miércoles, 12 de agosto de 2015

La Historia de Ker The Lydius (1era Parte)


* Llegada a Gor*


                                                                                   
                Asustada, la joven veía cómo aquellos hombres maltrataban a las chicas que temblorosas se ovillaban a sus pies, rogando piedad; aquellos hombres hacían  valer su fuerza y voluntad ante, lo que para ellos, no fueran más que simples bestias, cosas sin valor, “El ganado de Gor”. ¿Cómo llegó aquí?, Ella jamás supo, solo sintió el deseo de sobrevivir y el impulso la obligó a arriesgarse, debía de escapar, y cuanto antes mejor.

                Ella era Josephine, joven latina, con apenas 17 años, recién graduada de la Universidad, su área, en la facultad de ciencias Veterinarias; junto a sus compañeros de la universidad se disponía a celebrar su victoria alcanzada después de casi 6 años de estudios intenso, líos de  huelgas, paros estudiantiles, hoy al fin, ya le había sido entregado su certificado de notas que confirmaban que ya era al fin una Médico Veterinario, y esa noche celebrarían que en apenas faltando dos días asistiría a su acto de graduación, pero eso cambiaría de una manera tan dramática que jamás se le habría ocurrido q pasaría…

                Jo, como le llamaban sus amigos y compañeros, salía de la ducha, ella se había incluso, terminado de rasurar ya que luciría una hermosa falda de volado y extremadamente corta, de blusa, usaría una delicada camiseta de tirantes delgados y todo aquello con unos hermosas zapatos de tacón alto, se veía genial y para lo que haría, que solo seria permanecer sentada, y a lucir sus bien torneadas piernas  bronceadas,  por el sol de hacía un día, al haber ido a la playa en uno de tantos viajes en grupo.-

                 Ella era morena clara, de cabello castaño oscuro y usualmente lo usaba corto aunque debido al poco tiempo que se dedicaba a si misma por sus estudios, este había crecido mucho,  solía usar una cola para así no tener que ir tanto al salón de belleza, pero ese día lo había hecho y allí le habían planchado su cabello ondulado que ahora era liso y le caía sobre sus hombres descubiertos y bronceados. Sus ojos eran de un color avellana que irradiaban luz propia, sus mejillas a pesar del color de su tez, solían embellecerla con un rubor involuntario, ya que ella era una joven muy extrovertida pero a la vez muy tímida.-

             Esta es la Historia de su llegada a Puerto Kar


Cuando Jo despertó fue por el horrendo grito que escucho,

-¡Aahh, noo noo!

-¡Al suelo Kajira! *Wa plash*

-¡Nooo, noo me golpee amo!, ¡Noo piedad, piedad!

                Horrorizada Josep oía como una a una eran sometidas las mujeres y hombres, que a golpes y latigazos eran sacado de las jaulas, no entendía nada, ningún ruido le era familiar aquel extraño dialecto la perturbaba. El ruido de las olas le advertían que estaba en algún puerto marítimo, ¿Pero dónde?,  pero no podía ver nada, llevaba la cabeza cubierta con una especie de saco o algo parecido, no podía ver, pero el fuerte olor a suciedad y orina era penetrante.

-¡Camina Bestias! *Wa plash* Se oían los latigazos y enseguida gritos de dolor, Jo comenzó a temblar sus sentidos estaban alertas debía escapar de allí inmediatamente.

                De repente unas fuertes manos la sujetaron y tiraron de ella, cuando ella intento resistirse, se echó hacia atrás violentamente, y en su huida chocó contra otra joven quien gritó al sentirla; ella llevaba las manos atadas a la espalda, pero no así sus pies; el hombre se rió con brusquedad y la tomó de lo primero que alcanzó, un tobillo, Jo fue arrastrada por los tablones, de lo que parecía ser un enorme cajón de madera, allí supo que estaba completamente desnuda; a su lado habían mas chicas que se apretujaban entre sí temblorosas, como pudo se zafó de las manos rústicas de aquel hombre y gateo de rodillas como pudo hasta pasar por encima de otra muchacha quien desafortunadamente fue alcanzada esta vez dejándola a ella libre por el momento. El extraño hombre murmuró unas palabras en un idioma extraño para ella, pero intuyo que solo quería decirle que *Pronto  volvería por mas o lo que es peor por ella*

                Jo debía salir a como diera lugar, ella debía soltarse, así que comenzó a mover sus manos y a intentar soltarse de las duras cuerdas que rodeaban sus delicadas muñecas. Mientras ella se movía por el enorme cajón se pinchó con lo que fuera algo saliente y afilado en una de las paredes del cajón en donde estaban metidas, se dispuso a intentarlo, ella jamás dejaría que la llevaran sin al menos oponer resistencias y por lo que había escuchado no querías ir a ninguna costa.

                Su plan dio resultado logró cortar un par de vueltas de las amarras que la ataban, intento no hacer alboroto debía mantenerse quieta  sacó una mano y removió la cuerda que  amarraba  su cuello en donde se ataba una especie de  capucha que era lo que  le impedía ver más allá de sus narices, pudo verse metida entre varias mujeres contó a medias, debido a la escasa luz que se filtraba por las hendijas del cajón, que eran como ocho mujeres incluida ella, estaba en una especia de jaula de madera cerrada con listones desprolijos y mal claveteados, y así fue como logró cortar sus amarres con un especie de filo que sobresalía de una de las paredes, estaban todas, completamente denudas y sucias.-

                 Jo, gateo hasta la otra esquina mas apartada de la entrada, una chica de acento peculiar, se diría que era francés, murmuraba lo que pareciera una plegaria; la idea descabellada seguía en su mente, “escapar a toda costa”,  pero, *¿En donde estaban? ¿Que era ese lugar? Jo sabía algo de francés se pegó a la joven  e intento preguntarle donde estaban, pero la chica comenzó a ponerse histérica y a golpearse contra las paredes intentando escapar de ella, Josep,  por instinto  trató de callarla, pero enseguida,  afuera se oyeron pasos y voces seguidos de golpes fuertes con algún palo o algo parecido, sobre el cajón donde permanecían todas, enseguida todas gritaron y luego volvieron a callarse.

                Al cabo de un tiempo, Jo escuchó que se acercaban para sacar a más mujeres, y se puso los amarres en las manos dándose un par de vueltas fáciles y tiro para que parecieran fuertemente amarradas,  antes se caló la capucha pero ya sabía más o menos la ubicación, se puso en frente ya que ahora ella tenía un plan para salir de allí. Se puso detrás de la muchacha de origen  francés y en cuanto sintió abrirse la portezuela la mordió atreves de la tela que cubría su cabeza y en cuanto la joven gritó, Jo la empujó con tanta fuerza que fue a dar directamente sobre los  hombres parados en la entrada,  eran dos, en cuanto se soltó nuevamente, con una mano se liberó de la capucha, los vio, y se fue sobre uno de ellos, el que aún quedaba en pie ya que el otro luchaba por quitarse de encima a la francesita; a este le  cayo el saco en la cabeza, dejándolo también fuera de combate;  ambos vestían con extrañas ropas, sus torsos estaban completamente desnudos el aspecto de aquellos hombres le hicieron recordar a los Gladiadores que viera en alguna de las películas  de “Spartacus”.

                De un salto cayó en el frío y lodoso suelo, resbaló pero aun así corrió con todas sus fuerzas, la noche estaba cayendo en aquel lugar, corrió por la orilla de un riachuelo, las ramas le arañaba la piel desnuda. Cada tanto volteaba a ver si aquellos hombres la seguían. Solo alcanzo a oír un grito y unas risas, pero aun así corrió sin detenerse. El ambiente era en verdad extraño sus pulmones a pesar de lo rápido y agitado que estaba se sentían tan llenos de aire fresco que casi no se canso al correr a toda prisa y sintió que incluso  podía hacerlo hasta después de llevar horas corriendo a esa velocidad. Jo logró llegar a una lugar bastante apartado aguardo entre la maleza, e incluso aguanto la respiración para aguardar oír algún ruido que le advirtiera que le venían siguiendo o incluso escuchar algunos ladridos de perros de caza, pero para su tranquilidad nada paso. Se relajo a pesar de lo agitada que estaba.-

                Permaneció quieta, durante un tiempo, incluso se quedó rendida sobre el pasto; no supo cuanto pasó, pero al abrir los ojos, divisó en el cielo algo nunca antes visto, intento parpadear varias veces pensando en la posibilidad que aquello fuera un sueño, un muy mal sueño.

                Tres lunas en lo alto del aquel brillante cielo, marcarían el comienzo donde las aventuras y las persecuciones no faltarían.-






            



             Continuará.-

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