martes, 29 de septiembre de 2015

Ker The Lydius (4to Capitulo)

Ganando el pase a Puerto Kar





-¡Kajira! –Dijo una voz gruesa.
 -¡Tráeme una botella de paga! –Jo miro al Hombre que había conocido en el bosque. Zaltar estaba contento, al parecer por su buena venta. Jo se había enterado que había vendido a las dos kajiras por 3 Tasco de plata cada una, y que por la mercancías que llevaba consigo 80 monedas de cobre. Jo llamo a  una de las kajiras que le atendía esta a su vez,  llevaba pa ga al recién llegado, sujeto a la kajira por el cabello y la obligo a doblarse mientras le ordenaba llevarle otra botella que ella había traído consigo o más bien la había pedido antes al tabernero.

Dile al libre que esta es de parte de Ker Arquero  The Lydius, y que le acompaño en su buenaventura, el sabrá que hacer con ella!

                Jo la soltó y la chica,  asustada corrió hacia donde estaba sentado el libre y poniéndose en su bella posición  le llevo la botella de Ka la na, el hombre al verla no le dejo terminar de decir lo que Ker le había mandado a decir con ella.

                Zaltar miro a la esclava y al ver que no traía la botella que él le había perdido alzo su mano para golpearla, después de gritarle e insultarle en su peculiar acento;

-¡Sucia bestia, torpe, que has traído? -Y justo cuando la joven se agazapo ante la  reacción del libre  que fue alzar una enorme  mano con la intención de golpear a la chica,  una Flecha a toda velocidad  cruzo la mitad de la estancia y llego clavándose en la meza entre Zaltar y la kajira; Todos incluso la kajira giraron a ver a la joven Jo con el arco en mano, su posición habitual de caza y sonriente, bajo sus brazos y se colgó el arco en el hombro y camino lentamente hacia donde estaba sentado Zaltar.

-¡Despreciara el regalo de alguien que admira su buena fortuna Libre! -Jo ahora Ker The Lydius  se acerco y cogiendo su flecha de un tirón la  guardo en su carcaj.

De los viñedos de Ar!.- le dijo Jo al verlo mirar la botella con cierta desconfianza. Zaltar silbó. Era Ka-la-na de mucha calidad, sostuvo la botella oscura en sus manos  y le giro. Ker le miraba aun de pie.

-¿No irá a despreciarme, verdad? -Aguardo un ihns en silencio y aclarándose la voz para sonar más grave dijo.

Permítame presentarme, mi nombre es Ker Arquero The Lydius, a sus órdenes! -Zaltar le miro con desconfianza, Ker que siempre llevaba el rostro cubierto con un turbante que disimulaba aparte de  su voz, ocultaba a la vista sus bellos labios llenos y rojos, dejando al descubierto  sus bellos y claros ojos color ámbar, que refulgían a la luz de las lámparas de aceite de Tharlarion. Jo haciendo un gesto a la joven y temblorosa kajira para que trajera una copa adicional, la joven sin mucho preámbulo corrió y trajo la copa ofreciéndose a servir el vino, Jo, que realmente detestaba a esta mujeres, con un gesto la aparto, le miro con seriedad y la joven sonrojándose se retiro a su lugar. Zaltar no dejaba de mirarle con desconfianza. Mientras este le miraba Jo sirvió ambas copas.

-¿Y a que debo este honor, Libre Ker The Lydius?- dijo mientras tomaba la copa llena y servida por JO.

-¡Supe que ha tenido la buena fortuna y que los RRSS le han bendecido con una buena venta! – le sonrió* -Oh no, no pretendo robarle!  -Se adelanto al ver su mirada, Zaltar ladeo la cabeza y con un gesto le ordeno que se sentara. Jo sonrió internamente ya había ganado terreno.

-Vera libre….*hiso una pausa como esperando que este le mencionara su nombre para así no lucir tan obvio*

-Zaltar, Zaltar Mescatos! Soy Mercader de Ar. -Le miro elevando una ceja y colocando la copa en frente de  él con un gesto de brindis en su honor y bebió la copa de un trago, a lo que Ker imito el gesto, pero a diferencia de que su copa no estaba del todo llena. Para ello debió bajar su bufanda hasta la altura del mentón su rostro manchado de hollín simulaba una pequeña barba nacimiento y algo de mugre le daba un aspecto más añejo.

-¡Vera Libre Zaltar, la verdad es que  deseo iniciarme en el comercio, desde hace un tiempo he viajado y aprendido de la caza el beneficio de lo que se da a  los alrededores, se que la carne de tabuk es muy bien pagada, pero aun así, deseo algo mas….asado, algo que me de mucho mas beneficio y por sobre todo ganancias?

-¡Eres muy joven Ker!, ¿cuántas lunas tienes? -Le pregunto Zaltar mientras le ofrecía la copa para que la volviese a llenar.

El tiempo no hace al Hombre! ¿O sí? Zaltar! -Ker le miro lleno de nuevo su copa rebosante, mientras que el solo a medias. Sus intenciones eran claras.

-¡No, es cierto, no hace al hombre, ni las lunas que pasa fuera de la protección de la piedra de su hogar, ni los cientos de peligros que ello conlleva. ¿Supongo que has librado muchas batallas pequeña cría de Tharlarion? -Zaltar se burlaba a conciencia y deliberadamente de Ker.

                Ker se mordió el labio para evitar así revelar la frustración que aquel comentario le causaba.
-¿Mas Ka la na?- Sirvió sin esperar la respuesta. Mientras Zaltar no le miraba Ker hiso una seña a la kajira y esta trajo consigo una bandeja llena con carne de tabuk asada.

                La kajira, atenta a las señales de Ker se apresuro a llevar a la mesa la bandeja, en ella llevaba una pierna de tabuk y un pedazo del lomo hecho tiras, la salsa de verduras cubría el fondo del plato haciendo un delicioso brillo a la carne bien presentada, la joven se arrodilla ante el libre dando la espalda a Jo.-

-¡Cazado por mí, debo añadir!- Zaltar rio, al no creer lo que oía.

-¡Un niño con un vara hace  lo mismo y mata presas mucho más grandes que la que aparenta ser esta pieza de tabuk!-  levantando una pata del tabuk a la que comenzó a devorar sin ningún tipo de ceremonia.  Ker estaba siendo provocado y Zaltar lo hacía con  toda la intención. Recostándose de los cojines Ker intento calmarse y simular que aquello no le afectaba en lo mas mínimo. Pero la verdad era que la sangre le hervía y deseaba cuanto antes dejar a este tonto grandulón sin un medio de tasco en los bolsillos.-

                Jo miro a la kajira quien se puso en posición y sirvió el vino en la copa de Zaltar y evito así llenar la copa de Jo, al vaciar la botella la kajira alzo la vista y miro a Jo la botella se había acabado.
-¡Trae otra bestia, que esperas! -Le grito mientras la miraba con el ceño fruncido, la kajira corrió a la cocina y regreso con otra botella oscura de vino de ka la na.

-¿Entonces, eres Mercader? De esclavas debo suponer? Zaltar le miraba mientras devoraba hambriento la pieza de asado, llenando sus dedos de salsa igual así sus labios, Jo a un leve movimiento hiso que la esclava se posara frente a él de pie e inclinada dejando caer en cascada  su cabello para que el libre se limpiara la boca, Zaltar se divertía con las atenciones de este joven, y por sobre todo no sospechaba de sus intenciones solo dedujo que el joven deseaba le ayudase a crear también su pequeña fortuna conociendo todo acerca de la mercadería.

-¡No soy esclavista Ker, las venta de esas bestias no son lo mío, para ello se necesita tiempo y dedicación, así como conocer los mejores  puestos y plazas para la venta! –volvía empinar el vino, esta vez de la botella directamente.

-¡Entonces, que es lo que realmente vendes?-Le pregunto intrigado e inclinándose hacia delante para escucharle, ya que el ruido había subido de tono debido a que los músicos habían comenzado a tocar y el tintinar de campanas de las nuevas esclavas comenzaron a restallan en toda la taberna.

-¡Jajajajajaja, no se trata de que vendo Ker sino a quien le vendo! Los mercaderes trabajamos duro en crear nuevas líneas de comercio con lo que otros pueblos realmente necesita y carecen de ello! –Zaltar mira la cara de Jo algo desconcertado y en realidad defraudado.

-¡Jajajajajaja Vamos pequeño Tharlarion, si realmente quieres aprender, Yo Zaltar Mescatos te voy a enseñar lo que debes aprender!  -El rato paso, y las cosas que le conto a Jo le comenzaron a llenar de intriga y emoción, hablo de sus miles de aventuras, las fallas y las ganada en este trabajo, y mientras conversaban, la kajira llenaba la copa una y otra vez y aglomerando las botellas  sobre la mesa.

                Fue casi pasada la decima hora que ya el enorme Mercader se debatía entre  sí seguir con la copa de ka la na o si echarse sobre sus fuertes brazos a dormir, Ker, sin embargo se mantenía  igual sobrio, quizás un poco más cansado, pero la verdad es que ella nunca bebió del vino que había adulterado con una gotas de belladona, tantas que dormirían aun Tharlarion adulto. Ker sonreía satisfecho, le había pagado al tabernero mientras se ofreció amablemente a llevarle a sus aposentos, al parecer el Libre Zaltar se Hospedaría esa noche en la Taberna  de las 3 campanas; con todas sus fuerzas ayudo al pesado y ahora torpe hombre, a subir uno a uno los escalones de la vieja escalera, en más de una ocasión la acción de llevarlo sobre sus hombros le hiso poner en situaciones vergonzosas y de mal gusto para el joven muchacho. Una de ellas fue que se sujeto de sus bien torneados pechos apretándolos, inconsciente de que él estaba allí.
-¿Suéltame Sucio Eslín! -Le había dicho entre dientes mientras que le empujaba para que callera de golpe sobre al lecho, al hacerlo se tropezó y esta vez cayó sobre el musculoso pecho, de  Zaltar, este casi  consciente de que lo que tenía entre sus brazos era una kajira la sujeto fuertemente de la cintura y la pego mas a él.

-¡Vamos pequeña zorra… ¿acaso te irás sin darle un beso a tu amo?! -Jo abrió desmesuradamente sus ojos y boca  asombrada, y justo cuando intento decir algo, Zaltar la apreté fuertemente contra sus labios besándola con rudeza a lo que la chica solo pudo gemir entre su boca, este acto le nublo aun mas los sentidos a Zaltar dejándose entre ver lo excitado que estaba, Jo intento resistirse pero era inútil, su fuerza era mayor, aun y después de estar drogado; se dejo dominar, la sensación de aquel beso le dejo agitada y su respiración se torno pesada, debía hacer algo y pronto.

-¿Creo que llevas demasiada tela par mis gusto, desvístete kajira!? Le ordeno, mientras la empujaba lejos de él, Jo aprovecho esto para así zafarse. Y parándose entre sus piernas, le miro y le dijo, con voz apasionada y de mujer.

-¡Si amo, lo hare con gusto! –y mientras Zaltar se apoyaba sobre sus codos en le cama miraba desorientado a la joven, intentaba enfocar bien la vista y mantenerse despierto, pero se le veía en verdad muy pero muy drogado, pero aun así Zaltar se sentó a duras penas e intento volver a alcanzarla,

-¡Ven, yo mismo te la arrancare! -Dijo entre dientes, mientras le miraba serio y aun desorientado. Cuando de repente Jo le golpeo con algo que le dejo inconsciente. Jo había cogido un madero del pilar de troncos que se usaban para avivar las pequeña hoguera dentro de la posada, dejo caer en pesado objeto mientras veía a Zaltar tirado de una manera ridícula en las pieles, en su rostro había una sonrisa o lo que parecía ser el rastro de una mueca.  


¡¿Ahora quien es el tonto, Mercader? -Le dijo en voz baja. Jo corrió y rebusco entre las cosas del libre y encontró el pequeño saquito con las monedas de su buena venta, esta noche se marcharía rumbo a Puerto Kar. Consiguió una tiras de atar del mismo Mercader y le ato fuertemente  despojándolo antes de sus vestiduras, ¡debería tener otra muda de ropa¡, pensó mientras le quitaba con dificultad, la túnica de mercader, Jo se sonrojo al verle desnudo sobre las pieles, tuvo que reconocer que el libre tenía muy buen cuerpo. Se acerco a él y le miro mas de cerca, sus labios estaban entre abiertos de el manaba el aroma fuerte a ka la na, Jo se mordía el labio inferior mientras don el dedo índice le rosaba los labios a Zaltar, por unos enhs le miro, luego sacudió su cabeza despejando sus pensamientos, aquel era el mismo hombre que fustigo a la pobre pelirroja, y por qué no, violado a las dos kajiras que llevo esa tarde a l kennel del esclavista para así después venderlas, lo miro y en su rostro había ahora odio reflejado hacia aquel bruto que la había obligado a besarlo, se aparto y colocándose de nuevo su bufanda y capucha salió al oscuro pasillo de la posada y con calma bajo los escalones dirigiéndose hacia la calle, iría al muelle para abordar el Tarn Negro que se dirigiría a la ciudad más corrupta de todo Gor Puerto Kar. En la habitación ahora yacía un Bruto, completamente desnudo,  fuertemente atado y amordazado, para cuando lo descubran ya ella estaría lejos de allí, con un nuevo rumbo, su destino La perla de Thassa. 



Continuara...

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