jueves, 17 de julio de 2014

Mi Historia Como una Kajira -1er Capitulo-

         *El Comienzo*    

       

     

                *…Estaba asustada, todo el cuerpo me dolía, no sabía ni qué hora era, o cuánto tiempo había pasado, solo recordaba un nombre  “Conrrad Baxton” el hombre me había tratado como a un animal, y que habia tenido el descaro de darme como un regalo a otro extraño, su nombre “Vlad Von Castein”.


        En aquellas lejanas tierras,  aún desconocidas por mí…nunca creí que un lugar así pudiese existir. Recuerdo bien su rostro, su gesto era de satisfacción, era como si yo le perteneciera, ¿Quién era este hombre? ¿Que se creía  al regalarme como si yo fuera una pieza dura de pan o un animal?  El extraño hombre, era alto, de muy marcados rasgos y fuertes brazos, su expresión era dura aunque en su mirada había un extraño brillo; su boca, no recuerdo haber visto jamas  una boca tan arrogante, pero extrañamente provocadora, aquellos labios incitaban a rendirse, era un hombre en verdad muy apuesto.


   “Me miró un tanto sorprendido, de pleno se le notaba que no tendría ningún tipo de contemplaciones o piedad, aun por ser una barbara; (barbara es el término empleado por los habitantes de estas tierras para todas aquellas mujeres que han sido traídas desde la tierra a este extraño planeta llamado Gor);  con gesto de fastidio, se paró  frente a mí y me tomo de la barbillas con una mano  y me hizo alzar la cara para mirarle directo a los ojos, aquellos ojos centellearon divertidos, mi cuerpo se estremeció bajo aquellos hermosos ojos de un verde  profundo como las aguas en pleno amanecer. De inmediato sacudí mi cabeza, al sentir mi cuerpo reaccionar de esa manera, ante aquel desconocido y enseguida sentí repulsión, apreté mis dientes con tanta fuerza que rechinaron, y con un movimiento de mi cabeza, tire para así  soltarme de aquella mano que me agarraba del rostros.

  –“¡Jajaja.. Es toda una fierecilla!”. –Exclamó-. -“¡Te quitare lo valiente Barbará!”, -hizo una pausa. Mientras se paseaba a mi alrededor.

-“Tendré que entrenarte para ser una  buena esclava… sumisa y obediente, te hare mi “Kajira” -había dicho, se dirigió hacia su compañero y le dijo, sin apartar la vista de mi, -“¡Gracias Conrrad!!, -Giró sobre sus talones y me dio la espalda
-“Este ha sido el mejor regalo en todos los tiempo!” –se acerco al hombre y poniéndole sus manos sobre los hombros le dijo con gran alegría- 

-¡Por los “Reyes Sacerdotes” me has alegrado el día!, vayamos a celebrar de una vez por toda…!” - Hizo ademan con la mano y enseguida llegaron dos mujeres vestidas con muy poca ropa,  llevaban diminutas vestimentas, que dejaban al descubierto sus muy provocativas piernas, a la vista de todos aquellos hombres;  con un ágil  contoneo se acercaron a mí.  Me tomaron de ambos brazos y me condujeron a lo que a mi parecer era una choza muy apartada del bullicio de la gente de ese pueblo.


- ”Tal Muchacha!” –Dijeron- “acompáñanos, no te pasara nada…” –rieron entre sí -“el amo es muy bueno y paciente”-Pensé-* “que era todo esto, aun no comprendía nada, ellas debieron darse cuenta de que no las entendía, ya que volvieron a reír entre sí y me siguieron empujando en dirección hacia una extraña tienda de estilo circular que estaba apartada del lugar en donde había llegado y sido entregada a aquel extraño hombre, como un humilde obsequio.”*
                *“Kajira”… se repetían una y otra vez en mi mente… “kajira”…ese fue el nombre que había escuchado decir entre ellos…*
               Me incorpore de donde estaba aún tenía arena en el cuerpo y un muy mal sabor de boca… una vez había vuelto a desaparecer y me encontraba en otro lugar… seguía intentando recordar…

*…Las mujeres murmuraban entre sí, y reían, sabía que se burlaban de mí quizás por mi aspecto o los harapos con los que vestía, una de ellas dejó de reír y le dijo a la otra-

-¡Basta Hikara, está bien?...!, déjala! –Dijo molesta- se acercó aún más y me dijo haciendo gestos con sus manos como si hablara con alguna extranjera que no hablaba su mismo idioma-


-“TU…. MUCHA-CHA, DONDE VIENES?” “MI”- y se señalaba ella mismas- “SHARINA- Y TU NOMBRE”!?- Y me apuntaba otra vez a mi; me voltee con las manos cruzadas, cubriendo mi pecho, me sorprendió el hecho de que aquella muchacha hablaba mi idioma o al menos conocía armar algunas palabras, me emocione y trate de comunicarme, necesitaba que me ayudara a salir de allí.


 -Ylra” –dije-, “mi nombre es Ylra ”, -estaba temblando, mis lágrimas pugnaban por salir, la joven y hermosa muchacha me tomó entre sus brazo y  besándome en la mejilla  me dijo

-“¡Tran-qui-la, a-quí estas bi-en!”
   Recuerdo que pasaron muchos días, quizás eran meses, y cada vez aprendía más acerca de este nuevo y extraño mundo, su idioma, alguna de sus costumbres y posturas, comprendía mis limitaciones y sobre todo mis obligaciones, las cuales nunca escaseaban y siempre se debía aprender mas;   aprendí que este mundo se llamaba Gor,   la contra tierra, un mundo diferente al nuestro y en muchos aspecto debo decir.  Aprendí gracias a hikara, quien había llegado hacía muchísimo tiempo,  en uno de los tantos viajes de aducción que acostumbraban los reyes sacerdotes realizar, comprendí, que tanto los mencionados Kurii como los Reyes Sacerdotes periódicamente venían a La Tierra y secuestraban a personas, en especial mujeres, que utilizan para sus propios fines y eran además  esclavizados.
           Los ciudadanos de Gor, los hombres o libres son amos y las mujeres en su mayoría son sus kajiras, o esclavas, llamadas así y tratadas como animales de uso; algunas eran entrenadas y enseñadas para satisfacer sexualmente y servir a sus amos, y a todo ciudadano libre que así lo desease. Para mí todo era muy confuso, yo especialmente me encontraba en la tierra conocida como “El Tarn del mar”, con sus brillantes aguas verdes. Situada en el noroeste del Vosk, a un lado el delta, al otro, las fuertes olas del golfo de Tamber, “Puerto Kar”, una ciudad amurallada, como una conocida guarida de piratas, su nombre es sinónimo de crueldad y piratería.
             Este hombre cuyo nombre ahora sabía bien pronunciar, aunque  solo fuera en intimidad y solo si el me daba permiso de emplearlo, ya que se consideraba un insulto el ensuciar el nombre de un libre en la boca de una kajira;  “Vlad Von Castein de Puerto Kar”, era temido por sus contrabandos y saqueos en otras grandes ciudades y pueblos de  Ar, en una ocasión, en que se había ido de viaje, supongo que en busca de más mercancía, me había dejado allí en el puerto, junto a mis hermanas de collar, quienes también eran de su propiedad, nosotras a pesar  de todo  teníamos más  libertad de andar casi por donde quisiéramos; y es que él era muy respetado y conocidos por todos. Diría que temido. Recuerdo que un día, mucho más temprano de lo normal, entro de repente, a la cabaña en donde nos estábamos ataviadas con los quehaceres; el amo limpiaba sus espadas y organizaba sus cosas. Cuando  su concentración fue perturbada por esta otra  muchacha de aspecto muy jovial, era algo delgada y  de cabellos oscuros, su cuerpo vestía con un harapo bastante raido, el cual se sujetaba a la altura de sus caderas con un cordel de cuero y se ceñía a su cuerpo dejando ver su hermosa figura,   estaba algo exaltada, lloraba y temblaba, al presenciar lo que a mis oídos era una “barbarie”, no entendía bien de qué hablaban todo esto era nuevo para mí, solo escuche las palabras  “sangre”, y  nombrar a lo que a mi parecer era la tribu o banda, los “kurii”, el amo se levantó de un salto tomó a la muchacha de los hombros y la sacudió fuertemente para que se calmara, ella seguía batiendo los brazos haciendo gestos, mis otras hermanas y yo estábamos horrorizadas por lo que aquella chica decía, yo no entendía nada, intente comprender pero algo me hizo reaccionar y seguir en lo que estaba haciendo, el amo, levantó su mano y fuertemente le dio a la joven una sonora bofetada  cruzando su rostro y haciéndola tambalear y luego otra en el sentido contrario, al parecer funcionó la chica se arrodilló y  dejó de gritar y hacer gestos, bajó la cabeza y comenzó a gimotear. El amo se preparo para salir tomó sus armas y ordenó que le dieran algo para calmarla, la alimentaron y que no saliéramos hasta su regreso.*


                 Aún aturdida por los recuerdos, sacudí una vez más mi cabeza, tratando de despejar mas mi mente; -“Como diablos llegue hasta aquí? ahora estaba aquí en esta extraña isla en quién sabe dónde, me dolía mucho la cabeza…

- *Ya lo recuerdo!* -Dije en un susurro… comenzaba a recordar todo, se me vino ala mente como en una película:


             Al no entender bien las limitaciones ni las advertencias, Salí a dar mi paseo de siempre, me encantaba recorrer la orilla de la playa de Puerto Kar, ninguna de mis hermanas se dio cuenta de mi salida, tampoco le había avisado a ninguna de ellas;  lo que si me pareció extraño, fue que todas se habían acostado y quedado dormida a esa hora, incluso la muchacha quien había llegado con la terrible información que hizo salir a mi amo a toda prisa.

           A esa hora en que yo acostumbraba a salir y que casi siempre uno de ellas venia conmigo. Pero ese día no fue así. Debí darme cuenta ese día todo estaba extrañamente tranquilo casi no había gente en las calles de Puertos de Kar; me encontraba ya cerca de las orilla, en el muelle, estaba recorriendo el lugar, mi cuerpo se movía con sigilo;  me sentía tan llena de vida, con una sensualidad desbordante, estaba alegre y es que aun a pesar de que era una esclava y tenía que servir a un “Hombre” en verdad era cierto que este hombre era en verdad bueno y paciente.
                Salvo una vez, que tiró de mi cabello para que lo obedeciera y ese día me enseñó a comportarme a la altura de mis otras “hermanas” así se me había enseñado, que eran ellas para mi, mas sin embargo yo aun no llevaba ningún collar al cuello, ni siquiera me habían marcado como a ellas, quienes llevaban en su muslo izquierdo una letra  K, algo arabesca, era la inicial de la palabra cuello significado de ser una “Kajira”.

       Un ruido me sacó de mis pensamientos y por un momento sentí miedo, sentía la presencia de alguien, más  al voltear no miraba nada cerca… enseguida me di cuenta de que me había alejado mucho,  pero igual seguí caminado  mientras mi cuerpo se estremecía al sentir la leve brisa marina, un poco helada para mis gustos,  sentía calor a pesar de la delgada tela que cubría mi torso y mis piernas;  me habían dado unos prendas de vestir muy cortas, pero que aun a pesar de ser harapos, esta se ceñían a mi robusto pero bien torneado cuerpo, realzando mi enorme busto y mis anchas caderas. En este mundo yo aún era una mujer un tanto más robusta, de mediana estatura, mi color de piel era morena clara, y el sol le daba un tono bronceado a mis hombros,  mejillas y piernas, me encantaba poder olvidarme así de mis defectos y el hecho de llevar poca ropa me daban seguridad, y lo podía notar al ver como los hombres en el muelle me miraban, realmente era atractiva y deseable,  como mis otras hermanas.

       En un segundo comencé a sentir esa presencia cada vez más cerca, volví a girar mi cabeza de un lado al otro, pero no vi ni oí nada; mis pechos subían y bajaban al compás de mi respiración casi tranquila… luego comencé a  pensar en aquel extraño quien me había dado albergue, era muy bien parecido, ”el amo Vlad” – repetía para mí-  el solo hecho de pensarlo hizo que mi corazón diera  un brinco en mi pecho y enseguida sentí la tirantez de la tela sobre mis pezones erectos… y justo en ese momento volví a sentir como si alguien o algo me acechara…  comencé a darme cuenta que me había alejado ya mucho de los muelles, y empecé a sentir miedo, de si alguna criatura extraña pudiera estarme siguiendo y aguardando a que me descuidara para así atacarme… retrocedí de inmediato.

      Fue incluso cuando me di media vuelta y justo cuando me disponía a regresar, y que   pase cerca de unos tronco apilados, que baje la mirada al suelo, no recuerdo porqué pero un destello llamó mi atención, fue un digamos “Dejavu",  me detuve en seco y  de repente  se hizo un silencio y de pronto algo me tomó por detrás, tapándole la boca, aprisionando mi cuerpo contra el de él, sentía como su respiración me agitaba el cabello cerca de su boca… Enseguida mi cuerpo se tensó, a mi mente se me vino recuerdos de que me había dicho, que había hombres que secuestraron a esclavas, las vendían a cadenas de  esclavas, o lo que era peor las asesinaban, si eran enemigos del amo, mi destino seria aun peor.

      Trate de gritar, pero fue cuando sentí, su brazo pasar rozando mi vientre cubierto y apretar tan fuerte que casi me deja sin aire… su enorme mano cubría hasta mi nariz, no podía respirar creí que era mi fin… agarre fuerte su enorme mano sobre mi boca le clavé las uñas pero era como clavarlas en una roca sólido ya que no  se inmuto… en su mano llevaba un trapo con un olor rancio, me inundó los pulmones como me había sacado el aire solo tenía que tomar más y al hacerlo sobre este trapo todo se me nublo.

      Creo que me desmayé, no recuerdo cuanto tiempo paso y al despertar  aparecí en lo que a mi parecer era un barco, estaba tirada allí sobre unos sacos de harina, entre unos barriles de vino y cerveza, sabía que estaba en un barco ya que este se movía mucho en un vaivén peculiar, ¿acaso iremos navegando?  Con un movimiento ágil me puse de pie y con gran velocidad, torpemente  trate esconderme detrás de los barriles “-oh! En dónde estoy?”- Hice la pregunta en voz alta- enseguida me lleve la mano a la boca para callarme, pero  afortunadamente nadie me escuchó.


       Mi primera reacción fue que debía salir de allí a toda costa…y pensé en el, en  mi amo…”¿que estará pensando?”, “que hui?”- “debo salir de aquí!”


        Enseguida me puse a gatas, me dolía el estomago, aun sentía el roce de ese brazo y las manos callosas sobre mis labios llenos y rojos a la vista, comencé a tantear ya que en el lugar había muy poca luz… arriba se escuchaban pisadas y muchos barullo, a lo lejos. Se escuchaban gritos de mando de hombres dando alguna especie de órdenes, me los imaginaba como feroces bestias. Como  pude, llegue a cubierta. El corazón me latía fuerte.


      En cubierta en lo que al parecer era la parte posterior del barco, estaba sola, voltee y vi a dos hombres caminando y hablando, más a mi derecha había otros más tirando de amarres, gritando palabras que no lograba distinguir por el ruido de las olas y constante remar de los esclavos que permanecían sentados, estaban encadenados en filas y tirando de enormes remos, en su rito cantaban una melodía, supongo que para llevar el compás de remado y así no llevar el peso solos;  sentí  miedo y  nervios por lo que estaba por hacer. Salí de mi escondite y corrí descalza por la rampa de madera, llegue a la barandita, me acerque, el viento batía mi cabello, el cual se me metía en los ojos y boca, mire las aguas, oscuras del  mar, el agua se arremolinaba allá abajo, “Estaba fría?” -me preguntaba- No sé cómo me arme de valor ya que había escuchado innumerables historias sobre tiburones y extrañas criaturas del mar de Thassa, recordé las veces cuando el amo regresa de sus travesías por el mar de Gor.*

 ... Nos arrodillamos juntas, alrededor del amo, aún después de servirle la comida y de nosotras también terminar de comer, él nos dejaba recostarnos de sus piernas y encendiendo su pipa de Kanda, nos contaba  pequeñas historias sobre enormes bestias marinas que habitaban en estos mares… de cómo luchaba contra ellas,  y que una vez casi fue devorado por una; animales feroces con miles de hileras de dientes y de un  tamaños descomunales, yo siempre gritaba de horror al escucharlo,  y él acariciaba mi cabello corto  para luego tranquilizarme con un beso en los labios, 

-“Eran bestias capaces de devorar a un hombre de pie sin siguiera masticarlo” –decía-  


         Pero para mí tranquilidad y consuelo había tierra cerca,  y justo estábamos pasando o saliendo de alguna de ellas… no sabía si esto sería para bien o para peor, pero me lancé al agua,  y justo antes de lanzarme al vacío, mis vestiduras se engancharon a una tabla saliente del borde de la plataforma y por un instante quede colgando con las pompas al aire, cuando la tela cedió y en un crujido seco desgarro por completo mi casmik y caí al agua. Cerré los ojos cuando me sentí caer  y“Splash!” y aun al  ser mi cuerpo un tanto robusto  no salpique mucha agua, así que nadie se dio cuenta del ruido que hice al caer en ella, un leve grito salió de mis labios a la vez que mis dientes, tiritaban por el frío…no le di importancia así que nadé con todas mis fuerzas casi sumergida para evitar que me vieran.  Para cuando se dieran cuenta de seguro ya estarían bastante lejos y yo habría escapado.



         Creí que nunca llegaría a la orilla, en más de una ocasión me pareció ver una aleta pasar por mi lado por lo que me apresuraba en nadar mas y mas rápido, casi sin aliento, el miedo que me invadía me hacia olvidarme del casación y de las veces en que tuve que detenerme por sentir que casi me daba un calambre, debía de hacerlo ya que de ser así me podría ahogar y así todo mi esfuerzo de escapar habría sido en vano. La adrenalina que sentía al pensar que podrían haberme asesinado, vendido, o quien sabe que cosas horribles, me dieron la fuerza de seguir nadando sin parar… pero al tocar tierra, con mi cuerpo cansado hasta ya más no poder caí derrumbándose en el lugar al que había llegado y solo alcance a decir,

-Gracias padre por obligarme a ir a todas esas clases de natación?




              Continuará.- 

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