, haciendo que esta se moviera y dejara caer gotas de helada agua sobre la cabeza y el rostro del hombre casi inconsciente, ¡resulto!, el hombre se despertó de golpe.                              Afortunadamente la roca cayó lejos de su cabeza, de no haber sido así, no sabría cómo explicar el resultado.

-¡Grrrrrr, Oohhh… uuuuuff! ¡a- a un lado bestia!!- dijo mientras empujaba a ylra con un pie, para que se hiciera a un lado, y corrí pesadamente al rió donde cayó de rodillas, y tras arcadas, el hombre devolvió por completo todo cuanto había bebido sobre las aguas del rió. Ylra lo miro y sintió repulsión, pero a la vez se sintió orgullosa de su acción, se arrodillo cerca del libre, justo a dos pasos detrás de él, no lo suficiente como para verlo vomitar y sonriendo, puso su mejor cara de preocupación.-

-¡Desea el amo que esta kajira le sirva en algo! el hombre la miro por encima de su hombro por unos inh y volvió a voltear el enorme estomago en el rio, afortunadamente, el rio corría en dirección a donde él estaba vomitando, así que la corriente se llevaría todo. Ylra rio por lo bajo tapándose la boca con una mano, se levanto y corrió a la cocina a prepararse para cuando su amo despertase.

Zaltar termino de bañarse y se apresuro a salir del agua, se giro antes de salir del todo.

-¡Son bienvenidos a comer y a reabastecerse antes de partir a su largo viaje, hermanos! -Uruma lo miro y luego al gordo y pesado amigo quien ya se había levantado y se sostenía la cabeza entre las manos, con sus piernas cruzadas, pensando quizás, que no recordaba ni en donde estaba. 

- ¡Gratitud, hermano Zaltar! -Zaltar sonrió y camino de regreso a su casa. Al entrar a la cocina Zaltar encontró a ylra de pie revolviendo la olla en donde cocinaba y justo cuando iba a probar el vulo asado se alerto, un ruido detrás de ella la hiso volverse.

             Ylra soltó la cuchara dentro de la olla y se giro de inmediato al escucha a su amo aclararse la garganta. Al voltear sus ojos recorrieron el largo y musculoso torso de Zaltar, aun caían gotas de agua de su cabello, sobre su rostro, sobre sus hombros, el pasado su mano sobre su largo cabello aplastándolo hacia atrás, continuo bajando por su vientre plano y fibroso, el vello que cubría su sexo, miro sus esplendidas pierna, y se detuvo en sus pies descalzos, por unos inhs volvió a subir su mirada, esta vez al rostro de Zaltar su ojos verdes la recibieron con una cálida y extraña mirada, se mordió el labio inferior y corrió a los pies de este. 

¡Oh, amo! La muchacha se tumbo al suelo, sus manos a cada lado de sus pies, sus labios recorrieron la línea alta de su empeine y subían a sus tobillos, con la punta de sus dedos acaricio los costados de sus talones casi en un sutil rose. Su lengua comenzó a lamer las gotas que quedaron aun sobre sus dedos. Zaltar se puso en cuclillas frente a ella y le levanto el rostro con una mano puesta bajo su babilla.

-¡Buenos días, pequeño vulo! –ylra no daba crédito a sus oídos, ¿Qué su amo la tratase bien? ¿a caso está siendo cariñoso?¡Se lo que pretendes! –se levanto y con un chasquido de sus dedos le indico que se sentara sobre sus talones. -¡Esta vez volaste alto, kajira, como un “vulo” que escapa de las flechas de un cazador! -Zaltar camino lentamente y se acerco a la olla, bajo su cabeza y inspiro hondo a la vez que cerraba sus ojos, disfrutando del delicioso aroma a vulo asado. Ylra no dejaba de mirarlo sorprendida, ¿A caso la había visto? ¿Acaso estuvo observándola todo ese tiempo? La joven comenzó a temblar.


-¡Oh, amo!. – Ylra gimió y de sus ojos comenzaron brotar lágrimas de desespero y preocupación. -¿puedo explicarlo! intento explicarse pero él la cayo con un gesto, el poner su dedo índice sobre sus labios.- 


-¡Shhhh!, ¿Acaso te he dado permiso para hablar? -Le dijo con voz firme pero extrañamente cargada de dulzura. la joven bajo la mirada al suelo en cuanto este la miro. Lentamente se le fue acercando, ella se agazapo a sus pies.

-¡No creí que fueras tan inteligente, eres sin duda muy astuta para ser una barbará. Si hashim me vuelve a pujar por ti! ¡Sin duda aceptaría hasta un puño de tierra a cambio de una bestia mentirosa y desobediente!esto le dio a ylra una amarga punzada de decepción, ¿tan poco valía para él?
- Nadu ylra. – la joven se volvió a erguir y se mostró tan bella como siempre, enderezo su espalda y separo sus rodillas y poso sus manos con las palmas hacia arriba sobre sus bellos y gruesos muslos. 
–¡Y mírame cuando te hable! 

            Zaltar cogió una silla de la mesa de la cocina, la giro y se sentó ahorcajada en ella, apoyando sus brazos cruzados en el respaldo, se situó frente a la joven esclava, y sin dejar de mirarla.

-¿Dime, te uso el Libre? ¡No me mientas eh! –Zaltar sonreía con malicia, apoyo su cara en una mano, despreocupadamente pero en su cara había algo diferente, ¿quizás era orgullo? ¿Quizás se estaba divirtiendo con la broma que le hiciere al libre? si se enteraba de lo que la muchacha había hecho seria su fin sin duda. 

         Ylra no le miro, mas sin embargo bajo su cabeza y negó lentamente.-

-¡Eso pensé!- Zaltar la miro larga e intensamente. – ¡Mírame cuando te hable pequeño vulo!, “¡pequeño vulo!” -Lo repitió una vez más, como si pensara que ese sería un buen nombre para la chica. Las risas de Zaltar la sacaron de sus pensamientos, ylra miro a su amo, ahora le veía un tanto diferente, incluso adorable, su corazón dio un vuelco dentro de su pecho y sus mejilla se ruborizaron, el, alargo una mano, e inclinando la silla hacia adelante, la tomo del mentón y la obligo a verle. 

-Eres hermosa “pequeño vulo” Zaltar la miro largamente, el reflejo de sus ojos en los de ella le hiso recordar que no debía dejar de ser un hombre justo. -Pero aun así deberé castigarte, lo sabes verdad?- ylra lo miro y esbozo una sonrisa, él le correspondió. 

¡Lo bueno es que sin querer me has ayudado a vengarme de ese par! jajaja- volvió a reír divertido. Y levantándose camino a paso veloz a vestirse.-

-¡Vamos perezosa, apúrate que tengo de hambre!.- Ylra se quedo sentada sobre sus talones viendo el esplendido y músculos cuerdo de Zaltar, y cuando este se giro y miro por encima de su hombro; enarcando una ceja interrogante, le espeto.

-¿Que no piensas venir y servirle a tu amo? ¡Muero por probar ese "vulo asado"!-Sus ultimas palabras fueron con doble sentido pero la inocencia y quizás  fuera de si de ylra no le permitieron interpretar esa frase en particular.

         Ylra sintió a su corazón latir feliz esa mañana; con ese pensamiento paso el resto de la mañana; le sirvió a los libres y atendió a su amo como nunca, por primera vez desde que el la capturara en las afueras de Ar, bajo una la sangrienta batalla, el amo Zaltar reía, y reía además contento por ella, por como se había “burlado del libre”, esa idea la hiso pensar que no le importaba si su amo la azotara 2 veces con el kurt, su felicidad bien valdría el castigo.-

        Zaltar devoraba su plato de vulo asado, sus dos amigos lo acompañaron, todos estaban felices excepto Hashin quien no dejaba de mirar a ylra furtivamente, quien permanecía tan bellamente sentada sobre sus talones de rodillas separabas, su hermosa piel desnuda adornaba el lugar, Zaltar sonrió durante toda la comida. Le echaba miradas a Hashin quien al darse cuenta que era expiado desviaba la mirada y continuaba sorbiendo el potaje que al parecer era lo único que podía aguantar, lo demás le hacía sentirse mal nuevamente. Más tarde esa mañana, el momento de despedir a los dos Mercaderes llego, y para alivio agradeció que la enviaran por los boskos. Zaltar ayudo a subir sus cosas al Carro; ylra se había dispuesto a poner en orden y calmar a las bestias.


-Gratitud, Zaltar! -Se despide Hashin estrechando a Zaltar entre sus enormes brazos, y corrió a subirse al carro sin siquiera mirar a nadie más.


Sí, hermano. ¡Qué encuentres Sombra en tu Camino!

-¡Te deseo bien Mescatos! -Lo llamo por su nombre completo, Zaltar se sonrió, asía tiempo que nadie lo llamaba así.

-¡Te deseo bien Gianno!subiéndose en el estribo, este ultimo alzo su mano y se despidió del Joven Mercader. Zaltar aguardo de brazos cruzados mientras ellos emprendían su largo viaje después de Ar viajarían al Voltai. Un ruido a su derecha llamo su atención, giro la cabeza y descubrió a la joven ylra de pie con una mano apoyada en la empalizada que rodeaba el corral de los boskos, al parecer jugaba con algo que solo ella veía. Zaltar se sonrió al verla y detrás de ella observo la vieja escalera de ramas que atadas con fuerte fibra le servían para subirse al techo de su cabaña y así acomodar si alguna rama del frondoso árbol caía accidentalmente y perforaba el techo hecho de ramas. 

-¡Ylra, ven aquí! –la joven se sobresalto no se percato de que el la estaba observando, inmediatamente corrió a su encuentro y al llegar a el justo antes de intentar agazaparse a sus pies en la detuvo. 

-¡Espera, no te arrodilles! ¡Ves aquella escalera de allá! -Le dijo señalándola con el dedo, ella giro su cabeza y miro la gran escalera de apariencia pesada.-

-¡Si, mi amo!

-¡Bien, quiero que vallas por ella y la coloques detrás de la casa!

-¿La escalera, amo?


-¿Eres tonta o qué?, –dijo alzando la voz. -¡Si, la escalera… y har-ta que no tengo todo el día! 


          Zaltar camino a grandes zancadas mientras la kajira corría en dirección a donde le habían indicado, al llegar y tomo entre su manos la ruda escalera, sintió al dar el primer tirón que no se movía, se planto mejor frente a ella y volvió a tirar de ella primero para separarla de la pared de donde estaba recostada y valla que le costó moverla, ella casi cae con ella encima; como pudo la fue bajando hasta que quedara a lo largo, sobre el suelo , y una vez allí la giro a modo de llevarla por un extremo y arrastrarla por el otro. Cuando llego al sitio donde su amo le había indicado llevarla, ylra sudaba por todos lados, sus mejilla a revoladas por el esfuerzo; allí, se detuvo cerca de la puerta en donde estaba su amo de pie mirando el techo de ese costado de la casa, ylra le siguió con la mirada y efectivamente una rama había caído haciendo un gran agujero entre las ramas y hierba seca que servían de techo.-


-¡Traela aquí ylra! – ylra arrastro la escalera hasta donde estaba Zaltar el sin mirarla le cogió y enderezo apoyándola cerca de la abertura del techo a un lado ya había nuevas ramas y lianas para atar, así como ramas secas con hojas fuertes entretejidas. Zaltar se subiría a reparar el tejado.


          El estaba desnudo de la cintura para arriba; y cuando hubo terminado de colocar la ultima rama y atarla bien se seco el sudor con el dorso del brazo, el Lar Torvi ya rallaba el punto más alto del cielo, ylra había estado en todo ese tiempo sosteniendo la base de la escalera como se lo había ordenado.-

            Zaltar comenzó a descender y al llegar al suelo se paro junto a ylra, está bajo la cabeza bajo su mirada ahora con ojos entrecerrados por el sol. Zaltar miro de nuevo al techo y luego a la joven esclava, su hermoso cuerpo estaba de un nuevo tono moreno era precioso que se emparejara el tono de su piel al andar completamente desnuda. Zaltar se hiso a un lado y le ordeno.


-¡Sube a la escalera ylra sube hasta el cuarto peldaño, y mete tus piernas en el que quedes sentada en el aire con las rodillas flexionadas!.


            Ylra lo miro un tanto desconcertada, pero sin demora obedeció, ella paso por un costado rosando el pecho de Zaltar con su hombro y espalda, ya que este aun sostenía la escalara con su mano derecha dejando un estrecho espacio entre él y la escalera, la joven pudo sentir la humedad de su cuerpo y su respiración cuando roso su mejilla, y al poner un pie en el primer escalón, Zaltar coloco su mano libre en su cadera impulsándola a seguir. Ella subió los tres escalones y en el cuarto metió una pierna y luego la otra. A todo esto Zaltar no perdía detalle de todos y cada uno de sus movimientos y sin dejar de soltarla sostenía aun su cadera, ahora con ambas manos.

    Ella  se agarro a cada lado de la escalera e hizo amague de sentarse en el aire pero se sintió incomoda, y cuando intento echarse hacia adelante para apoyar en el peldaño su redondeado trasero, él le dio una sonora palmada en ambo para que volviera a su posición inicial. 


-¡No te he dicho que te sientes! ¿O, sí?



-¡Ohh! ¡No, amo! 

¡Bien , no te muevas o te azotare ¡ -Zaltar se aparto un rato y se dirigió a la casa dejándola allí, paso un cuarto de anh, y el regreso. Ylra se sentía incomoda el sol le había quemado mas su piel, ella estaba caliente por los rayos del sol, aunque estaba cómoda por la suave y fresca brisa, sentía que sus piernas estaban entumecidas. Ella permanecía con la cabeza baja y sus brazos y piernas comenzaron a dolerle, al oír los pasos de su amo ella se enderezo.

-¡Veo que no eres un animalito muy obediente, pequeño vulo!Zaltar se acerco a ella y colocándose detrás con sus manos a cada lado de la escalera, subió el primer peldaño quedando a la altura justa para rozar su sexo al enorme y suave trasero de ylra. Con una mano se agarro a la baranda de la escalare para sostenerse y con la otra moldeo su trasero sobándolo y deleitándose con el calor que había dejado el sol en su piel, se acerco a su cuello y en un susurro al oído le hablo.
- kajira!- ylra por el contacto de aquellas manos sobre sus nalgas, no pudo ahogar un gemido que salió espontáneamente. Zaltar rió por lo bajo. Ella hecho su cabeza hacia atrás echando su largo y espeso cabello a un lado y sobre su espalda, exponiendo ante el su hermoso cuello un tanto irritado por la fibra que tenie atado a el. Zaltar abandona el placer de seguir sobando su piel y acaricia ahora el cuello de la joven, apartando del todo su cabello y echándolo sobre su otro hombro, se suelta del todo de la escalera pegando su cuerpo al de ylra, quien siente la dureza de el que golpea contra su túnica y su desnudez.

-¡Esta fea fibra no te queda bien!- Le dijo al oído con vos íntimamente y acariciante. 


-¡Ahh! –las caricias que este le hiciera sobre el cuello y luego bajara por su espalda la comenzaron a poner nerviosa.


-¡Dime esclava, acaso deseas llevar un collar? ¡Responde!


-¡Aahh, so- solo si- si el amo lo deseas! -Fue su ronca respuesta. Zaltar acariciaba su cuello con su nariz, mientras olfateaba la piel de la kajira. Su piel se erizaba a lo que Zaltar rio por lo bajo, sabía que esta esclava seria una excelente “seda roja” y el mismo se encargaría de encender su fuego cada vez más rápido.- Zaltar saco de su ciento una daga, con empuñadura de oro, su punta era curva y muy afilada. La puso frente a los ojos de la kajira quien se mordió el labio inferior ahogando una gemido de horror, ¿acaso su amos la degollaría? ¿Ese sería su castigo después de todo?

-¡Oooh, amo, piedad, piedad! –suplico con los ojos cerrados. Enseguida sintió la risa de Zaltar sobre su mejilla.

-¡Ja ja ja ja! Tranquila kajira ...aun no lo haré! -Y coloco entonces la punta de la daga en el naciente de sus pechos y subió hasta llegar a su cuello justo debajo de la fibra y de un solo tirón que casi no sintió, corto las cinco vueltas de fibra, cayendo al suelo por su espalda.- 

-¡Ahora escúchame bien, sostente fuerte y no te sueltes o te juro que usare mi daga para cortarte en pedacitos y usarte como alimento para los Tharlarion!

            Ylra se horrorizo, ella no dudaba que bien podía hacerlo, de eso no tenía la menor duda, ella había sido la culpable de que el perdiera a su kajira y desde entonces él se había encargado de recordárselo todos los días.- Así que, se agarro fuerte a cada lado de la escalera y no se soltaría por nada del mundo, sus antebrazos se tensaron al sentir el peso de ella sumado ahora al de su amo quien si se había soltado y agarrado de sus bien torneados pechos, y con hábiles manos pretendía torturarlos con sus dedos índice y pulgar, haciéndolos girar entre ellos, y arrancándole a la joven esclava gemidos y estremecimiento de divino placer... 


Continuara... 

lunes, 15 de junio de 2015

Mi historia, como una kajira (9no Capitulo)


*Sirve con fuego Muchacha*



                Zaltar había mantenido seis meses a la esclava ylra, durante todo ese tiempo no le había dado el placer de llevar un collar, ni mucho menos que se vistiera, en su lugar había arrancado un trozo de fibra para atar de uno de los cuernos de su Vosko y le dio cinco vueltas alrededor del esbelto cuello de la muchacha; ella paso días, incluso semanas humedeciéndola con su propia saliva para ablandar la fibra con el fin de suavizarla, ya que la gruesa y áspera fibra le quemaba su cuello. Los días, los pasaba limpiando y trabajando para él; bien temprano solía salía a coger agua al rió este se ubicada justo detrás del cilindro de Zaltar, aunque muchas veces se metía para limpiarse y nadaba el llano espacio entre la orilla detrás de la casa y el claro en donde habían descubierto nacido pequeños arbustos de deliciosas frutillas, como Zaltar solía dejarla muchas veces sin comer, ella cuando no era vista por nadie, cruzaba y se llenaba la panza con deliciosas frutas rojas que tanto le gustaban.
                 Un día Zaltar la pillo, y esa día después de fingir que se marchaba, dejo andar su carro con sus bien entrenados boskos que subían bien el camino a la gran ciudad, luego se iría caminando hasta encontrarlos; bien la estrategia dio resultado, la joven e inexperta ylra aguardo hasta ver que el carro de su amo se perdió tras las primeras curvas del camino hacia la gran ciudad de Ar y rápidamente se metió en el agua, y después de darse un rico chapuzó y refrescar su bello cuerpo, cruza rápidamente el riachuelo  hasta llegar  al pequeño claro y allí se sentó sobre sus talones mientras comía hasta hartarse de vallas y frutillas; Zaltar aguardo pacientemente, la esperaba detrás de unos arbustos y justo cuando ella salió del agua ya de regreso, él la cogió por sorpresa por los cabellos y haciendo un nudo con su puño en su húmedo cabello, la llevo a rastra otra vez al agua y allí hundiendo su cabeza varias veces dentro del agua la obligo a confesar lo que había hecho. Como castigo la dejo sin comer durante dos días y tuvo que dormir atada a la rueda de la carreta de su amo. Fue entonces cuando le ato los tobillos a dos grilletes unidos con una corta cadena, y así, cada vez que le ordenaba ir por agua la hacía meter el  aro que tenía en su cadena dentro de otra cadena a modo de riel que le acortaba sus movimientos en torno a la casa. No volvió a cruzar el rió ni a comer sin su permiso.

              Una mañana llegaron varias carabanas, cargadas de provisiones y tripuladas por  hombres libres, se detuvieron en la casa de Zaltar, la joven kajira estaba limpiando los establos de las bestias cuando se percato de la llegada de estas carretas, eran hombres enormes, por no decir obesos; ella se apresuro a quitarse de su vista en cuanto los vio, el aspecto de aquellos dos tipos le hacían estremecer, la verdad le causaban mucho miedo y repulsión, Zaltar que noto las pretensiones de ylra le grito:

-¡Hey, bestia, ven aquí!... Har-ta muchacha que no tengo todo el día! –ylra se apresuro al  encuentro con su amo, en cuanto estuvo lo suficientemente cerca se tumbo al suelo y beso sus botas cubiertas con tierra y estiércol.

-¡Posición ylra! – esta orden era entendida por todas las kajira, para su inspección, ella seria evaluada, ¿acaso iba a venderla? –la muchacha se puse de pie enseguida, poso sus manos cruzadas detrás de su nuca y arqueo un poco su espalda hacia atrás a modo de exponer su turgentes pechos, separo sus piernas y ladeo un poco su cadera del lado izquierdo, y tenso así cada musculo de su bello cuerpo completamente desnudo. Los hombres se acercaron, a inspeccionarla bien detalladamente, uno de ellos le introdujo dos dedos dentro de su boca y la separo para abrirla y así ver en su interior.

-¡Ummm es un bonita bestia! –dijo uno de ellos, el más alto y gordo, el que se intereso desde el primer instante en que la vio. Él le acaricio el mentón con dulzura y paso su regordete dedo pulgar por los labios de la chica.

-¡Ummm, labios rojos y húmedos!. –dijo en un susurro que solo escucho ylra, pero Zaltar que no quitaba la vista de ellos así que también lo escucho o al menos le leyó los labios.

              Ylra no se movió solo permaneció con la mirada fija en un punto lejos de los ojos de los libres. Su cuerpo se tensaba cada vez más, sus nervios comenzaron a reflejarse en un leve temblor en su estomago, temblor que Zaltar sintió cuando la miro allí  y parandoce a un costado de ella,  poso su enorme mano sobre su vientre plano el cual acaricio suavemente  y la otra detrás al final de su espalda, en el naciente de sus bellos glúteos.

Es una verdadera esclava de placer, hay mucho fuego en su interior!- les dijo Zaltar mientras aplastaba ambas manos al cuerpo de ylra.

-¿Eso crees? -Dijo otro un tanto más bajito pero igual de corpulento, este le acaricio las piernas y de una patada suave las separo aun mas. -¡Yo creo que sería una excelente bestia de tiro, para los campos, yo la vendería por muy buen precio Mescatos! ¿Cuánto pides por ella? -Mientras pasaba su mano por la espalda y sentía la fibra muscular de ella.

             Ylra comenzó a sudar evidentemente, Zaltar se dio cuenta de ello y enseguida le dio una sonora palmada en el trasero que la hiso moverse un pasmo de su sitio. Se mordió el labio inferior para ahogar un gemido de dolor y sorpresa. A la vez que se paraba frete a ella y entre los dos individuos quienes resultaron ser Hashin Korr y Uruma Gianno dos Mercaderes y esclavistas. Ellos no eran tipos de fiar, siempre intentaban sacar provecho de sus ventas y como buenos mercaderes conseguían buenos precios por  su mercancía barata, para luego así venderla con elevadas ganancias. Zaltar los conocía bien y aunque Hashin no era esclavista poco le duraban las kajiras bajo su mandato, siempre que tenía una bestia nueva la usaba hasta agotarla y saciar sus ganas y luego las vendía o incluso las abandonaba a su suerte, que era lo mismo que asesinarla, aunque seria menos cruel.

                 Huruma, en cambio era regateador, ofrecía imposibles con tal de efectuar la venta y luego huía con el botín y un centenar de guardias tras él, con suerte siempre salía bien librado, entregando mercancía valiosa o servicio de sus bellas esclavas a cambo de una indulgencia en sus fechorías. Tarde o temprano caería tras las rejas eso no sería sorpresa.-

                 Ese día Zaltar los recibió por qué no tuvo otra opción, ellos andaban de paso por la ciudad de Ar y buscaban donde pasar la noche, al día siguiente se marcharías, así que no tuvo más remedio que darles hospedaje, sería solo una noche, por los viejos tiempos. *Se sonrió*.-

-¡No está en venta…! –la miro a los ojos, ylra por un breve instante lo miro ya que él se cruzo en su campo visual. –¡No por el momentos!

Ylra aun sentía el hormigueo en su bello trasero, de seguro sus cinco dedos estarían marcados bellamente en todo lo ancho.

-¡Bien vallamos a dentro, ylra ven sírvenos de comer y trae Pa-ga!- Los tres caminaron rumbo a la casa.

¡Si, amo! –La joven corrió hacia un costado de la casa para entrar por la cocina y así preparar algo de comer y de paso buscar en la alacena la bota de Pa ga para ofrecer a los libres.-

                Ylra ahora respiraba más tranquila, su amo no la vendería, comenzó a calentar un poco de carne asada, y troceo pan y rebano queso de ver, de tanto en tanto se asomaba a la puerta que conducía a la estancia principal donde esperaban los hombres, decidió así llevar el pa- ga, cogió una bandeja de metal coloco las tres copa y coloco la botella también sobre la bandeja. El calor de la cocina hacia que la picara el cuello donde tenía la cuerda a modo de collar, metía sus uñas y rascaba con desespero. De repente encontró un trozo de seda que nunca había visto antes, la cogió entre sus manos y la llevo a sus labios para percibir un leve olor muy agradable, *se sonrió*

               Ylra cogió la tela y la coloco alrededor de su cuello entre la tira de fibra y su piel eso calmo bastante su ardor y molestia, así que se dispuso a terminar de cocinar para luego ir a servir a los libres. Se dijo que luego se la quitaría cuando tuviera que salir a servir. Pero la calma le duro poco sin pensar y como escuchaba a los hombres en conversaciones amenas y cargadas de risas, supuso que podía tomarse su tiempo, pero el grito fuerte y claro de Zaltar retumbo en el lugar, se me puso nerviosa y corrió a la mesa tomo la bandeja ya preparada y corrió tropezando con sus pies atados, así que hubo que coordinar bien sus movimientos para que fuera dignos de una bella kajira.

                 Los Hombres oyeron el rápido caminar de la kajira al entrar en el lugar, el sonido de bellas cadenas eran "frases seductoras" para cualquier libre, los tres giraron a verla, para molestia de Zaltar tuvo que reconocer que esa esclava era algo fuera de este mundo, “su belleza era inigualable, su andar terriblemente hipnotizarte, esas caderas, el vaivén de sus enormes pecho…”  Zaltar tuvo que sacudir su cabeza para sacar eso pensamiento que lo dejaban fuera de si. A sus ojos volvió la fría mirada con que siempre se dirigía ella.

               Ylra se acerco y arrodillo entre su amo y uno de los libres, su hermosa posición se le daba con naturalidad, mantenía la bandeja entre sus manos aguardando las órdenes de su amo a comenzar su servicio.

-Sirve esclava! – le dijo con sequedad mientras la miraba.

                    Ylra coloco la bandeja frente a su amo en una pequeña mesita ubicada convenientemente, tomo una de las copas que había limpiado con esmero la agarro con una mano y con la otra tomo la botella de paga y destapo el corcho con sus bellos dientes, mientras servía el oscuro liquido dentro de la copa haciendo equilibrio, la volvió a tapar a medias con el corcho aun en su boca y coloco luego la botella en la bandeja que estaba sobre la mea, Zaltar no dejaba de mirarla, todos y cada uno de sus movimientos; ylra erguida sentada con sus rodilla ampliamente separadas, dejando ver apenas el vello que cubría su desnudez, eso y su collar era lo único que ella vestía, ¡Oh, si! y las cadenas en sus gruesos pero delicados tobillos.-

Zaltar, aguardo con paciencia; ylra ahora acercaba su copa a la altura de su mentón y sin mirar a su amo a los ojos le susurro con voz suave y apasionada:

-¿Desea el amo, que esta esclava beso su copa?-Zaltar miraba todos y cada uno de sus movimientos y expresiones corporales.

-¡Pruébalo, muchacha!- ylra cerró sus bellos ojos claros por unos inhs y se llevo el borde de la copa a sus bien delineados labios; poso un suave y delicado beso en él, y los separo, giro la copa en el lugar donde había posado sus labios y lo llevo luego a su lado izquierdo, y rozando apenas su desnudo pezón, aguardo a que su corazón golpeara tres veces sobre su pecho, y colocando luego sus brazos estirados, bajando su cabeza entre ello, y extendió la copa a su amo ofreciéndole el lado en donde ella había demostrado su servicio.

-¿Vino, amo?- Zaltar cogió la copa de sus pequeñas manos cubriéndolas con las de él, y sujetándolas de tal manera que ella no pudo soltar la copa, Zaltar la atrajo hacia sus labios, sin soltarle las manos a la kajira, a esto ylra no tuvo más que mirar a los ojos del hombre frente a ella, la esclava tuvo que estirarse bastante, dejando ver sus músculos y tendones bien definidos a los otros dos libres. Zaltar bebió de manos de su esclava la paga ofrecida, sin dejar de mirarla.-

             El corazón de la joven latía aceleradamente, aquellos ojos verdes la hacía recordar las claras y a veces turbias aguas del mar de Thassa, su tranquilidad y peligro era algo que ella bien recordaba y esos ojos, ese libre en especial la hacía sentir temor y algo más.

            De sus labios broto un débil gemido, estaban tan cerca, que podía incluso sentir su aroma, su calor, oír su respiración ahora pesada y confundida con la suya propia. El gemido de ylra, toco la más honda fibra en el cuerpo de Zaltar y esa reacción lo perturbo de manera significativa. Por lo que haciendo una mueca de desagrado la soltó y ella casi cae de bruces si no coloca rápidamente las manos en el suelo frente a él; enseguida, ylra volvió a su bella posición de esclava de placer.

-Sirve a los invitados, muchacha. -Le ordeno ahora con el seño fruncido y la mirada otra vez dura y pérdida en sus pensamientos.-

                 Ylra se esmero en servir bien el paga a los demás libres, uno de ellos la ponía verdaderamente nerviosa, y ella como buena esclava y entrenada a ser servicial y agradable para los hombres no se podía negar a las, a veces, descaradas caricias del “regordete hombre de negocios”, que una vez acompañara a su amo en sus cruzadas y aventuras.-

                  Entrada la noche, ylra aun servía y mantenía siempre su bella posición, las copas de los libres siempre se mantenían llenas. No podía descuidar su servicio, de tanto en tanto le echaba una mirada a su amo, quien a veces descubría también observándola mientras vaciaba su copa. Al cabo de varias horas, ya uno de ellos se encontraba echado sobre los almohadones casi inconscientes, roncaba como un lar salvaje de bosque. El otro quien no había dejado de manosearla, ella debía de fingir agrado para salir bien librada y evitar así algunos azotes que gustoso hubiera estado su amo de dar con tal de hacerla pagar su torpeza, torpeza que habiendo pasado mese, aun le recordaba.-

              Zaltar le pidió paga mientras esta llenaba la copa del libre que se caía de borracho pero aun así tiro de ella y la hiso caer sobre su regazo aplastando sus pechos con su gran manaza. Ylra se zafo con cuidado de no ofender al libre y se movió hasta llega a los pies de Zaltar y así llenar nuevamente su copa, en eso, ella gira su cabeza y hecha atrás su hermoso cabello y al mover su bello cuello se salió el trozo de tela que llevaba a modo de evitar que la fibra rosara su piel en su cuello.

              Zaltar abrió y cerró varias veces sus ojos enfocando bien su mirada, mi el trozo de tela salir de la fibra en su collar y de un movimiento veloz al verla cerca, la agarro de sus cabellos cuando esta se disponía a marcharse nuevamente a su lugar.

-¿Pero qué demonios traes ahí, muchacha? -Rugió-

           Kajira comenzó a temblar y por primera vez se dio cuenta de su error, había olvidado sacarse el trozo de tela que nadie le había ordenado llevar y mucho menos a ella que se le prohibió usar nada que no fuera dado por su amo.

-¡Oooh!, amo.. P- P- Puedo explicarlo!- intento coger las manos de Zaltar y evitar así el intenso dolor que este le causo al tirar fuerte de su largo y negro cabello.

-¿Explicar? ¿Explicar qué pequeña bestia? ¿De dónde sacaste esto?- había usado su mano libre y sacado de un tirón la suave tela, se la mostró y restregó en el rostro; y cuando la puso a tras luz pudo ver de qué se trataba; su mirada se ensombreció y colocando la tela dentro de su túnica llevo a la kajira arrastras hacia donde estaban los otro dos libre, allí la obligo a someterse, y cuando esta se inclino delante de él, Zaltar la volvió a jalar de pelo y le cruzo el rostro con un manotazo que le causo un intenso dolor, la kajira cayó sobre el gordo libre, quien aprovecho el momento y entre risas no dejo de manosear sus bellos y turgentes pechos.

            Ylra intento erguirse e intentar zafarse de la manera cordial y poco evidente, pero para su sorpresa este la empujo de su regazo, y ella cayó al suelo golpeándose con la pequeña mesa baja; se apresuro a tumbarse sobre su vientre a los pies de Zaltar, para rogar así por su perdón. Intento besar así sus pies calzados aun, pero este dio un paso atrás alejándose de sus labios.

-¡Eres una sucia bestia, jamás serás digna de llevar un trozo tan siquiera de renz! ¿así que!Cómo osas de usar una seda en tu sucio cuello de barbará?! -Zaltar La volvió a golpear, saco de su cinto el kurt y lo estrello primero contra el piso, con esto le ordenaba a ylra ponerse en posición para azotarla.

                   La joven se agazapo en el suelo frente a él y aparto con una mano su hermoso cabello para que no cubriera su espalda, y evitara así los latigazos;  sus ojos estaban llenos de lágrimas a causa del dolor por las dos cachetadas causadas por su amo. Su cuerpo entero temblaba debido su llanto incontrolable que la hacían sacudir su cuerpo, y al temor al libre.

-¡Vamos Zaltar, no seas tan duro con la barbará! -Dijo el gordo mirándola como un "eslín hambriento" por devorar su presa. Zaltar lo miro detenidamente y luego a ella, una sonrisa y mueca irónica cruzo su rostro.

-¿La quieres? -Miro al gordo quien para entonces devoraba un buen trozo de carne asada, ya fría que estaba sobre el plano en la mesa baja que casi tumba ylra al caer.

-¿Me la venderás?- Pregunto con ojos bien abiertos y sorprendidos, una sonrisa de satisfacción cruzo su feo y regordete rostro, mientras la grasa le chorreabas por la comisura de la boca, por lo que rápidamente se limpiaba de su, ya sucia, túnica de mercader.-

                 Zaltar la empuja con su pie hacia el hombre, y se vuelve nuevamente con mirada de desagrado al ver el aspecto del hombre, camino a su lugar se detiene y con voz fría y desprovista de emoción le dice:

-¡Es tuya, úsala toda la noche si quieres!- y volviendo a poner el kurt en su cinto se tiro sobre los almohadones y cogió la botella de paga sobre la mesa y bebió directo de ella. El gordo entre risas cogió a ylra de la mano y sus cadenas sonaron mientras era llevada a fuera de la casa de Zaltar, ella gemía y se debatía por no ir pero sus esfuerzos eran y serian en vano.

-Amo, oh, no, amo…! -musito casi para si.

-¡Sirve con fuego esclava!- Le dijo al verla rogar mientras era llevada en los hombros del hombre.

-¡y por tu bien kajira, mas te vale hacerlo! – murmuro para sí mientras volvía a empinar la botella de paga.

Continuara...







lunes, 8 de junio de 2015

Un baile especial para su amo Zaltar

Mi Historia como una Kajira -8vo Capitulo-

*Pertenencia a un Amo que me odiaba*


Ylra sabía muy bien sus deberes como kajira, esa misma mañana después de servir el desayuno al libre, se apresuró a lavar todo fuera cerca del riachuelo que cruzaba la parte trasera del cilindro,  Zaltar momentos antes de marcharse la había llamado y cogido unas cadenas y atado sus tobillos a los grilletes que había en cada extremo de la cadena de no menos de 30 cm, esto le permitía a la kajira andar pero no así huir, también ato a su cuello con cinco vueltas una fibra que demostraban que era una esclava.

La joven se había ido a asear el corral, en donde se guardaban  los boskos, esto animales no le agradaba mucho pero alguien debí de hacerlo y de seguro no sería Zaltar.-

Cada tanto se secaba el sudor de la frente, el sol era implacable y el calor en esta época del año era de verdad abrazador, su cuerpo brillaba bajo los rayos solares, entrecerraba sus bellos ojos claros para ver a lo lejos cuando veía el polvo levantarse en la  carretera que conducía hacia las murallas de la gran ciudad de Ar;  lejos de la entrada principal se ubicaban varias cabañas pequeñas, donde residían mercaderes y otros habitantes que aun siendo ciudadanos de Ar preferían no permanecer detrás de muros de piedras ya que los hacía sentirse prisioneros dentro de su propio hogar.
El pasar de algunos guerreros sobre sus kailas llamaban su atención, uno que otro la saludaba.

-“Tal, muchacha, tienes la mejor seda que una esclava puede llevar” 
Ylra era ya una verdadera esclava, este tipo de comentario la enorgullecían, su belleza era inigualable; pero aun así algunos hombres también la ignoraban, lo cual herían su ego.

Eran tiempos duros, La Gloriosa Ar, acababan de librar una batalla que acabo con muchas casa y habitantes; hombres y mujeres secuestrados, y hechos esclavos, kajiras robadas por los Tarnsmanes, era obvio el cruce de tantos carros hacia Ar estos días. Estaba reconstruyendo la ciudad.

Esa misma mañana Zaltar había decidido salir, ato al carro a sus preciadas bestias, dándole espacio a la kajira para que limpiara a sus anchas; ylra supuso que iría por provisiones dado el hecho de que esa mañana con los escasos  víveres solo alcanzaban para dar de comer a un solo hombre un solo día, y hasta  ahora bien recordaba que llevaba días sin probar aliento. ¿Por castigo de su amo? No lo sabía, supuso que su amo quizás jamás había tenido a una kajira en su cilindro. Pero recordó a la “salvaje joven” que dejaron a su cuidado y que por su culpa ahora ella pagaba un alto precio.-

Estaba cansada, ya a lo alto en el cielo se avistaba la enorme bola naranja que era el Lar Torvi, con sus implacables rayos quemando su piel, se acerco al cuenco que recién había llenado con agua fresca para los boskos se humedeció las manos y bebió un poco de agua… luego se lavo la cara ennegrecida por el polvo y el estiércol, su cuerpo entero estaba nuevamente sucio, pensó el lavarse antes de que el regresara.

Zaltar había ido lógicamente al mercado principal de la ciudad a reabastecerse de provisiones, y de pasada iría al cilindro del Kapplen. Pero antes paso a la casa del metalista un tipo musculoso que vestía el mandil de piel.-

Zaltar ocupo su asiento en el Consejo de los Capitanes de Ar; se anunciaba que estábamos próximos al final del primer período que sigue a En´Kara, así como en la mayoría de las ciudades de Gor, marca la llegada del Año Nuevo. En la cronología de Ar estábamos en el año 10. 120. Ya habían pasado unos siete meses goreanos desde que se librara la batalla en la que Zaltar había pedido a su esclava Arij,  esa tarde en el circulo del consejo nadie se había opuesto al  derecho de Zaltar de ocupar el asiento que correspondía a Conrrad Baxton, nadie incluso sus hombres se había puesto a sus órdenes.

-¡El consejo controlaba la estabilidad!. -Le grito un hombre a Kapplen, quien estaba furioso, ya estaba todo preparado para un contraataque y recuperar así los hombres y mujeres, pero mucho de ellos se oponía.
-¡Es imprescindible poseer un mínimo de cinco barcos para ser admitido Capitán! 

Zaltar pensó que Conrrad no había sido un capitán importante, puesto que no disponía de una flota mayor a  siete barcos, los cuales ahora le pertenecían a Zaltar. Los cinco barcos exigidos para formar parte del consejo, podían ser de los denominados “redondos”, con sus profundas bodegas para el transporte de mercancías, o los “largos”, barcos de guerra. Las dos clases de barcos son codiciadas, pero los “redondos” soporta aparejos más pesados, pero aun  así Conrrad no era un pirata.

 —¿Qué puedes decirme de la situación militar? —pregunto el hombre al  oficial.
  —¡Los hombres de Gannicus Leónidas  se han retirado a sus posiciones!. ¡Han bajado la guardia, y aunque sus barcos están bien defendidos por sus hombres. Aún nos queda el elemento sorpresa en reserva. En caso de que salgan de la posición, tendrán que enfrentarse con nuestras espadas...!
-¡Para mí eso es suficiente, tenemos el elemento sorpresa! -Grito Kapplen
-No!  -Espeto uno de los del alto magistrado.
-¡Pues le guste o no señor mi gente y yo iremos por nuestros hombres y mujeres capturados! -Kapplen se cruzo de brazos y los hombres comenzaron a vitorear y a aplaudir al parecer ya todo estaba dicho.-
¡Bagg! –exclamo uno de los que se oponían a salir a esa absurda guerra, tirándose hacia atrás, y recostándose de la enorme silla, en actitud derrotado, resignándose a no extender mas una discusión inútil e imposible de ganar.
Zaltar sonrió cuando Riojano Kapplen lo miro y le devolvió la sonrisa, y en dos zancadas se aproximo a él y colocándole su mano sobre su hombro le dijo:

-¿Vendrás y Lucharas de nuevo conmigo hermano?- Zaltar lo miro detenidamente y devolviéndole el gesto coloco el también su mano sobre el hombro de Kapplen y le respondió:

-Los goreanos tienen un dicho: «No preguntes a las piedras o a los árboles cómo vivir; no podrán decírtelo, pues carecen de lengua; no le preguntes al sabio cómo vivir, ya que, de saberlo, sabrá que no puede decírtelo. ¡Si aprendieras cómo vivir, no formules la pregunta; su respuesta no se halla en la pregunta, sino en la respuesta, que no reside en las palabras!». ¡A sí que  no me preguntes si iré contigo a luchar, porque voy a hacerlo!

  - ¡Entonces, "Que tu vista no te falle y que tu acero sea rápido", pero por ahora ven bebamos paga! Y juntos se marcharon a la taberna más cercana.

               Zaltar se sentía con una extraña sensación, con sentimientos y emociones encontrados, estaban algo confusos y así siguió mientras se abría paso en el camino entre los árboles del bosque para llegar a las orillas del riachuelo donde tenía su cilindro, Había dejado a los hombres de Conrrad ahora a su cargo, en el campamento  que formo Riojano, Deseaba estar solo durante el viaje. Ellos habrían de seguirlo al cabo de dos días.

           Llevaría sus armas, incluso un gran arco, que había sido regalo de un viejo amigo de Ko- ro-ba.  Tenía ganas de volver a ver a la deliciosa arij,  la encantadora esclava que una vez fuera la hija libre del viejo medico a las afueras de Turia, y que ahora era suya. Hecha suya y marcada por el.
Pero ahora llevaba algo mas con él, metió su mano en su bolsa de piel y saco un hermoso collar labrado en el que mando a poner. ”Soy una muchacha de Zaltar Mescatos” y otro, era  una banda simple de metal igualmente tallado con su nombre.

A lo lejos diviso su cilindro y como salía humo de la alta chimenea sin dudas la esclava estaría preparada para recibirlo.-

Zaltar bajo con dificultad del estribo de su carreta, grito a la esclava quien salió a su encuentro, el sonido de las cadenas al correr a cortos pasos le indico a el que se aproximaba, ylra se paro junto a él ya casi oscurecía por completo, él le dio a coger varias pesadas bolsas de piel con provisiones supuso, solo volteo a verla cuando ella llevo de regreso a la casa, y haciendo un enorme esfuerzo, toda la carga que él le coloco sobre sus brazos y hombros. Al mirarla marcharse, él se deleito con su bello trasero desnudo, se sonrió con picardía y mordió su labio inferior a pesar de todo ella era un esclava y un amo, su amo.

Zaltar, metió a los animales al corral y libero de sus arneses. Regreso a la casa en cuanto hubo terminado y cuando entro pudo percibir un delicioso aroma, “la muchacha había cocinado”.

Zaltar se lanzo sobre los mullidos cojines y enseguida escucho las cadenas atadas a los tobillos de ylra, esta se arrodillo a sus pies, como toda una esclava comenzó a besarlos y lamerlos, aun por encima de sus botas; mientras le murmuraba:
-Desea el amo que esta esclava le desvista? – su voz ronca y sensual hiso que Zaltar la mirara como un amo mira a una mujer,  hizo una mueca y se encogió de hombros, a lo que ylra reacciono rápidamente.

Comenzó a despojarlo de sus vestiduras, el mantenía sus ojos momentáneamente cerrados, por ultimo cuando los abrió la esclava quitaba sus botas, el quedo completamente desnudo. Zaltar era consiente en todo momento de las pretensiones de ylra, ella era una esclava de placer, se le notaba en su manera de servir; reconoció a pesar de todo que la joven morena era hermosa y además su piel era tentadora, y cuando ella se encontraba acomodando a un costado, los ropajes de Zaltar este la cogió de los cabellos y la atrajo hacia sí, de un tirón,  haciéndola caer sobre sus rodillas, la miro a los ojos; la luz de las lámparas de aceite de Tharlarion le iluminaron su hermoso rostro, y fue cuando el pudo verse reflejado en sus bellos ojos claro, emitió un sonido desde su garganta, más bien una especie de gruñido, justo antes de presionar sus labios contra los de ella en un duro y cruel beso.

Ylra poso su delicadas manos sobre el pecho denudo de su amo, sintiendo bajo sus dedos cada fibra, cada musculo tensado a causa de la tensión que se produjo entre ellos, el beso fue dolorosamente placentero, ella sentía el sabor de la sangre, de su propia sangre cuando lamió sus labios al separarse de ella; él sin duda la reclamaría esa noche, el corazón de la kajira latió acelerado, su naturaleza como hembra la traicionaba, aun siendo de la tierra las consecuencias de vivir bajo el dominio de un hombre la hacían someterse a los caprichos de cada uno de ellos, y su condición de esclava la hacía sentirse mucho más libre, mucho más bella.-



Zaltar la obligó a mantenerse quieta con una orden, ylra protestó en vano, su cuerpo le reclamaba, ella ansiaba las caricias de un hombre Goreano, el podía sentir  el fuego arder dentro de la pequeña esclava, como temblaba de deseo bajo sus brazos.
-¡Usame amo! – le rogó, el, la tumbo sobre su espalda, y con una mano aun sujetaba su cabello detrás de su nuca, echándola hacia atrás la cabeza y exponiendo su bello cuello, ahora desprovisto de un collar; tan solo llevaba las cinco vueltas de fibra para atar. Se sentó a arcadas sobre ella, se separo así, para mirarla, sujeto entre sus dedos índice y pulgar, uno de sus erectos pezones lo que ella reaccionaba, a ese delicioso placer; arqueando su espalda y presionando su pecho sensible contra su mano, el volvió a apretarlo, esta vez haciéndole daño, a lo que ylra gimió con fuerzas, se retorcía bajo las manos de su amo, ella intento coger su antebrazo para detenerlo, fue un acto involuntario, Zaltar exasperado volvió a gruñir no deseaba q ella se moviera y menos que le impidiera divertirse con su esclava.

-¡Si vuelves a moverte bestia te atare de los tobillos y dejare atada de cabeza en el árbol que está afuera! 

-¡Oh, no amo, por favor, obedeceré, lo haré! –dijo entre sollozos la muchacha temblando de miedo al ver sus ojos verdes ahora casi oscuros por lo dilatado de sus pupilas; eso y el fuerte olor a paga que sintió cuando la beso le indicaron a ylra q su amo estaba bastante bebido, pero no lo suficiente para  no cumplir su amenaza.

-¡Bien sube tus brazos, muéstrame tus muñecas! –ylra obedeció y cruzo sus muñecas frente  él, el se estiro y cogió de su cuello la fibra que puso esa mañana a modo de collar, y ato sus muñecas fuertemente, la tomo entre sus manos y las puso por encima de su cabeza, en todo momento no dejaba de mirar los ojos de la muchacha, quien  con los ojos nublados por la pasión jadeaba entrecortadamente.-

-¡Ahora no te muevas o te azotare y luego te atare al árbol de los tobillos! –Zaltar coloco sus manos a cada lado de la cabeza de ylra y con una rodilla le separo las piernas un poco para luego ordenarle.

-¡Ábrete lo mas que puedas! – ella obedeció con un gemido, Zaltar sin contemplación la penetro violentamente, a lo que ylra grito, pero para callar su deliciosa agonía se mordió el labio inferior ya lastimado, volviendo a sentir el salado sabor de su sangre. Su amo la uso bien esa noche, beso cada centímetro de piel, se deleito con oír y sentir su pesada respiración entre jadeos y susurro  incoherentes, ella juraría que en más de una ocasión lo escucho gemir y entre suspiros nombrar a alguien pero ella misma no pudo descifrar sus palabras ya bastante tenía con las exquisitas sensaciones que él le hacía sentir bajo su pesado cuerpo. El la uso, no una sino tantas veces, como deseo, hasta haberse saciado.  

         El dolor de recordar que bajo su cuerpo no poseía a su bella esclava arij lo obligo a ser un verdadero y justo amo.

El peor castigo de la joven esclava, no fue ser violada por este hombre, sino que él no le permitió en ningún momento saciar sus deseos y apagar del todo su fuego interior de esclava. Zaltar termino de usar a la esclava y se levanto tomándola de los cabellos y arrastrándola la llevo de nuevo a la jaula que estaba en la alacena detrás de la cocina, el se movió con sigilo a pesar de la oscuridad conocía bien su propia casa, ella no corrió con la misma suerte, a tropezones llego y en mas de una ocasión se golpeo al caer de bruces, llevada así y de manos y pies atados no le fue nada fácil el trayecto, ella no estaba aun habituada al lugar y menos a la poca luz.

Para cuando él la dejó hecha todo un mar de nervios y sensaciones y hubiera saciado su deseo de hombre libre, ya era muy entrada la noche, tanto así que las lámparas se habían consumido del todo. Ylra pudo percibir a un costado de si, a su amo respirando agitadamente a sentir como su respiración y palpitar del corazón de Zaltar se calmaron, ella acarició su desnudo pecho con dedos trémulos implorando las atenciones su amo.

-¡Amo! Esta esclava le ha complacido?- él, la miro un largo momento y fue entonces cuando furioso se levantó y la cogió del pelo y llevó a la cocina.-

Escucho el sonar de las llaves y el clic del candado al abrir la jaula, sin decir palabra la empujo dentro con un pie y encerró con llave.

-¡Amo, noooo, amo, por favor no me dejes! – la joven comenzó a sollozar estiro sus manos aun atadas entre los barrotes para alcanzarlo pero todo intento fue en vano.-

-¿Esta esclava no te complació, mi amo? ¡Amooo!- Zaltar giro la llave y a través de la luz de una de las lunas que se coló por la alta ventana pudo ver su rostro, y si no hubiera sido por sus propias lágrimas que le nublaban su vista hubiera jurado que vio lágrimas en los ojos de este Goreano.-

Zaltar regreso a lugar donde había poseído a la hermosa ylra se tiro de nuevo sobre los cojines y cubrió con sus manos su rostro, y lloro amargamente por la pérdida de su esclava, habían pasado seis largos meses, pero se había jurado recuperarla a toda costa. Se dejo caer sobre los cojines y en el acto de sus pertenecías callo el bolso de piel a un costado y salió de él, un aro que había mandado a fabricar con el metalista en Ar, se estiro y cogió entre sus dedos, era una simple banda de metal para ylra y el otro un hermoso collar con filigranas grabados para su preciosa arij, la cual pronto volvería a tener a su lado; entre sus brazos, bajo sus pieles, con ese pensamiento y mirando atreves de las ventana las tres hermosas lunas Goreanas se quedo dormido.

Continuará....