...La música alcanzó el clímax, e ylra, girando, arrojándose de espaldas sobre la mesa, es cuando la música llegó a su última nota; y ella arqueó su espalda y flexionó sus rodillas, le miró, y con el brazo derecho extendido hacia él... hacia su amo y señor... termino su sensual danza de la necesidad.
Zaltar nota como fuertes manos golpean su espalda en señal de felicitación por la esplendida esclava que tiene! Y también oye en susurro ofertas por su esclava...
ylra se incorpora y se posa delante de el, a sus pies para besarle... con la respiración agitada, estaba agotada.
A tales ofertas Zaltar niega con la cabeza, aunque a veces es desobediente y rebelde como un lar salvaje, piensa que sabrá domarla y que acabará obedeciendo como lo hace un Tarn a un Tarnsman.
ylra lo miro y en su mirada se denotaba el amor que esta sentía por el, esperaba que el supiera que ella le había dedicado a su baile exclusivamente a el; Zaltar no dice nada, se lanza sobre su esclava buscando sus labios, rodando con ella entre los demás comerciantes, sin importarle las risas y exclamaciones lujuriosas que les lanzan.
Sus labios buscan los de ella, casi ahogándola, obligandola a respirar por su nariz todo el aire que necesita después de largo baile que ha ejecutado, mientras sigue girando con ella en la hierba, amarrándola a el con sus propios brazos pegando su cuerpo al de ella con tanta pasión como ella le ha levantado con su sexy y erótico baile... Por fin, le da un poco de respiro
-Ylra ve al carro y tiende las pieles debajo de él!
...Justo después de que su amo la enviase a acomodar las pieles debajo del carro.
...ylra corrió después de darle un beso en los labios a su amo, se dirigía a toda prisa hasta donde estaban lo carros, su corazón latía emocionado, detrás dejaba a su amo aun sentado, entre los hombres, ella escuchaba las risas de los libres, y entre ellas la de su amado amo, apurada, subió de un salto a la parte posterior del carro, corrió la lona que serbia de entrada y a tientas en la oscuridad busco las pieles, estaba feliz, si rostro irradiaba emoción, suspenso y sobre todo amor, ella le amaba, muy a pesar de sus castigos y de sus tratos ella se sentía dentro de lo posible libre, libre de amarlo, libre de estar entre sus brazos.
Ella bajo con las pieles en sus brazos, y una pequeña lámpara, se tiro debajo del carro y acomodo cada una de las pieles, hecho un vistazo por encima de su hombre a ver, si alguien la miraba o mejor aun si su amo se acercaba… se apresuro y así mismo corrió a un costado en busca de los barriles en donde había cargado agua para los boskos ese misma tarde, cogió una cubeta llena de agua que cogió de uno de esos barriles, la coloco entre otros dos carros que al igual que la mayoría estaba vacíos, ya que todos se encontraban en el circulo de danza aun disfrutando de la rica velada, Volvió a subir al carro y cogió jabón y una toalla, rápidamente se lavo su esbelto cuerpo, y mientras que lo hacia su mente divago…
Sus manos recorrieron sus curvas, comenzando desde sus bien redondeados y enormes pecho, los cuales al pasar sus dedos pudo percibir que estaban erizados.- El pensar en cómo la usaría su amo esa noche la llenaba de una excitación que jamás había sentido. El recordar cómo se sienten sus dientes cuando toma entre ellos sus delicados y marrones pezones. Comenzó a resbalar el jabón por una de sus piernas, la cual apoyo en una orilla de la rueda del carro que le servía de camuflaje, ylra estaba extrañamente excitándose con sus caricias quería estar lo más deseable para su amo, que el llegara y consiguiera el placer de provocarla aun mas, y ella a su vez le mostraría que su fuego arde por estar a su merced, así que jugó con su sexo un rato exquisito.-
ylra estaba lista y perfumada, su único vestido era su collar, un aro simple de metal opaco, que rodeaba su esbelto cuello, en el se leí la inscripción: “Pertenezco a Zaltar devolvedme a él.” Ella toco con sus trémulas manos el simple collar, collar que ella había llevado con tanto orgullo desde que este la capturara en las afueras de La Gloriosa Ar.
Ella se coloco a una lado del carro de su amo debajo estaban las pieles, y muy cerca un lámpara con aceite de Tharlarion, el cual encendió haciendo chispa chocando dos piedras, como le había enseñado su amo. Esa lámpara apenas iluminaba a la joven muchacha pero aquel débil resplandor la hacía lucir exquisita ardiente y muy sensual sin duda su amo jamás olvidaría esta noche y ella mucho menos.
Se sentó sobre sus talones sus piernas estaba abierta en todo su esplendor, su espalda lucia muy recta lo que hacía resaltar sus enormes pechos, hecho su cabeza hacia atrás y ladeo la cabeza un poco para dejar caer su cabello tanto sobre su espalda, como una porción de este dejara a las sombras su bello rostro. Escucho un débil ruido como el de una rama al quebrarse, alzo un poco la vista y miro los pies de su amo justo frete a ella.
Allí estaba Zaltar, arrogante, fornido, su presencia denotaba temor entre los hombres y a las mujeres un incontrolable deseo por someterse ante aquella mirada, ante aquellos bellísimos ojos verde que hipnotizarían hasta una Eslín hembra salvaje.
Ella bajo la mirada, sintiendo como se ruborizaba, su corazón comenzó a latir nuevamente con desenfrenada pasión. Solo se podía escuchar a lo lejos aun en la fiesta las voces y aplausos de los hombres, así como los gritos de lujuria y de emoción de algunas kajiras, ella estaba allí, bajo la mirada de su bello amo, no pedía mas, no deseaba mas, incluso ya no le importaba volver a su anterior vida, lo amaba y estaría dispuesta a demostrárselo siempre que pudiera y siempre que este se lo exigiera.-
Zaltar de pie frente a su bello animal, no podía más que ocultar sus propias emociones, intento calmarse con la bebida, pero sabía que sería inútil, además NO quería.., no deseaba estar borracho para disfrutar por completo de su esclava.
La miro detenidamente, estaba bellísima así, sus bellos glúteos se apoyaban sobre sus delicados talones, sus piernas se veían gruesas por la posición en la que esta estaba sentada, sus rodillas hermosamente separadas en una esplendida V de “Victoria” dentro de la cual solo dejaba asomar su creciente valle de bello ensortijado y negro que hacían un triangulo que se perdía la punta, ocultando en su jugoso y palpitante sexo.
Sonrió con picardía al recordar que siempre le decía a su esclava cuando esta permanecía desnuda que -“aun llevas mucha ropa puesta”.
Allí estaba tan bella, tan dispuesta, el mirándola a los ojos y le ordeno:
-Esclava mírame!.- ella lentamente levanto la mirada y lo miro directamente a los ojos, el pudo ver el brillo audaz en sus ojos verdes a la tenue luz de la lámpara de Tharlarion.
Zaltar se dejo caer, sin ningún cuidado de rodillas frente a ella, el estaba vestido solo de la cintura para abajo, su fuerte pecho relucía bajo la tenue luz, cada fibra de sus brazos se tensaba, estando frente a la joven, su mandíbula se veía como tensaba sus músculos, intentando calmarse, el enorme esfuerzo que hacía por contenerse y no saltar sobre ella y violarla allí mismo, sin contemplaciones ni ninguna delicadeza, era tan fuerte incluso más que su razón, pero debía de esperar, quería disfrutar cada segundo junto a su bello animal, la noche estaba fresca, realmente hacia un poco de calor, los insectos para su sorpresa se había espantado, suerte? O quizás ya había pasado su hora de picar y molestar a los habitantes de los carros.
Su potente voz volvía a alterar sus sentidos.
-Dime mi pequeño vulo, que eres?
-Una esclava, mi amo!-respondió enseguida casi como aprendida. Y valla que le costó aprenderlo bien, unos latigazos y bastaba para jamás olvidar la lección.
-Y a quien perteneces?
- A los hombres, mi amo!- bajo su mirada, humillada.
-Y quien es tu dueño?
-Tù mi amo, solo tú eres mi dueño!- volvió a mirarle esta vez con una esplendida sonrisa.-
-Y dime esclava,. – le preguntaba mientras con una mano sostenía su mentón obligándola a acercarse más a su rostro.
-Que sientes por tu amo?- ella percibió el olor dulzón del paga.
ylra lo miro, en sus ojos asomaban ya las lagrimas de la emoción de estar tan cerca de su amo, intento decir algo pero solo pudo mover sus labios sin emitir ningún sonido, su corazón ya no cabía dentro de su pecho, el estaba a punto de volverla loca, ella lo amaba con todo su ser, pero una cosa era sentirlo, otra era decirlo, temía a las muchas reacciones de su amo, que era como las corrientes en el mar de Thassa, a veces calmadas y a veces toda una tormenta incontrolable.
Bajo su mirada y dos lágrimas rodaron por sus mejillas, su amo seco una con el pulgar de una de sus manos, exactamente con la que sostenía su delicada mente. Le volvió a ordenar. Esta vez su voz sonó dura, y cruel, exigía una respuesta pronto o si no, ella seria cruelmente castigada.-
-Mírame, esclava!- ella lo miro su labio inferior temblaba-
- Dime que sientes por tu amo, y quiero oír lo que sientes realmente no lo que yo deseo escuchar, me entiendes kajira!?
Ella asintió con la cabeza.
El la soltó y se alejo un poco para verla completamente esperaba su respuesta.
-Amor!- Fue su débil respuesta, era casi un susurro, tan bajito que su amo tuvo que hacer un enorme esfuerzo por escucharla, en su interior el estaba emocionado, pero demostrarlo sería demostrar debilidad, el amaba a su hermoso animal pero nadie podía saberlo…ni siquiera ella.
La miro y le exigió. –Qué?, que dijiste?
-AMOR, -grito. -…mi amo, -dijo por fin. -Amor!
Zaltar sonrió satisfecho. Se hecho sobre las pieles recostándose sobre su codo derecho y apoyado en su mano su cabeza. Flexiono una rodilla dejando ver que no tenía nada más que la túnica de Mercader.-
–Bien, entonces demuéstralo esclava! -su mirada era socarrona y llena de doble sentido.-
Su sonrisa era enigmática y provocadora, tanto como esas palabras que la sacudieron con una nueva oleada de humedad. Qué lucha mantenía en su interior!, La mujer que una vez fuera independiente y segura de sí misma, ahora contra la mujer que deseaba a un hombre que la dominaba, la humillaba y sin ningún respeto por sus sentimientos…,
Zaltar con una de sus manos se deslizó por su rodilla y a medida iba subiendo, ylra iba comenzando a respirar con dificultad, el no pretendía hacer mas solo la invitaba a demostrarle cuanto el significaba para ella…en su asombro el metió toda la mano entre sus muslos calientes, apretando la carne entre los dedos. Ylra se acercó, dejando los labios pegados a los de su amo, su boca abierta sobre la de ella también abierta, su aliento rozándose la piel, mientras los dedos templados de Zaltar aun entre sus piernas. Sentí su lengua entrar en su boca besándole de forma apasionada. Su mano se movió entre mis muslos, sintiendo mi humedad, Me besó hasta ahogarme, acariciándome hasta hacerme humedecer yo aun de rodillas inclinada hacia el mí trasero expuesto a aire cálido de la noche, solo apoyaba mis manos cerca de su pecho en las pieles. Ávidamente metí la mano entre mis muslos y apreté la suya contra mi sexo. El presionó con un dedo entre mis labios, una necesitad instintiva me hacía desear que metiera sus dedos en mi sexo, como cuando yo lo hacía cuando me estaba aseando.
Arqué la espalda cuando tocó el nacimiento demi sexo haciendo presión sobre él. Me removí en el asiento y sus dedos hicieron fuerza metiéndose dentro de mi humedad. Tenía los dedos calientes, suaves y fuertes.
- ¿Es esto lo que querías, verdad? - preguntó entre mis labios, bajando la mirada para contemplar su mano metida entre mis piernas. Deslizando los dedos hacia abajo. Volví a sacudirme, un suspiro se escapó de mi boca y él aprovechó el movimiento para complacerme, metiendo un dedo en lo más hondo de mí ser. Se me nubló la vista, estaba asombrada, escandalizada, complacida y ardiendo por dentro. Una necesidad sin igual se había apoderado de mí.
- No grites- te prohíbo que emitas algún sonido, si lo haces te azotare y atare desnuda boca arriba sobre los boskos durante todo el viaje. -Susurró pasando un brazo detrás de mi cabeza para taparme la boca. Me apretó a su cuerpo en una forma de abrazo, tiro de mi y me recostó sobre su hombro quede acostada junto a el, fue entonces cuando empezó a mover los dedos dentro y fuera, de mi ardiente sexo, primero despacio, luego de forma frenética. Yo reprimí mis gemidos y mis lamentos, pero apenas podía contenerme, su mano estaba completamente empapada de mis jugos, lo sentía, lo escuchaba, aquel sonido era de lo más excitante. Sin pensarlo y por el extraño juego que yo había comenzado De pronto sentí un latigazo, un violento dolor en los riñones que me sacudió involuntariamente. En realidad fue el placer mas divino que hubiera sentido jamás, Zaltar se apretó a mi cuerpo, clavando la mano con delicadeza y fue cuando sentí mi propio orgasmo en su mano. El incluso sabia como funcionaba el cuerpo de su esclava mucho mejor que yo, Dejó de amordazarme y me besó húmedamente los labios en un beso descarado y de manera tan vulgar que me volvió a encender. Sus labios rozaban los míos, su postura, su voz, su forma de mirarme de usar su lengua, todo de él me volvía loca.
- ¿Quieres que te haga cosas sucias todas las noches, tal vez? - preguntó divertido. Yo asentí y como en un sueño, mi cuerpo bullía en deseo. ¿Pero por que este extraño cambio de mi amo en complacerme?, el me acarició las piernas. Yo yacía frente a él abrazada, acariciaba su pecho y comencé a bajar por su torso… el tomo mi mano de la muñeca en un movimiento rápido y la llevo hasta arriba de mi cabeza juntándola con la otra mano, me miro a los ojos y se subió sobre mi… sentí su calor, quemarme su entrepierna se había paso entre mis muslos, para penetrarme esta vez sin contemplaciones ahora él buscaba su placer…y yo sin dudas no se lo impediría, lo deseaba, lo amaba, y esa noche seria la mejor esclava de todo Gor…
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