Un peculiar encuentro…
Esa mañana Ker se había despertado
sobresaltado, en su mente aun estaban vivos las recuerdos de una lucha entre
ella, una joven estudiante, quien había visto a una mujer de la alta sociedad y
junto esta unos bandidos que habían
logrado sacarla de su fiestas de graduación…o más bien ahora que lo pensaba
bien eran tipo de otro planeta, su visión se tornaba borrosa apenas recordaba,
un hombre alto, tez oscura, una mirada fría y calculadora, el collar de esa
mujer… en sus oídos aun retumbaba sus palabras, minutos antes de quedarse dormida cuando
escucho una voz, diciendo:
-¡Es ..Igual a su Madre! – algo en él, le sonó familiar.
" Ella había acudido a esa fiesta donde
todos celebrarían el último día como estudiantes del último año de Ciencias Veterinarias.
-¡Oh vamos niña que se hace tarde!- le había
dicho su madrastra al ver que no salía del baño...
-¿Por qué tanto apuro igual siempre llegamos tarde a todo?- se encamino hacia su habitación dando un portazo, se había quemado
detrás del cuello con la maldita plancha
de alisar el pelo. Ya ella no tenía el mismo entusiasmo que sintió la noche
anterior cuando junto a sus compañeros de clases, se había ido a celebrar hasta
casi salir el sol de este día, el intenso dolor de cabeza, tenían a Jo de muy mal humor.
-¡Ven déjame ver, niña te pondré un pedazo de cebolla y asi se te
calmara el ardor!
-¿Cebolla? ¿En serio?- le miro con ojos llenos
de ira, Jo bufo y se lanzo sobre la cama acolchada y hundió su rostro entre las
almohadas y grito tan fuerte que se quedo sin aliento y con el grito se sintió
menos tensa y menos enfadada. Se giro sobre la cama y miro el techo de su
cuarto, de repente el mundo se le hacía
menos grande y con menos peso sobre sus
hombros… Enseguida una mueca surco sus labio y comenzó a reír, se levanto y
sentó en el borde de la cama
descubriendo así que Ana su madrastra la miraba mientras apoyaba su
hombro en el vano de la puerta de una manera despreocupada y como si aquel
berrinche de Jo le fuera tan natural.
-¡No has cambiado nada niña!..¡Vístete Jo que es tarde, tu padre nos
espera abajo, y sabes que no le gusta esperar!
Habían llegado a tiempo el lugar estaba
concurrido y las alfombra estaba de los mas coqueta en la entrada, Jo llevaba
en su brazo su toga y en la otra mano junto a su pequeño bolso de manos del
cual su madre le había insistido llevar, para que así luciera como toda una
joven señorita. Jo estaba acostumbrada a usar morral, chamarra y jean, aquello
era algo nuevo aunque solía usar faltas y tacones, aquel día llevaba unos tacos
muy altos pero le asían lucir bien sus ya largas piernas, agarrada del brazo de
su padre quien era en realidad su tío, ya que Jo nunca conoció su verdadero padre dicen que él se había ido
a un largo viaje y que nunca más volvería y así fue. No se supo de él mas, al
tiempo dijeron que el avión donde viajaba se había estrellado y de él solo
había quedado el collar que ella llevaba consigo siempre, un dije en forma de
corazón con un garabato en el centro en forma de una flor con muchos pétalos.
Flor que conocería más adelante.
El discurso de graduación se había
extendido mucho más tiempo de lo establecido, el hecho era que mucho habían sido nombrados Suma Cum Laude, con
honores y primeras posiciones a Nivel Nacional; y Jo estaba entre ellos, pero
ella solo se limito a decir unas pocas palabras sin siquiera haberlas ensayado
y aunque era una mujer de muy pocas palabras era claras a la hora de expresar
lo que realmente quería decir; sus padres se habían puesto de pie orgullosos
cuando ella les agradeció y más aun por el silencio que hicieron en consideración a la pérdida de sus
verdaderos padres, y fue en ese preciso momento en que Jo ve entre la multitud
un rostro, de entre muchos pero en él había algo mas allá, algo en ese
rostro le llamo la atención, en él se
dibujaban duras facciones, era un hombre de piel oscura y cabello corto casi al estilo militar, el hombre la mira
entre la multitud, un caballero elegantemente vestido que destacaba entre tantos,
también se fijo que iba acompañado de una elegante y alta mujer cuyo rostro iba
velado, algo extraño en América, pero no hizo caso ya que en la universidad había
varias chicas de procedencia árabes y los asocio a ello, siguió el eterno
minuto mientras cada vez se sentía mas y mas observada y nerviosa, creyó que desmayaría
por la tensión acumulada en la boca de estomago, cuando volvió a recorrer al público
con la mirada, ese extraño hombre aun no dejaba de mirarla, hizo un gesto y se
inclino hacia la dama que le acompañaba y le murmuro algo cerca de su oído, la
mujer también la miro, sus ojos se posaron en ella con cierta calidez y un
brillo especial, algo nunca visto, aquel resplandor le cejo por escasos
segundos pero basto para calmarla un poco y reordenar sus pensamiento, sacudió
la cabeza para despejar sus dudas y termino su discurso dando las gracias y
sonriente bajo apresurada la escalinata
tras los aplausos y ovaciones de sus compañeros de clase. Jo ruborizada y un
tanto mareada se acerco a los brazos de su madre quien la esperaba con los
brazos abiertos dejándose abrazar, allí se sintió por un instante segura pero
extrañamente sus presentimientos le seguían atormentando. ¿Quién era ese hombre? ¡No era el
padre de ninguno de sus compañeros! ¿Por qué la puso tan nerviosa? El
pensamiento y la sensación extraña permanecieron con ella hasta terminar la
ceremonia de entra de los títulos y diplomas.
La recepción seria en el viejo salón del Hotel
Belrich de la calle principal de la ciudad, para llegar allí los
llevaría uno de los transportes de la universidad, sus padres le habían dejado
allí ya que ellos irían antes a brindar y a sacarse la foto del grupo en el
auditorio de la universidad, así para cuando ellos llegaran los familiares y
amigos les esperarían en el salón el hotel.
-¡Vamos Jo apúrate o no saldremos en la foto!
– le había gritado Carol su mejor amiga mientras corría adelantándose entre la
multitud, Jo sin apoyo se, limitó a ir
despacio por sus altos tacones.
-¡Demonios mamá te lo dije, no debí ponerme estos zapatos! -Se reprocho en vos baja mientras corría a lo que los altos tacones le
dejaban, la toga también era un estorbo entre la multitud y los demás
transeúntes. Que corrían en todas direcciones, mas de una ocasión Jo dejo salir
el estuche con el titulo por algún tonto recién graduado que la tropezaba.
1…2…3.”CLASE …2000” YEY!!!!
Gritaron todos lanzando los birretes por
lo alto, las caras sonrientes y los abrazos de alegrías se sumaban a las lágrimas
por los bellos recuerdos que quizás no volverán.
-¡Recuerda Jo nunca dejes de creer en tus sueños, linda..! sniff sniff* gimoteaba Carol
mientras la mantenía abrazada, Jo también lloraba, ese día su mejor amiga no
asistiría a la fiesta de celebración ya que se iría ese mismo día a Australia a
estudiar un postgrado en ciencias avanzado, además de un curso de ingles, su
vuelo se había adelantado por lo que solo le dio tiempo a tomarse la foto del grupo.
-No olvides enviarme las fotos ok, si? Te paso mi móvil en cuanto este
instalada.. ¡JO, Jooo mírame!
-Le sujetaba de los hombros y la sacudía con ternura. –¡No será más que un par de años, volveremos
a estar juntas amiga… Te quiero! -Se volvieron a abrazar.
-¡Y yo a ti!
Ya se encontraban Todos en el bus,
cantando y casi listos para arrancar cuando Jo, entretenida miraba por la
ventanilla del bus, estaba sentada sola, mira a través de la ventana una figura
familiar… “Su Madre” Jo parpadeo
varias veces, volvió a mirar y esta vez estaba segura “era ella”, hecho a un
lado el birrete y dejo el bolso sobre este,
se apeo del autobús, tropezándose con el chofer quien iba subiendo en
ese preciso momento, casi se cae al bajar, corrió entre las gradas, no estaba loca ella era su madre Jhosephin así se llamaba igual que ella,
Jo olvido que llevaba los altos tacones pero como estos se enterraban en el
césped de la enorme cancha no le fueron problemas esta vez por la altura, si sin dudas era ella, esa era la sensación
que sentía en el estomago, la sensación de ser observada ella había vuelto, se
había dignado a venir a verla graduarse en su rostro se dibujo una sonrisa
tonta, el corazón de Jo latía con fuerzas, pero por qué no se acerco a ella en
el acto, la miro entrar en los vestidores de debajo de las gradas principales
corrió hasta allí, bajo sin pensarlo por las escaleras de cemento esta vez se
detuvo para quitarse los zapatos y poder así correr más aprisa…
-¡Josephin , espera Josep..Mama.. Soy yo…!
Grito sin percatarse de lo que estaba haciendo.
Al llegar al vestidor Jo se percato demasiado
tarde que había cometido un error, un error que por el deseo y la añoranza de
volver a ver a su madre le hizo correr tras esa ilusión sin que nadie se diera
cuenta de a donde coño ella se había largado o si llegaría o no a la
recepción.- cruzo empujando la puerta al vestidor y lo encontró vacío, un ruido
a su espalda le indico que no estaba sola, su corazón se detuvo en seco.
-¡No, señorita Rodríguez, no soy
la Dama Jhosephin …su madre! –le respondió una voz que
escucho detrás de ella, justo cuando había entrado, enseguida se giro de
inmediato al oír la suave y sensual voz, con un extraño acento nada familiar
para la joven,
-¿Qui... Quien es usted?- Jo estaba de pie delante
de una mujer de mediana edad, alta y con las facciones muy parecidas al
recuerdo que ella guardaba de su madre, la diferencia era que esta joven mujer
tenía los ojos azules, y no color avellana como los de su madre; lo que más le
llamo la atención y por lo que creyó era ella, fue su larga melena negra y
ondulada, la mujer vestía de manera elegante y llevaba un vestido largo
ajustado al cuerpo, denotando una estrecha cintura y amplias caderas, sus
grandes pechos bailaban bajo la tela, sin dudas no llevaba brasier; no tenía el
rostro cubierto y su maquillaje era algo exagerado, pudo ver que ella llevaba un chal que cubría
su cuello, pero hacía calor, en chal tendría un propósito; la mujer se giro
sonriente y desenrollo el chal dejando ver en torno a su esbelto cuello un
collar de acero esmaltado, el mismo tenía un precinto con un pequeño candado, el
cual pudo ver cuando la mujer se levanto el cabello para sacarlo de la tela y
además tenía una argolla al frente; y
mientras daba un paso adelante tras esa mujer aparecieron dos hombres enormes
vestidos de una manera tan rara, como si hubieran salido de una película de Los
300`s; los hombres se pararon a
cada lado de la estrecha puerta por donde sin dudas no podría pasar
corriendo sin que uno de ellos le atrapara al paso. Vestían con sendas túnicas
abiertas en el pecho en forma de V, llevaban
un cinturón de cuero regio con argollas
de donde prendían cuerdas, cadenas y una especia de látigo o fusta, si Jo, no
estuviera ahora tan nerviosa se habría reído de ellos, llevaban sandalias
atadas hasta las pantorrillas sin dudas era algo salido de una película
antigua.
Luego, en cuestiones de segundo, les
precedió otra mujer vestida también elegantemente pero su vestido era más
antiguo, con volados y corseé, su amplia falda costo y se resistió al entrar
por la estrecha puerta; velado su
rostro, lucia de manera vaporosa, pero
aun así era una dama elegante y muy hermosa tuvo que reconocer, y a diferencia
de la otra mujer esta llevaba el caballo recogido en un laborioso moño alto y
con un chal sobre el cubriéndolo, era la misma que antes viera en la entrega de
su diploma, era la misma mujer, pensó cuando tras ella apareció un hombre alto
y fornido, ahora se veía mucho más fuerte y arrogante en ese traje de taller,
la corbata estaba floja y el ultimo botón suelto, al principio no le reconoció luego miro sus
ojo oscuros, tan llenos de seriedad y
poder, Jo sintió como todo su cuerpo se paralizaba, ¿Pero que hacen ellos aquí?
¿Acaso se trataba de una broma de muy mal gusto? Jo intento reír y miro
a todos a su vez, la Mujer que ella siguió creyendo fuera su madre, reacciono
al oír un tronar de dedos y enseguida se poso delante del Hombre moreno y se puso
de inmediato de rodillas, sin importarle el vestido ni la gente que allí había;
se inclino poniendo su rostro a la
altura de la mano extendida del hombre, este le mostró la palma para que ella
la besara, la joven lo hizo con tanta pasión, como si se tratara de su santidad
el Papa.
Jo sorprendida miro
aquello y frunció las cejas;
-¿Qué.. Que es todo esto? ¿Quién es usted?- ¿Qué quieren? ¿Y tu Cómo
saben mi nombre?– sin entender que sucedía Jo, con sus
zapatos en la mano se encamino hacia la puerta resuelta a irse y les miro, el hombre alto y moreno se aparto,
dejándola pasar como si no le importara que se marchara. La joven arrodillada
también se aparto moviéndose arrodillada, esta gimió como una gatita mientras
lamia y mordisqueaba los dedos del hombre, Jo le miro y luego a los dos tipos
parados en la puerta.
-Gracias! –respondió al pasar delante del Hombre
moreno, siguió su camino pero los dos hombres la sujetaron de sus brazos y le
inmovilizaron si el mayor esfuerzo."
Una risa tras ella le hizo aflojar las
rodillas, fue en ese momento cuando JO
comprendió que no iría a la fiesta de su graduación, y que de hecho no volvería
jamás al lado de sus Padres.
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