sábado, 29 de noviembre de 2014

Arij la esclava libre. (Capitulo 6)


Capitulo VI

Resignada, y sometida a sus pies.




-Suficiente, suéltala!. -rugió la voz de Zaltar.
          
           Tersite se encontraba de pie junto a la pobre muchacha quien estaba ahora sostenida del tronco con ambos brazos, su cuerpo estaba ladeado y se apoyaba sobre una cadera. En su piel se veían las marcas rojas cruzar todo su cuerpo, marcas en la espalda, nalgas, piernas hombros, e incluso tenía una marca que había dado justo cerca de su mejilla izquierda y le marcaba también el cuello del mismo lado. La joven rubia se había vengado de la pobre sel-leen.

            Tersite se acerco y de un tirón aflojo la cadena que apretaba a sel-leen contra el tronco, una vez suelta, esta  callo en el duro suelo llenándose  de tierra la cara húmeda por las lagrimas, sel-leen estaba sin fuerzas, si voz había sufrido y gritado bastante. Zaltar desde donde estaba le ordeno a tersite que le enseñara cuáles eran sus deberes como esclava, esta sonrió llena de satisfacción. Una vez más levanto su mano y azoto el látigo con fuerzas sobre el ya maltratado cuerpo de sel-leen.
-De rodillas, esclava! –Grito mientras sel-leen gritaba y se colocaba de rodillas.
-Como una esclava de place, tonta!.- y la volvió a azotar.- sel-leen la miro y luego a Zaltar, no encontró en este señal alguna de que podría ayudarle, así que obedeció, adolorida y con las pocas fuerzas se puso derecha se sentó sobre sus talones y separo un poco sus piernas, sus manos las poso sobre sus muslos también adolorido, su mirada bajo hasta posarse en a los pies de tersite. Esta sonrió y miro a Zaltar llena de orgullo por haber dado una orden y sido acatada a la perfección. Zaltar la felicito con una esplendida sonrisa. Se levanto y se dirigía hacia ellas, se puso delante de sel-leen y desde allí esta volvía a escuchar esta vez en estallido del látigo en el aire y enseguida la voz de la esclava tersite le ordeno.
-Sométete a tu amo!. Sel-leen no levanto la mirada más sin embargo levanto sus brazos y cruzando sus muñecas, las ofrecía hacia Zaltar y bajando su cabeza entre ellas dijo con voz ronca y ahoga por las lágrimas que comenzaron a salir.
-Me someto a ti, amo! - Zaltar la miro implacable sin expresión alguna en su rostro más su corazón no dejaba de latir con furia dentro de su pecho.
-Dime, que eres? -Pregunto Zaltar en voz alta y arrogante.
-Una esclava, amo!
-Y que me debes?. La sujeto de las muñecas ajustándolas con sus manos como si las aprisionara.
Sel-leen levanto su bello rostro cubierto de tierra y lágrimas-
-Lealtad y obediencia absoluta, amo.-
Dicho esto Zaltar sonrió satisfecho, y ordenó a tersite la bañase y la arreglara para él.  
             Tersite comenzó lavando el cuerpo de la muchacha con agua fría y restregó con un cepillo, el mismo que utilizaban para lavar a los boskos, sel-leen se retorcía ante aquella maldad de la joven kajira, una vez que termino la llevo a dentro de la cabaña y comenzó a cepillar su hermoso y largo cabello, sin tener cuidado de no jalarle en los enredados nudos que se hacían rebeldes al peine de huesos. Sel-leen aguantaba tranquila se decía a si misma que la venganza seria dulce y  como un plato de gachas, fría.
          Una vez terminado la acicalo perfumándola con aceites y perfumes de kajiras, la maquillo y adorno su bello cuerpo con cascabeles de esclavas y le puso una hermosa seda de color blanco, con bordes y diminutas rallas doradas, en su muñeca izquierda coloco una cadenillas de varias vueltas llena de diminutas cuentas que sonaban como cascabeles. Se alejo un poco de sel-leen y le ordeno ponerse en pie.
-De pie esclava! –Sel-leen obedeció, tersite sonrió satisfecha de lo que había logrado con la joven que hacia momentos estaba sucia y andrajosa, ahora era toda una belleza salvaje.-
          Tersite llego a donde se encontraba Zaltar, este llevaba una jarra de cerveza fría, le estaba dando un sorbo cuando escucho las campanillas de esclava de tersite, se giro y la miro allí de pie es su rostro había una alegría bien justificada ya que había hecho todo cuanto el libre le habría ordenado.
-He hecho todo cuanto me ha ordenado, amo!- Zaltar se acerco a la joven kajira, la acaricio con el dorso de su mano derecha en la mejilla de la joven y esta se pego a él como una gatita en busca de cariño, el volvió a sonreír con placer, se alejo  mientras le decía: 
-¡Bella tersite, Puedes tomar lo que desees del baúl!. –Se detuvo volteo y la miro por encima de su hombro. - ya sabes cual! –tersite se giro y  lo miro con los ojos bien abiertos de la emoción  y con  una esplendida sonrisa,  puesto que el sabia ya los gustos de la muchacha, pero justo antes de salir en dirección al baúl se detuvo y le miro como esperando alguna reacción negativa o peor aun como si temiera ser castigada.
-¡Tranquila yo hablare con Turnock el estará de acuerdo, ve corre toma lo tuyo y vete a casa con tu amo!.-
            Tersite obedeció, lo que a ella más le gustaba eran los cosméticos, se moría por lucir bella y radiante, sabía que las sedas no eran tan importante, como los cosméticos y las baratijas o prendas, su mejor vestido lo llevada puesto siempre, su desnudez.
        La pequeña sel-leen se encontraba atada a la cama de su amo Zaltar, atada a la anilla que se ubicaba justo al pie  de esta, ella estaba bellísima, radiantemente vestida con sus sedas de virgen, aunque para algunos amos Goreanos, el hecho de que algunas kajiras fueran o no virgen no tenia mayor valor, al contrario lo tendria si si se tratase de una muchacha bien entrenada. Sel-leen estaba temblado de miedo y de excitación a pesar de todo el tenía un efecto extraño en sus emociones.  Su cuerpo se tenso cuando escucho abrirse la pesada puerta que conducía a la habitación en donde ella estaba. Incapaz de verle, permaneció allí de rodillas en la posición de la esclava de placer, su espalda estaba recta lo que hacía resaltar sus bellos y redondeados pechos pegados a la delgada tela, en su cintura daba varias vueltas un cordón de color dorado que tersite ajusto bien para resaltar la belleza que ya ella tenía. Sus delicadas manos reposaban sobre sus muslos con las palmas hacia arriba. Su cabeza girada y gacha hacia su lado izquierdo lo que hacía que su cabello callera un poco ocultando  su perfil.
            Zaltar se sentó en el borde de la cama justo delante de ella, sus piernas estaba separadas dejándola a ella justo entre ellas.
– ¿Cómo te llamas esclava?- la pregunta la sobre salto, era cierto que el jamás se había molestado en saber su nombre, su voz sonó dura y cruel.
-¡Como el amo desee llamarme!. –Fue su respuesta, sin siquiera mirarlo.
-¿Cómo te llamaban cuando eras libre? – dijo con tranquilidad.
Sel-leen suspiro hondo, lentamente levanto su mirada y lo miro directo a los ojos-
-¡Sel-leen!-
Volvió a bajar la mirada al suelo.
–¡Si al amo le complace!. –escucho la risa por lo bajo de Zaltar el cual denotaba satisfacción; daba por hecho que ya había domado a ese animal.
            Zaltar  se apoyo sus enormes manos en cada una de sus rodillas.
- ¡Sel-leen es un nombre muy bonito para una esclava!. –Sel-leen lo miro sorprendida, ¿acaso le iba a cambiar el nombre?
Tengo un mejor nombre para mi nuevo animal!- dijo scon una sonrisa sarcástica.
Sel-leen apretó sus pequeños puños, pero al  darse cuente que este la estaba mirando se relajo un poco. La joven muchacha temblaba de rabia pero su cuerpo permanecía con la mejor postura de una kajira.
            Zaltar se inclino hacia delante y tomo un mechón del pelo de de sel-leen, lo llevo hasta sus labios y aspiro su aroma mientras este cerraba sus ojos, permaneció unos segundos y se enderezo en su cara había diversión. Tomo a la joven de la barbilla y la obligo a mirarle.
-Ummm, aun huele a estiércol! –la miro he hiso un gesto de desagrado
-ummmm. -hiso como si pensara en algo importante  
-¿Lindo nombre, no te parece esclava?.-La miro con una sonrisa maligna y descarada.
            Se-leen abrió sus labios en señal de protesta pero solo se limito a morderse el labio inferior y a bajar su mirada a piso. Su cuerpo comenzó a temblar  por los sollozos.
-Por favor amo, no me ponga ese nombre!. -Le dijo mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
-Acaso  tu me estás diciendo lo que debo hacer esclava?- dijo con expresión de enfado y en Tono dominante, pero la verdad es que se estaba divirtiendo en grande con la reacción de la joven muchacha. 
        Zaltar de un movimiento se puso de pie y sel-leen se lanzo a sus pies para rogar  piedad por ella.
-Perdón amo, no fue esa mi intención, piedad, piedad! –decía mientras esta besaba y lamia los pies de Zaltar quien desde su posición sonreía y al verla así; sentía un poco de  compasión por la pequeña muchacha pero debía de demostrarle quien manda.
            Zaltar la cogió del cabello y la arrastro hasta un rincón de la habitación, allí con un movimiento rápido de su mano le arranco la seda que tan hermosamente lucia, y la arrojo a un lado de la cama, sel-leen ahogo un grito de terror miro a Zaltar y vio en él la furia que ella había causado lloro y rogo por qué no la azotara.
            Zaltar la soltó y esta callo al frio suelo, el, la contemplo un largo momento allí, completamente desnuda coincidió en que se veía mejor así, aun tenia las marcas rojas de los azotes en su delicada piel, y aun así su cuerpo se veía tan radiante y excitante.-
-Sométete! – le grito. –la muchacha se puso de rodillas y cruzo sus muñecas, bajo y puso su cabeza entre ellas y  subió sus brazos ofreciéndose a su amo.
-Me someto a ti, amo!- dijo la joven con lagrimas en los ojos.
-Que eres? -Pregunto Zaltar de pie frente a ella.
-Una esclava, amo, tu esclava!,- dijo entre sollozos.
-Y que le debes a tu amo?
-Obediencia absoluta.
-Y como te llamaras?- sel-leen, lo miro con sus ojos bien abierto, no podía cree lo que estaba a punto de hacer ese hombre. El la contemplaba divertido, pero con expresión seria.
-Como el amo desee llamarme?. –bajo otra vez la mirada derrotada.
Zaltar rio en voz alta, la cogió por el collar y tiro hacia él para ponerla de pie.
-Te llamare “estiércol”! –la joven al oír esto sitio como sus piernas se desmallaban, lo miro con suplicas en sus bellos ojos, pero su amo no tuvo compasión.
-Ahora “estiércol” sírveme vino. Esta noche me demostraras lo buena esclava que eres. –Y río mientras veía a la muchacha intentar recuperarse de tal conmoción, ella sabía que llevar ese nombre seria victima de burlas y degrades ante todos los libres e incluso de otras esclavas, jamás  podría soportarlo, sin contar el hecho de que ese sería el día en que perdería su virginidad.-  

           la joven  Se levanto y se dirigió al otro extremo de la habitación allí ya habían dejado una botella de vino de Turia una  hermosa fuente de vidrio llena de frutas, vallas y nueves, también había una bellísima copa de oro con detalles hechos a manos, donde se podía ver la figura de un Guerrero intentando domar a un Tarn, y a un lado de este una hermosa muchacha atada y arrodillada a los pies del amo Guerrero. Un rectángulo de seda doblado en tres, era para limpiar bien la copa. Sel-leen se giro y miro a Zaltar quien seguía todos y cada uno de sus movimientos.Todo lo había planeado tersite ella le había enseñado todo lo que tenia que hacer ahora debía  hacerlo  ante el hombre que mas odiaba en este mundo, pero que extrañamente también sentía algo mas por el.

La dueña solo de este blogs







Continuara…

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