martes, 16 de febrero de 2016

El regreso, el pasado llega a Puerto Kar (capitulo XII)

Ker The Lydius


      Pasaron varios días desde que Aron Thorr contratara los servicios del primer espada y  también los de el pequeño Ker, a este último, le toco la pero parte; desde caletear mercancía hasta buscar mandados de los grandes capitanes y almirantes del gran Tarn Negro, que ironía no es hasta entonces que Ker se da cuenta que en este mismo barco fue en donde el mismo viajo desde Lydius hasta aquí, fue una verdadera lástima que la persona que buscaba no estuvo en ese viaje se hubiera evitado tantos líos, aunqué considerándolo mejor no hubiera podido lidiar con su secreto, a este hombre se le veía que para nada  era alguien que por ninguna razón se le doblara la voluntad ante una mujer, mucho menos perdonarle tal osadía; eso sin considerar el hecho de la falta tan grande por la que sería culpada si se llegase a saber de que ella es en realidad una mujer disfrazada de libre.

      Una mañana cuando el brillante Torvis permanecía aun nublado y  muy calmas las aguas, que a las cercanías de los muelles de puerto Kar, arribaba una nueva nave, al parecer provenía de lejanas tierras, no era para nada como una de esa naves que ocupaban grandes e importantes mercancías e imponentes y ni mucho menos de las que transportaban a libres muy adinerados, ni siquiera de esos que solo traían cadenas enteras de esclavas,  a decir verdad era más un carguero que un barco para tripulantes; descendiendo por la borda junta a un puñado de sucias urt, echando improperios y jurando por lo bajo desciende un hombre algo desgarbado y muy sucio, llevaba una barba y el pelo muy desordenado, sin miramientos alzo el brazo ocultando su visión de los rayos del Torvis que recién comenzaba asomarse tras las nubes ahora disipadas por la leve brisa marina, sus ojos verdes brillaban bajo la luz, su rostro algo cansado y con ojeras revelaban el mal viaje que este hombre había tenido durante quien sabe cuántas lunas, aunque era un hombre alto, y fuerte se veía que en sus mejores momentos tenía un par de kilos de más y que por consiguiente en sus flojas vestimentas se notaba que en verdad había pasado muy mala racha, dejo caer al muelle su saco de piel repleto y pesado, a su alrededor comenzaban a descender los esclavos con barriles a cuestas y costales de fruta y verduras frescas con dirección al mercado de la ciudad.

-¡Maldita alimaña, deja que te encuentre! Aagg..!!–y colocándose sobre sus rodillas  volcó todo el contenido de su estómago en las sucias aguas del canal de Puerto Kar. El era Zaltar Mescatos, Mercader de  la Gloriosa Ar.

      Esa misma mañana Ker permanecía aun dormido, cuando algo le sobresalto, y con el corazón en la boca, se sintió extraña, se incorporo sobre las pieles y se paso una mano por su corto cabello, miro hacia la ventana alta de la posada y observo que ya los rayos comenzaban a teñir la habitación de ese tono ambarino que pronto se haría tan cálido con los días en esta ciudad, había tenido un mal sueño, se rio por lo bajo mientras se levantaba y dirigía hacia la cómoda donde guardaba  sus cosa, había sido un mal sueño, sin dudas un horrible y pesado mal sueño.
No, él no podría estar en Puerto Kar, jajaja! seria algo ridículo!.uffg ya desperté y todo fue solo eso una pesadilla!- se levantó del todo y fue a baño.

      Se vistió ya que pronto Himilse pasaría por él para que juntos fueran al muelle a comenzar un nuevo día de trabajo, Ker estaba cada vez más acostumbrado a el esfuerzo que debía de realizar a diario algo ilógico para una mujer pero como nadie sabía de ellos, solo se limitaban a decir que era muy debilucho para el puesto y una vez mas era víctima de burlas y malas jugadas, pero el chico le había caído en gracias al capitán Aron y más aun contaban con la protección de  Himilse a quienes muchos le temían. Mientras se encontraban en la entrada de la posada Ker volvió a sentir un mal presentimiento, sintió como se le erizaban los pelos de la nuca, y sacudiendo su cabeza aparto cualquier mal pensamiento, había tenido en su habitación, ahora más modesta y colocada en la parte baja de la posada ya que por su ganancia era mejor pagar menos para seguir ahorrando para su beneficio propio. Juntos cruzaron el muelle, cuando si notarlo pasaron junto al forastero quien había recién bajado del barco.

-Hey! Mira pequeño has visto? Tal parece que ha llegado un asqueroso barco, y por la insignia..! Dice mientras levanta una mano para tapar los rayos del Torvis y ver mejor la bandera que ondea en el mástil del barco que recién arribo a tempranas horas.

- ¡Si.. Sin dudas es un Barco de Lydius!

      Ker le miro boquiabierta, y su rostro palideció de inmediata, no podía ser cierto sus ojos enormes miraban a Himilse, sin poder dar crédito a lo q este decía, de repente él le mira y elevando una ceja le dice:

-¿Y a ti que mosca te pico?, vamos sin dudas no has comida ja, …no me extrañaría con esa miseria que ganas, ven muchacho yo te invito!. -Ker es sacado de su estupor cuando Himilse le rodea con un brazo su escuálido hombro y lo encamina hacia el mercado por algo para comer. Ya en el bar, ambos se sientas y piden a las hermosas esclavas que sonrientes se acercan para tomar sus pedidos y por qué no un buen agarrón de nalgas. Ya se encontraban servidos... Y Himilse comenzaba a contar sus grande historias ...

Te lo juro.. pequeño …Kazrak de Puerto Kar “era” un excelente espadachín, pero a  los pocos ehns  yo ya  sabía que lo vencería… jajaja, se le veía el rostro pálido debajo del casco, mientras trataba de parar mis violentos ataques!.- y atragantándose de vulo, balbuceaba escupiendo trozos de carne que con desagrado miraba caer sonreí el plato, entre tantos, con la otra mano limpiaba el plato con un trozo de miga de pan, para después de tragar seguir narrando sus hazañas que para Ker eran aburridisimas, sin contar el hecho de que quizás la mitad eran puras mentiras. Ya que eran bien conoció las andanzas de ese tal Kazrak y sabia bien que el único libre que le había llegado a vencer era su hermano de espada Tarl de Bristol, pero no quise opacar su ilusionada historia ya que en el fondo Himilse era un buen tipo y  le hacia reír con sus ocurrencias.

 – ¡Sí, sí ..En esa oportunidad, …retrocedí y bajé la punta de la espada hasta el suelo, señal de gracia, ya sabes, de manera simbólica, o en caso de que quisiera interrumpir la lucha… Pero esto pareció enardecerlo aún Más, puesto que retomó el ataque con furia redoblada.

-...Y por último, después de un encuentro particularmente violento, logré clavar mi espada en…! - Ker en ese momento dejo lo que hacía para mirarle a los ojos con una ceja levantada en señal, de que tal Azaña le parecía insólita, puso sus ojos en blanco y enseguida los distrajo una sombra que oscureció gran parte de la mesa donde estában sentados. Era el Capitán Aron Thorr.

- ¡Saludos Libres!, espero que estén esta mañana Listos, creo que tengo un trabajo muy especial para ambos.! – Miro con expresión divertida a  Himilse y giro su expresión seria hacia Ker frunciendo el ceño.

–¡Así que, si  ya terminaron de recrearse, síganme al muelle! -Diciendo esto, Himilse sonrío y terminando su copa de paga de un golpe, tiro del abrigo de Ker quien se estaba llevando a la boca un vaso de agua la cual de le escurrió de los labios manchando lo todo,  apurandole a levantarse de un solo golpe, cosa que no le costó mucho, debido a lo pequeño que era, apenas si le dio tiempo de coger su saco y seguirles a tropezones...
*¡Maldición por qué no comí mas, en vez de oír asombrada sus tontas historias!*

Una vez en el muelle el capitán se recuesta de uno de los postes que servía para atar los grandes navíos al muelle, Himilse lo imito y sacando su Pipa de kanda la encendió y Aron hizo lo propio, a él se le había acercado una hermosa pelirroja, alta de generosas curvas y labio rojos como la sangre, vestía con hermosas sedas, por un inhs sentí una punzada de envidia al verla tan femenina que irradiaba sensualidad pura, el tonto de Himilse no dejaba de mirarla, en cambio Aron le miro a el y haciendole una señal a una libre quien pasaba por el muelle, la cual llevaba una cesta tejida con algunas ramas dentro y la cual despedía cierto olor agradable.

Hey tu yerbera... Tienes  pipa de kanda?- La joven bien ataviada con ropajes vaporosos se acerco y con el rostro oculto tras un espeso velo achico sus hermoso ojos, supuse que sonreí bajo el velo.
-¡Así es capitán, de que calidad le desea? –le mueve las pestañas de una manera que si no fuera porque no estaba segura diría que le estaba coqueteando al alto moreno, me encogí de hombros pero un bufido desde el suelo capto mi atención, ¡valla no solo yo pensaba eso! *la kajira pelirroja le miraba con mal disimulado odio en los ojos;  hasta que su mirada se cruzo con la mía, ruborizándose  enseguida por lo que de inmediato bajo la cabeza humillada.

La mejor, Yerbera, mi tripulación siempre obtiene lo mejor!- la mujer le alarga una pesada pipa de kanda, y Aron con un gesto de la cabeza señala al joven muchacho.
-¡No es para mí, es para el muchacho!- Ker se sobresalto al oír eso y enseguida palidecio, recibo de manos de la joven la pipa, y enseguida estuvo Himilse a su lado con fuego en una varita aguardando me sé la llevara a la boca, miro la pipa luego a Himilse, quien deja salir un espeso humo blanco el cual fue a  darle directo a los ojos,  el desagradable olor se le mete por la nariz y enseguida tuvo la vista nublada por las lagrimas pero aun así se llevo la pipa a los labios y aspiro fuerte para encender la pipa… acto seguido casi volteo el estomago con los pocos alimente que recién había ingerido, pero intento reponerse, después de el exceso de tos que le provocó el tragarse el humo sin expulsarlo, la joven Yerbera le miro divertida y la kajira  se burló por lo bajo de el, ocultando sus labios bajo su mano pero el mover de sus hombros la delataban.

Ker la miro enojado y luego a Aron cuya mirada era impávida y seria. Himilse por el contrario mantenia una sonrisa retorcida intentando contener las carcajadas. No podía avergonzar más al joven muchacho de lo que ya estaba.

-¡Bien  y estos son todos mis navíos los cuales estarán bajo mi mando la mayor parte del tiempo, salvo que necesite otorgarle a alguno de mis almirantes lo navegue entre las aguas del Tassa, necesito agrandar mis comercios la fortuna que pretendo obtener de cada uno de ellos me hará cada vez más poderoso! -Mira a Himilse quien tiene un brillo peculiar en sus ojos. 
Ker intentaba enfocar bien  la vista y el oido... Manteniendo la pipa tan alejada de se como le es posible pero a cada momento ambos Libres se giran y me enfrenta mientras comentan cada uno,  sus grandes asañas… y así pasaban pasado la mayor parte del tiempo antes de zarpar, hasta que Aron decide que es tiempo de ir a por una botella de paga. Ker no se lo puede creer, Pone los ojos en blanco:

-¡Lo que faltaba volver a emborracharme?,-penso- ¡Veré como me libro de esta!. -Miro a la Pelirroja quien no deja de mirarle desde que habían llegado, insistentemente con deseo. !Oh pobre!, si supiera que no soy un hombre, tremenda decepción que se llevaría! -Le miro y enseguida la Kajira mal interpreto  la mirada mustrando como se le teñían sus mejillas de rojo un rojo intenso.
Ya en la taberna, Ker se ento justo entre Humilde y Aron, evinatndo así que la pesada Kajira se le acurrucarse junto a él.
- ¡Tabernero, traenos una botella de tu mejor pa ga! -Ordeno una vez que entraron a la taberna del muelle, los hombres en un rincón alzaban sus copas y vitorean una consigna, alusiva a su capitán, Ker al entrar iba siempre detrás de Himilse quien se siente grande estando y trabajando ahora  junto a Aron Thorr. *Sucio lame-botas* -penso Ker, tras él. Juntos nos dirigimos hacia el centro de la taberna y nos sentamos con las piernas cruzadas en una pequeña mesa, enseguida se acercan dos kajiras vestidas con sedas traslucidas y de colores vibrantes, Ker se ruborizo al contemplar que estában casi o mejor dicho completamente desnudas y una de ellas se exponia junto a mí. La pelirroja de Aron se acurruca a su lado intentando captar su atención pero este la ignoraba en todo momento aun y a pesar de ser incluso más hermosa que las de esta taberna.-

En acaloradas discusiones de quien es más valiente y más poderoso, Aron y Himilse ya llevan tres botellas de pa ga, yo por el contrario Ker había  mantenido s copa casi del mismo modo, la pelirroja cada vez estába más cerca de el, en vista de que habia dejado sus fallidos  intentos por atraer la atención de su Amo, Ker la miro y le ofrezcio paga, sabe bien que a las Kajira les gusta complacer a sus amos aún y con tan amarga bebida, pero ella con una sonrisa asiente, así que sin pensarlo se la doy a beber de mi copa así no tener que beberla, cada vez que Himilse la vuelve a llenar.

            En un momento ya la pobre muchacha estaba tan bebida que casi la tengo encima intentando tocarme descaradamente a lo que Aron intuye que le estoy provocando, por lo que una estruendosa carcajada me sorprende y enseguida coge a la kajira por el pelo la atrae a su cuerpo para darle un fuerte beso que casi la deja sin aliento, al igual que a a mi, quien dejo de respirar por unos inhs, al ver como la muchacha es besada con tal intensidad y pasión, que inconscientemente me paso la lengua por los labios humedeciendolos,  hasta ver q la suelta y la empuja hacia mi tan de golpe que casi no puedo sostenerla para no caer ambas a un lado, le miro a él y luego a la chica en mis brazos quien al parecer está deseosa de ser…tocada??!! Frunzo el ceño y miro la cara sonriente por primera vez de Aron.

-¡Tómala Muchacho úsala, es mi regalo de bienvenida a PUERTO KAR! Grita* y tras lo dicho los hombres en la taberna todos incluyendo a Himilse grita en coro.

-“PUERTO KAR”- Himilse me mira feliz con una sonrisa de oreja a oreja y golpeándome en el hombro ríe escandalosamente y grita..
-¡Vamos muchacho.. Sin dudas esta noche dejaras de ser una linda Florecita,- Me guiña un ojo y le miro,  palidezco temiendo que supiera algo. Luego me calmo y suspiro aliviada* -…Para ser todo un hombres! – Todos ríen ante lo dicho y enfadado me levanto cojo una botella que recién trae una kajira y le hago una seña a la pelirroja la cual se le ve feliz de tanto esperar, pongo mis ojos en blanco mientras salgo por la puerta rumbo a la posada y a mi habitación.

                 Todos detrás de mi vitorean y ríen encantados a mis expensas. Ya veré como me las apaño para salir de esta mira a la pobre chica quien se tropieza un par de veces al bajar los escalones de la taberna rumbo a la calle, allí me tropiezo con una hombre mal vestido y de cabello largo y enmarañado, su  cara está poblada de una espesa barba, pero por la tenue luz de los faros de aceite de Tharlarion no me fije bien en las facciones de su rostro y supongo que el menos el mío, mas sin embargo si mira las generosas curvas de la kajira y masculla  entre dientes sus mejores deseo para la kajira.

- ¡Creo que llevas demasiada tela par mis gusto,* se ríe entre dientes y dice mas fuerte y claro.
- Sirve con fuego y pasión  kajira!- por un memento esa voz me hizo recordar algo… un escalofríos recorrió mi espina dorsal, pero enseguida sacudí esos pensamientos y me dirigí a mi habitación.
-¡Vamos tonta kajira, date prisa!

Continuara…



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