*Un buen
servicio*
Sirviendo el Té de Bazi
Sirviendo el Té de Bazi
-¡Esclava, tengo hambre, alimenta a tu
amo!.
-¿El amo desea que esta esclava le traiga un buen trozo de tarta y su usual Té de Bazi, mi Amo?
Más que una pregunta, era una confirmación de lo bien que mi esclava me conocía, y de lo maravilloso que era verla como se desvivía por atender mis necesidades. Con un gesto casi imperceptible de mi cabeza, ella entendió que estaba en lo correcto. Se levanto con gracia y elevando sus maravillosos ojos verdes logro en el último momento echarme una fugaz mirada, que me cautivo… me sonreí internamente al recordarle como se humillaba y se sometía ante mí el día que la encontré atada de las muñecas en una anilla al pie del puente de Las Cuatro Lámparas, estaba allí, completamente desnuda, recuerdo que luego de verla allí temblando y agazapada, alce la vista y desde allí pude ver las luces de La Gloriosa Ar. Con la punta de mi lanza la obligue a levantar el rostro, no tenía ningún collar que la identificase, solo llevaba sobre su hombro escrito en carboncillo, las palabras en Goreano:
-“Ponme un collar, poséeme”.
Ahora, después de tanto tiempo, esta belleza era mía, mi esclava, me serbia con fuego y pasión, era muy complaciente y obediente; recuerdo que pocas veces tuve que castigarle o azotarla, aprendió rápido, ella sabía bien qué hacer cuando llegaba, ya sea molesto, eufórico o cargado de pasión y deseo por ella. Ella me sabía leer la mente, era lo que toda esclava bien entrenada debe ser y aprender, conoce mejor a su amo tanto o quizás más de lo que uno mismo se pueda llegar a conocer. Me complacía verla ante mí.
Se levanto y ya en la cocina, mi bella esclava, escogía del estante, las mas bellas y valiosa tazas para servir el delicioso Té de Bazi.. Por costumbre o más bien por deseo propio, le obligaba a colocarlas en los lugar más alto de la estantería, y todo para que yo pudiera disfrutar de sus hermosas piernas y el espectacular trasero, el cual se le asomaba al subírsele el ya corto casmik, cada vez que intentaba alcanzarlas poniéndose en punta de pie.
Una vez dado alcance, y satisfecha con lo que usaría, la kajira continuo apresurada pero con mucho cuidado, giro sobre sus talones, y las coloco sobre la mesa de madera donde había dispuesto ya una bonita bandeja metálica, coloco allí, las tres pequeñas tazas, eran tres tazas con bordes esmaltados, en su interior habían varias figuras arabescas que simulaban las marcas de las kajiras, así como en su parte exterior la figura de un Larl, la esclava sonrió al verlas; las dispuso casi juntas, una al lado de la otra con las figuras en perfecta sincronía. Se dirijo al fuego donde había puesto a calentar agua, y con un grueso trapo de piel de bosk cogió la olla hirviendo, y vertió la cantidad precisa para luego llenar las tres tazas, para ello encontró una tetera mediana que hacia juego con las tazas. Encontró además dos pequeños cuecos de barro, los cuales lleno; uno con azúcar blanca y el otro con azúcar amarilla, y entre los dos cuencos coloco la pequeña cucharita de plata. Hecho una última mirada a la bandeja y sonrió satisfecha y complacida con el impecable orden y belleza de su servicio.
Respiro hondo, y en el último se despojo de sus escasas sedas, colgó de su collar unas hermosas joyas dadas por su amo para embellecerla, y se colo rápidamente una pulsera y una tobillera provista de varias campanillas, las que guiarían sus paso, cogió un delicado pañuelo de seda que le había comprado su amo para que ella lo usara, pero ella a pesar de sentirse tan feliz por aquel detalle su rostro entristeció, y poniéndose de rodillas ante él, se lo tendió para devolverlo, y con lagrimas en los ojos le dijo que era un hermoso regalo para tan insignificante animal y que ella solo deseaba que el solo la dejase ser su esclava y nunca le diera su libertad. El la miro y sonrió divertido y no la contradijo, para él ese pañuelo no tenia ningún valor, ni siquiera había gastado tanto, pero si aquello le complacía él no se lo negaría ya que bien le sabia retribuí con su excelente servicio a placer. Así que desde entonces el le ordeno que con el limpiaría sus labios cada vez que tomara su tan deseado te.
La joven y hermosa kajira cogió la bandeja con manos firmes y se dirigió a la presencia de su Señor, sus pasos eran gráciles y decididos, el tintinar de las campanas acompañaban su andar, ella mantenía la mirada baja y sus mejillas levemente ruborizadas, su cabello caía en cascada justo detrás de su nuca, mostrando todo su desnudo cuerpo.
Se arrodillo ante mi, y en todo momento no aparte los ojos de mi esclava, admirando su cuerpo, sus movimientos, su lustroso cabello, sus ojos… los míos buscaban a gritos los de ella.
La joven y hermosa kajira cogió la bandeja con manos firmes y se dirigió a la presencia de su Señor, sus pasos eran gráciles y decididos, el tintinar de las campanas acompañaban su andar, ella mantenía la mirada baja y sus mejillas levemente ruborizadas, su cabello caía en cascada justo detrás de su nuca, mostrando todo su desnudo cuerpo.
Se arrodillo ante mi, y en todo momento no aparte los ojos de mi esclava, admirando su cuerpo, sus movimientos, su lustroso cabello, sus ojos… los míos buscaban a gritos los de ella.
Este ritual comúnmente hecho en el desayuno, no era un rito común, era una especie de celebración que solo se tomaba en las festividades Goreanas o alguna q otra fecha importante acordada por los libres. Lo que conocemos aquí en la tierra como las fechas de algún cumpleaños, aniversario o evento especial; en este ritual se hace a una deliciosa tarta bien sea de frutas y crema o algo bizcocho relleno para acompañar el especial Té de bazi, pero no es tanto el té lo que lo hace especial sino el objeto simbólico que lo representa, su forma de servirlo varía desde ser una manera formal a una simple y tradición. Y cada servicio es especial para cada libre, ya que llevaba el sello personal de quien lo ejecuta.
Este tipo de servicio rara vez se realiza en una taberna de paga, es más habitual realizarlo en el hogar para poder disfrutar del rito.
Se Arrodillo a mis pies, tenía una figura esplendida de espalda recta, sus hombros echados hacia atrás, hacían que sus turgentes pechos se mostraren a mí con total descaro… la mire en todo momento mientras ella se disponía a servirme, sin siquiera atreverse a mirarme, prepara una a una las tres tazas de Té.
Recuerdo que cogió el pañuelo entre sus delicadas manos, lo aparto para que no se manchara, sonreí al mirarla, su cara era de total concentración…Entonces la vi coger la pequeña cucharita entre los dos cuencos y meterlo en el que contenía la azúcar amarilla, cogió una medida exacta y la vertió dentro de la primera taza, con cuidado la puso sobre el delicado pañuelo y la limpio de resto de la azúcar amarilla, y así no manchaba la azúcar blanco con ningún grano de la amarilla. Luego hizo lo mismo pero esta vez la metió en el cuenco de azúcar blanca y tomo igualmente la medida exacta y vertió en la segunda taza, esta vez no limpio la pequeña cucharillita sino que tomo media medida de la cucharita de la azúcar amarilla y la otra mitad de la blanca, haciendo una cucharadita exacta, y ambas fueron echadas dentro de la tercera y última taza.
Colocando las hojas del te sobre un pequeño trozo de tela para que no pasen al agua, y asi servir de filtro. Cogió, con cuidado de no quemarse, la tetera y esta vez se aseguro de mirarme a los ojos, me miro como una esclava mira a su amo y señor, con todo su amor y su fuego; le mire y sonreí ante su especial servicio, y ante mi control de no tumbarla sobre el suelo y poseerla allí mismo de todas las maneras posibles, su miraba buscaba mi aprobación de dar comienzo al servicio, lo hice y prosiguió a añadir lentamente el agua hirviendo a cada una de las tazas puestas en orden, y colocando a un lado la tetera se dispuso a servir en el orden dispuesto, metió la cuchara en la primera taza y dio dos vuelta, elevando la primera taza soplo suave y delicado el humo que de esta salía, haciendo llegar a mí el olor del Té, miro nuevamente a mis ojos y a una señal que solo ella reconoció si dispuso a besar el borde de la taza procurando evitar el lado que mis labios tocarían al momento de beberlo, beso el borde, y mientras la giraba y ofrecía a mí la oí pronunciar la más maravillosa plegaria hecha por una esclava.
-¡Esta es la primera, “Simboliza el pasado, un pasado en el que desconocía de mi, en donde no sabía de los sinsabores de una inexperiencia y que alguien como “usted” se sabría mostrar, ha pasado y superado en esta bella tierra!
Al ofrecerla ante mí, extendiendo sus brazos y bajo su cabeza entre ellos, mostrando su sumisión, cogí la taza asegurándome de tocar sus bellas y suaves manos y al cogerlas entre las mías, ella la soltó, se sentó sobre sus talones y mira mis labios, tome la taza y sople de nuevo el humo esta vez hacia ella, para que como yo percibiera el aroma de esos sin sabores días. Tome el contenido de un trago y le devolví la taza la cual cogió con agilidad y la coloco sobre la bandeja esta vez asegurándose de que el dibujo del Larl hiciera una secuencia diferente a las otras dos. Miro la segunda taza, la cogió entre sus manos y de nuevo la alzo, y haciendo el mismo ritual anterior se aseguro de posar sus labios lejos de donde yo posaría los míos.
-¡Esta es la segunda; celebra lo presente, la edad madura, los conocimiento que han venido con el pasar de los años, y que han dejado y me enseñaron a servir y así, enseñado a llenar de gozo la vida de por quién vivimos y para todos aquellos por lo que vivimos, para los que viven como nosotros en un día e Gor como este”
Y ofreciéndomela, baja su cabeza pero no aparta sus bellos ojos de los mío, me sonría y tome de sus manos la taza bellamente ofrecida, esta vez sin soltarla de entre las mías, tire de ella, con todo y taza, haciéndola inclinarse sobre mi y peligrosamente sobre la bandeja con el resto del té y la deliciosa tarta que aun no había probado. Sus ojos se abrieron asombrados y sentí, como por un inhs, ella aguantaba la respiración, puedo incluso sentir el leve temblor en sus brazos y cuerpo por el esfuerzo de mantenerse erguida a pesar de la extraña posición en que la había puesto. Bebí el delicioso liquido con toda calma, sin olvidar soplar el humo hacia ella, la tenía tan cerca que percibí su pequeño jadeo, me miro en todo momento; hasta que solté sus manos y así la taza que aun permanecía en las de ella, se ruborizo como nunca, y bajo la taza sin olvidar colocarla en posición, ahora quedaba la ultima taza.
La tercera y última taza.
Cogió la pequeña cucharita de plata y la metió dentro de la taza dio tres vueltas, mezclando las azucares con el caliente líquido, dio un toquecito en el borde le taza y con ambas manos la alzo, la sostuvo entre nosotros y mirándome fijamente, sentí que temblaba y su voz se quebraba cuando comenzó a decir su especial plegaria:
Y ofreciéndomela, baja su cabeza pero no aparta sus bellos ojos de los mío, me sonría y tome de sus manos la taza bellamente ofrecida, esta vez sin soltarla de entre las mías, tire de ella, con todo y taza, haciéndola inclinarse sobre mi y peligrosamente sobre la bandeja con el resto del té y la deliciosa tarta que aun no había probado. Sus ojos se abrieron asombrados y sentí, como por un inhs, ella aguantaba la respiración, puedo incluso sentir el leve temblor en sus brazos y cuerpo por el esfuerzo de mantenerse erguida a pesar de la extraña posición en que la había puesto. Bebí el delicioso liquido con toda calma, sin olvidar soplar el humo hacia ella, la tenía tan cerca que percibí su pequeño jadeo, me miro en todo momento; hasta que solté sus manos y así la taza que aun permanecía en las de ella, se ruborizo como nunca, y bajo la taza sin olvidar colocarla en posición, ahora quedaba la ultima taza.
La tercera y última taza.
Cogió la pequeña cucharita de plata y la metió dentro de la taza dio tres vueltas, mezclando las azucares con el caliente líquido, dio un toquecito en el borde le taza y con ambas manos la alzo, la sostuvo entre nosotros y mirándome fijamente, sentí que temblaba y su voz se quebraba cuando comenzó a decir su especial plegaria:
-“Por nuestro futuro, cargado de toda la sabiduría y enseñanzas, y que no me dio miedo aprender!- *Sonrió, pero por un momento bajo su mirada y la poso en el borde la taza contemplando el claro liquido humeante.* y aunque no fueron solo pasos, durante todo el camino fue usted mi guía, por lo que, ahora que llego el cambio de estación, se me ha permitido abrirme, con la esperanza de mantenerme así, durante mucho, mucho tiempo en este, mi hogar ... en su lecho .. a sus pies ... porque esto es Gor” y soplando, beso la taza y justo cuando creí me la daría la giro para ver si yo así aceptaba posar mis labios sobre la marca que había dejado, le mira, y luego sus labios... sin tomar la taza de entre sus manos , con una mía la empuje hacia ella y le dije:
-"¡Dame Tu de beber, tu amo quiere beber el futuro de los labios de su hermosa bestia, y cierra de una vez esta etapa, kajira, por que mientras yo viva, tu nunca volverás a ser libre.!
Ella me miró, asombrada pero enseguida se dibujo una bella sonrisa en sus labios, tomo un buen sorbo del te dentro de su boca, note que sus ojos se humedecieron, pero no me importo y acercándose a mí, se subió a mi regazo y posó sus cálidos labios sobre los míos, recuerdo que al sentirlos abrí mi boca para recibirla con gran placer, y lentamente dejó caer el delicioso líquido aún caliente, supongo que las lagrimas en sus ojos se debían mas a eso que a nada, pero me equivoque, su felicidad por mis palabras le causaron gran placer.
...Y aunque luego me demostró que el ardor de sus labios no se comparaba con el fuego de su vientre, era ya muy tarde, cuando yacíamos plácidamente sobre las pieles, después de haberla usado a mi antojo y haber saciado mis instintos de Amo Goreano. Aun puedo sentir su cuerpo temblar entre mis brazos, como se estremecía ante mi roce; podía ser duro y cruel con ella y aun asi me serviria con fuego y ardor, su amor y devoción hacia mi, era lo que me volvía loco, ella, era incluso capaz de dar su insignificante vida a cambio de la mía, la miraba siempre a los ojos, me encantaba verme reflejado en el brillo cálido de sus ojos, esos ojos que haría, incluso que cualquier hombre se perdiera en la inmensidad de una noche sin lunas; que detendrían el latir de un Larl hambriento.
Me desperté, y ella suspiro entre mis brazos, su cálido cuerpo junto al mío me revivieron nuevamente, la poseí allí mismo, no deje incluso que limpiara mis labios con su delicado pañuelo, porque lo use para así atar sus muñecas, le ordene no moverse y como la hermosa hembra que es, me complació, ella, mi esclava, mi pequeña kajira.
-FIN-
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