Ganando el pase a Puerto Kar
-¡Kajira! –Dijo
una voz gruesa.
-¡Tráeme una botella de paga! –Jo miro al Hombre que había
conocido en el bosque. Zaltar estaba contento, al parecer por su buena venta.
Jo se había enterado que había vendido a las dos kajiras por 3 Tasco
de plata cada una, y que por la mercancías que llevaba consigo 80
monedas de cobre. Jo llamo a una de las
kajiras que le atendía esta a su vez,
llevaba pa ga al recién llegado, sujeto a la kajira por el cabello y la
obligo a doblarse mientras le ordenaba llevarle otra botella que ella había
traído consigo o más bien la había pedido antes al tabernero.
-¡Dile al libre que esta es de parte de Ker
Arquero The Lydius, y que le acompaño en
su buenaventura, el sabrá que hacer con ella!
Jo la soltó y la
chica, asustada corrió hacia donde
estaba sentado el libre y poniéndose en su bella posición le llevo la botella de Ka la na, el hombre al
verla no le dejo terminar de decir lo que Ker le había mandado a decir con ella.
Zaltar
miro a la esclava y al ver que no traía la botella que él le había perdido alzo
su mano para golpearla, después de gritarle e insultarle en su peculiar acento;
-¡Sucia
bestia, torpe, que has traído? -Y justo cuando la joven se
agazapo ante la reacción del libre que fue alzar una enorme mano con la intención de golpear a la chica, una Flecha a toda velocidad cruzo la mitad de la estancia y llego
clavándose en la meza entre Zaltar y la kajira; Todos incluso la kajira giraron
a ver a la joven Jo con el arco en mano, su posición habitual de caza y
sonriente, bajo sus brazos y se colgó el arco en el hombro y camino lentamente
hacia donde estaba sentado Zaltar.
-¡Despreciara
el regalo de alguien que admira su buena fortuna Libre! -Jo
ahora Ker The Lydius se acerco y
cogiendo su flecha de un tirón la guardo
en su carcaj.
-¡De los
viñedos de Ar!.- le dijo Jo al verlo mirar la botella con cierta
desconfianza. Zaltar silbó. Era Ka-la-na de mucha calidad, sostuvo la botella
oscura en sus manos y le giro. Ker le
miraba aun de pie.
-¿No irá a
despreciarme, verdad? -Aguardo un ihns en silencio y aclarándose la
voz para sonar más grave dijo.
-¡Permítame
presentarme, mi nombre es Ker Arquero The Lydius, a sus órdenes! -Zaltar
le miro con desconfianza, Ker que siempre llevaba el rostro cubierto con un
turbante que disimulaba aparte de su voz,
ocultaba a la vista sus bellos labios llenos y rojos, dejando al descubierto sus bellos y claros ojos color ámbar, que
refulgían a la luz de las lámparas de aceite de Tharlarion. Jo haciendo un
gesto a la joven y temblorosa kajira para que trajera una copa adicional, la
joven sin mucho preámbulo corrió y trajo la copa ofreciéndose a servir el vino,
Jo, que realmente detestaba a esta mujeres, con un gesto la aparto, le miro con
seriedad y la joven sonrojándose se retiro a su lugar. Zaltar no dejaba de
mirarle con desconfianza. Mientras este le miraba Jo sirvió ambas copas.
-¿Y a que
debo este honor, Libre Ker The Lydius?- dijo mientras tomaba la
copa llena y servida por JO.
-¡Supe que ha tenido
la buena fortuna y que los RRSS le han bendecido con una buena venta! – le sonrió* -Oh no, no pretendo robarle!
-Se adelanto al ver su mirada, Zaltar ladeo la cabeza y con un gesto le
ordeno que se sentara. Jo sonrió internamente ya había ganado terreno.
-Vera libre….*hiso
una pausa como esperando que este le mencionara su nombre para así no lucir tan
obvio*
-Zaltar, Zaltar Mescatos! Soy Mercader de Ar.
-Le miro elevando una ceja y colocando la copa en frente de él con un gesto de brindis en su honor y bebió
la copa de un trago, a lo que Ker imito el gesto, pero a diferencia de que su copa
no estaba del todo llena. Para ello debió bajar su bufanda hasta la altura del
mentón su rostro manchado de hollín simulaba una pequeña barba nacimiento y
algo de mugre le daba un aspecto más añejo.
-¡Vera Libre Zaltar, la verdad es que deseo iniciarme en el comercio, desde hace un
tiempo he viajado y aprendido de la caza el beneficio de lo que se da a los alrededores, se que la carne de tabuk es
muy bien pagada, pero aun así, deseo algo mas….asado, algo que me de mucho mas
beneficio y por sobre todo ganancias?
-¡Eres muy joven Ker!,
¿cuántas lunas tienes? -Le pregunto Zaltar mientras le ofrecía la copa para
que la volviese a llenar.
-¡El tiempo no hace al
Hombre! ¿O sí? Zaltar! -Ker
le miro lleno de nuevo su copa rebosante, mientras que el solo a medias. Sus
intenciones eran claras.
-¡No, es cierto, no hace al hombre, ni las lunas que pasa
fuera de la protección de la piedra de su hogar, ni los cientos de peligros que
ello conlleva. ¿Supongo que has librado muchas batallas pequeña cría de Tharlarion? -Zaltar se burlaba a conciencia y
deliberadamente de Ker.
Ker se
mordió el labio para evitar así revelar la frustración que aquel comentario le
causaba.
-¿Mas Ka la
na?- Sirvió sin esperar la respuesta. Mientras Zaltar no
le miraba Ker hiso una seña a la kajira y esta trajo consigo una bandeja llena
con carne de tabuk asada.
La
kajira, atenta a las señales de Ker se apresuro a llevar a la mesa la bandeja,
en ella llevaba una pierna de tabuk y un pedazo del lomo hecho tiras, la salsa
de verduras cubría el fondo del plato haciendo un delicioso brillo a la carne
bien presentada, la joven se arrodilla ante el libre dando la espalda a Jo.-
-¡Cazado
por mí, debo añadir!- Zaltar rio, al no creer lo que oía.
-¡Un niño
con un vara hace lo mismo y mata presas mucho
más grandes que la que aparenta ser esta pieza de tabuk!- levantando una pata del tabuk a la que comenzó
a devorar sin ningún tipo de ceremonia. Ker estaba siendo provocado y Zaltar lo hacía
con toda la intención. Recostándose de
los cojines Ker intento calmarse y simular que aquello no le afectaba en lo mas
mínimo. Pero la verdad era que la sangre le hervía y deseaba cuanto antes dejar
a este tonto grandulón
sin un medio de tasco en los bolsillos.-
Jo miro
a la kajira quien se puso en posición y sirvió el vino en la copa de Zaltar y
evito así llenar la copa de Jo, al vaciar la botella la kajira alzo la vista y
miro a Jo la botella se había acabado.
-¡Trae otra
bestia, que esperas! -Le grito mientras la miraba con el ceño
fruncido, la kajira corrió a la cocina y regreso con otra botella oscura de
vino de ka la na.
-¿Entonces,
eres Mercader? De esclavas debo suponer? Zaltar le miraba mientras
devoraba hambriento la pieza de asado, llenando sus dedos de salsa igual así
sus labios, Jo a un leve movimiento hiso que la esclava se posara frente a él
de pie e inclinada dejando caer en cascada
su cabello para que el libre se limpiara la boca, Zaltar se divertía con
las atenciones de este joven, y por sobre todo no sospechaba de sus intenciones
solo dedujo que el joven deseaba le ayudase a crear también su pequeña fortuna
conociendo todo acerca de la mercadería.
-¡No soy esclavista Ker, las venta de esas bestias no son lo
mío, para ello se necesita tiempo y dedicación, así como conocer los
mejores puestos y plazas para la venta!
–volvía empinar el vino, esta vez de la botella directamente.
-¡Entonces,
que es lo que realmente vendes?-Le pregunto intrigado e inclinándose
hacia delante para escucharle, ya que el ruido había subido de tono debido a
que los músicos habían comenzado a tocar y el tintinar de campanas de las
nuevas esclavas comenzaron a restallan en toda la taberna.
-¡Jajajajajaja, no se trata de que vendo Ker sino a quien le
vendo! Los mercaderes trabajamos duro en crear nuevas líneas de comercio con lo
que otros pueblos realmente necesita y carecen de ello! –Zaltar mira la cara de
Jo algo desconcertado y en realidad defraudado.
-¡Jajajajajaja Vamos pequeño Tharlarion, si realmente
quieres aprender, Yo Zaltar Mescatos te voy a enseñar lo que debes aprender! -El rato paso, y las cosas que le conto a Jo
le comenzaron a llenar de intriga y emoción, hablo de sus miles de aventuras,
las fallas y las ganada en este trabajo, y mientras conversaban, la kajira
llenaba la copa una y otra vez y aglomerando las botellas sobre la mesa.
Fue
casi pasada la decima hora que ya el enorme Mercader se debatía entre sí seguir con la copa de ka la na o si echarse
sobre sus fuertes brazos a dormir, Ker, sin embargo se mantenía igual sobrio, quizás un poco más cansado, pero
la verdad es que ella nunca bebió del vino que había adulterado con una gotas
de belladona, tantas que dormirían aun Tharlarion adulto. Ker sonreía satisfecho,
le había pagado al tabernero mientras se ofreció amablemente a llevarle a sus
aposentos, al parecer el Libre Zaltar se Hospedaría esa noche en la Taberna de las 3 campanas; con todas sus fuerzas ayudo
al pesado y ahora torpe hombre, a subir uno a uno los escalones de la vieja
escalera, en más de una ocasión la acción de llevarlo sobre sus hombros le hiso
poner en situaciones vergonzosas y de mal gusto para el joven muchacho. Una de
ellas fue que se sujeto de sus bien torneados pechos apretándolos, inconsciente
de que él estaba allí.
-¿Suéltame
Sucio Eslín! -Le había dicho entre dientes mientras que le
empujaba para que callera de golpe sobre al lecho, al hacerlo se tropezó y esta
vez cayó sobre el musculoso pecho, de Zaltar,
este casi consciente de que lo que tenía
entre sus brazos era una kajira la sujeto fuertemente de la cintura y la pego
mas a él.
-¡Vamos
pequeña zorra… ¿acaso te irás sin darle un beso a tu amo?! -Jo
abrió desmesuradamente sus ojos y boca asombrada, y justo cuando intento decir algo, Zaltar
la apreté fuertemente contra sus labios besándola con rudeza a lo que la chica
solo pudo gemir entre su boca, este acto le nublo aun mas los sentidos a Zaltar
dejándose entre ver lo excitado que estaba, Jo intento resistirse pero era inútil,
su fuerza era mayor, aun y después de estar drogado; se dejo dominar, la sensación
de aquel beso le dejo agitada y su respiración se torno pesada, debía hacer
algo y pronto.
-¿Creo que
llevas demasiada tela par mis gusto, desvístete kajira!? Le ordeno,
mientras la empujaba lejos de él, Jo aprovecho esto para así zafarse. Y parándose
entre sus piernas, le miro y le dijo, con voz apasionada y de mujer.
-¡Si amo,
lo hare con gusto! –y mientras Zaltar se apoyaba sobre sus codos
en le cama miraba desorientado a la joven, intentaba enfocar bien la vista y
mantenerse despierto, pero se le veía en verdad muy pero muy drogado, pero aun así
Zaltar se sentó a duras penas e intento volver a alcanzarla,
-¡Ven, yo
mismo te la arrancare! -Dijo entre dientes, mientras le miraba serio
y aun desorientado. Cuando de repente Jo le golpeo con algo que le dejo inconsciente.
Jo había cogido un madero del pilar de troncos que se usaban para avivar las
pequeña hoguera dentro de la posada, dejo caer en pesado objeto mientras veía a
Zaltar tirado de una manera ridícula en las pieles, en su rostro había una
sonrisa o lo que parecía ser el rastro de una mueca.
¡¿Ahora
quien es el tonto, Mercader? -Le dijo en voz baja. Jo corrió
y rebusco entre las cosas del libre y encontró el pequeño saquito con las monedas
de su buena venta, esta noche se marcharía rumbo a Puerto Kar. Consiguió una
tiras de atar del mismo Mercader y le ato fuertemente despojándolo antes de sus vestiduras, ¡debería
tener otra muda de ropa¡, pensó
mientras le quitaba con dificultad, la túnica de mercader, Jo se sonrojo al
verle desnudo sobre las pieles, tuvo que reconocer que el libre tenía muy buen
cuerpo. Se acerco a él y le miro mas de cerca, sus labios estaban entre
abiertos de el manaba el aroma fuerte a ka la na, Jo se mordía el labio
inferior mientras don el dedo índice le rosaba los labios a Zaltar, por unos
enhs le miro, luego sacudió su cabeza despejando sus pensamientos, aquel era el
mismo hombre que fustigo a la pobre pelirroja, y por qué no, violado a las dos
kajiras que llevo esa tarde a l kennel del esclavista para así después venderlas,
lo miro y en su rostro había ahora odio reflejado hacia aquel bruto que la había
obligado a besarlo, se aparto y colocándose de nuevo su bufanda y capucha salió
al oscuro pasillo de la posada y con calma bajo los escalones dirigiéndose
hacia la calle, iría al muelle para abordar el Tarn Negro que se dirigiría a la
ciudad más corrupta de todo Gor Puerto Kar. En la habitación ahora yacía un
Bruto, completamente desnudo, fuertemente atado y amordazado, para cuando lo
descubran ya ella estaría lejos de allí, con un nuevo rumbo, su destino La
perla de Thassa.
Continuara...